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Medidas reales para erradicar un mal que se ha cobrado mil vidas desde el 2003
La Xunta cuenta con una red de estrategias para apoyar a las víctimas de violencia machista
La sociedad sigue sin encontrar salida a uno de los problemas más graves que nos rodean. La terrible lacra de la violencia machista sigue sesgando vidas, dejando familias rotas y copando titulares cada poco tiempo. Y las cosas no mejoran. En lo que va de año más de cuarenta mujeres han fallecido a manos de sus parejas y sus exparejas, una terrible cifra a la que habría que sumar también a los menores que han sido asesinados. Los números preocupan aún más si cabe si se echa la vista atrás. Desde el 2003, cuando empezaron a registrarse los casos, la violencia machista se ha llevado la vida de casi mil mujeres en España. Un número que anima a la reflexión.
En Galicia las cifras tampoco son muy halagüeñas. En la comunidad, más de 3.200 mujeres se encuentran bajo protección policial porque su vi- da está amenazada por sus parejas o exparejas. Mujeres que han padecido en sus carnes algún episodio de agresión física o psíquica y que viven con miedo a, simplemente, poner un pie en la calle.
El problema va mucho más allá. Porque otras tantas mujeres callan y esconden el problema entre las cuatro paredes de su casa sin buscar una ayuda que les permita ver que hay posibilidades más allá de la pesadilla que están viviendo. El paro, el miedo a las represalias, la inseguridad jurídica y la vergüenza son los principales obstáculos que alegan las víctimas de violencia de género para no denunciar. Según un reciente informe de la Fundación Adecco, el desempleo es uno de los principales frenos que impide que muchas mujeres den el paso y se atrevan a pedir ayuda, tal y como afirma un 71 % de las encuestadas.
Hay salida. A pesar de las dificultades que muchas piensen que se encontrarán en el camino, deben saber que no están solas. Las administraciones públicas cuentan con toda una serie de programas para ayudar a todas las víctimas y conseguir, de una vez, extirpar de raíz este tumor que tanto nos afecta. Galicia también cuenta con toda una serie de recursos a disposición de todas las víctimas.
Información De importancia decisiva
La red de centros de información á muller (CIMs) juegan un papel fundamental dentro de los recursos que ofrece la comunidad contra la violencia machista. Tienen una importancia decisiva en el ámbito local en la promoción de la igualdad de género gracias a las actividades que desarrollan. Pero, además, estos centros prestan una atención inestimable a las mujeres víctimas de violencia machista, principalmente en los ámbitos jurídico, psicológico y de información de acceso a los recursos disponibles.
Los CIM —cuya labor ha sido capital para ayudar a mujeres en situación de vulnerabilidad— son herramientas decisivas en la prevención, detección, tratamiento y lucha contra esta plaga social desde una relación de proximidad y atención directa con las víctimas.
La comunidad cuenta, en la actualidad, con 81 centros de información á muller, de los cuales 29 se encuentran en la provincia de A Coruña, 27 se sitúan en la de Pontevedra, 14 de ellos están en Ourense, mientras que Lugo cuenta con 11. Hasta estos lugares llegan cada año más de 77.000 consultas, un dato que demuestra lo latente que sigue el problema en la sociedad. Consciente de la innegable labor que realizan estas entidades, la Xunta ha invertido, desde el 2009 y hasta este año, más de 38 millones de euros al mantenimiento de estas entidades.
Acogida Volver a empezar
Esparcidos por toda la comunidad, los centros de acogida son uno de los recursos más importantes para las víctimas de la violencia machista. Son recursos especializados residenciales y temporales que ofrecen acogida, atención y recuperación a las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia de género. Pero también en estos lugares se protege a los menores a su cargo que requieren de un espacio de atención y protección debido a la situación de indefensión o riesgo en la que se encuentran.
En estos centros, las víctimas se encontrarán en todo momento atendidas por equipos multidisciplinares que dan cobertura integral de atención y recupe-
ración. De esta forma, se ofrece atención psicológica, educativa, sociolaboral y jurídica. Pero también se favorece la normalización de la situación personal de las mujeres, de su unidad personal y de la superación de los efectos de violencia de género.
En los centros —tres situados en A Coruña y uno en Lugo, otro en Ourense y un último en Pontevedra— se ha acogido desde el año 2009 a un total de 1.601 víctimas. Una cifra a la que habría que sumarle a mayores los datos del Centro de Emerxencia de Vigo (Cemvi), que atendió a 835 personas desde el 2009.
Recuperación Atención integral
Otra de las entidades que ayudan a las víctimas es el Centro de Recuperación Integral (CRI), cuya finalidad es desarrollar un modelo de atención integral para las mujeres víctimas de violencia de género y para sus hijas e hijos menores. Además, también se ofrece ayuda a los menores que se encuentren bajo su tutela o guardia y custodia.
Basado en un sistema coordinado, este centro ofrece recursos y medidas de carácter social, laboral y económico; permitiendo evitar duplicidades y racionalizar la gestión.
Situado en Santiago, la aportación de este centro de referencia y coordinador de la red gallega de acogida al fin de la lacra es innegable. Desde aquí se realizan tareas tan importantes como tramitar las derivaciones de las víctimas de violencia de género fuera de Galicia, formar a los profesionales y a la sociedad en la lucha contra la violencia o impulsar la creación de grupos de autoayuda para las víctimas.
Apoyo económico Ayudas para salir adelante
La comunidad cuenta con tres tipos de ayudas económicas para las víctimas de la violencia de género. Las primeras, las de pago periódico, tiene como finalidad proporcionar apoyo económico a las víctimas para intentar garantizarles unas condiciones suficientes de independencia económica. Gracias a este impulso, muchas mujeres se atreven a dar el primer paso y a romper con una situación en la que corren peligro. La media de esta ayuda asciende hasta los 600 euros (puede ir desde los 300 hasta los 800); y su cuantía viene calculada en función del número de hijos a su cargo o si la solicitante o los menores tienen una discapacidad.
Además, la administración tiene las ayudas de pago único, destinadas a aquellas víctimas que se sitúen en un determinado nivel de rentas y sobre las que se presuma que, por su edad, falta de preparación y circunstancias sociales, tienen especiales dificultades para obtener un empleo. El importe que se otorgará a estas víctimas será equivalente al de seis meses del subsidio por desempleo vigente, que actualmente asciende a los 430,27 euros.
La tercera pata de este paquete de ayudas la conforman las indemnizaciones. Las recibirán las mujeres que sufren violencia de género y los menores afectados que no hayan podido recibir las indemnizaciones que les correspondan por los daños y pérdidas causados. La cuantía será fijada por la resolución judicial correspondiente y en base a la cantidad que quede pendiente de pagar tras la declaración de insolvencia del obligado a hacerse cargo.