En detalle

«Sentir que estás lejos, estando muy cerca». La Costa da Morte es, sin duda, el destino ideal para quienes quieran alejarse del mundanal ruido, de las prisas, del bullicio propio de las ciudades y de la rutina diaria.

Aquí puede uno empaparse de un sinfín de sensaciones diferentes: sentir la brisa del mar, el salitre en la piel, el sonido de las olas al batir con ímpetu contra las rocas y los acantilados, el olor a océano y a bosques...

Los visitantes de esta rica comarca podrán también maravillarse con el paisaje recorriendo el Camiño dos Faros a lo largo de sus 200 kilómetros, o emocionarse al descubrir el mar por primera vez en el Camiño desde Santiago de Compostela. También tendrá ocasión de conectar con la naturaleza y dejarse llevar por los caminos y las sendas, salpicadas de árboles autóctonos, molinos, hórreos, aldeas abandonadas, dólmenes o petroglifos. Es, asegura desde la CMAT, «la perfecta fusión de lo natural con lo cultural».

La tranquilidad es, sin duda, uno de los principales valores de una comarca en la que se puede disfrutar de una mesa tranquila, sin interrupciones, centrando la atención en lo verdaderamente importante —los seres queridos— y compartiendo con ellos los mejores productos gastronómicos, naturales, frescos y de temporada.

Miles de caminos y rutas de senderismo articulan el territorio de la Costa da Morte, ofreciendo una visión diferente de la comarca desde lo alto de las montañas, desde la punta de alguno de sus muchos cabos o acompañando a los ríos hasta su desembocadura en el mar. «Vosotros elegís: a pie, a caballo, en BTT, en kayak, a vela...» proponen desde la asociación turística.

Y los atardeceres... ¡Menudo espectáculo! Quienes se acerquen a la Costa da Morte se irán habiendo coleccionado en su memoria ocasos de película, y cada día desde un lugar diferente de esta extensa comarca. Incluso cabe la posibilidad, en determinados momentos del año, de disfrutar del último rayo de sol de la Europa continental: desde el cabo Touriñán, concretamente.

También invita la CMAT a pasar la noche bajo el cielo estrellado en casas tradicionales en las que se hablará al huésped de la cultura, la historia y las costumbres de la Costa da Morte; o también a navegar a vela por unas rías tranquilas que invitan a la práctica de deportes náuticos: surf en salvajes playas, buceo en búsqueda de tesoros hundidos, el descubrimiento de las islas y sus secretos...

Y pasear... Pasear por los pueblos y conocer a sus gentes, empapándose de la tradición oral y de las leyendas.