Iglesias se enroca con Puigdemont
El vicepresidente segundo obvia el alud de críticas a su equiparación con los exiliados republicanos
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se ratificó ayer en sus declaraciones en las que comparó al ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont con los exiliados republicanos, manifestaciones que siguen recabando reproches incluso del ala socialista del Ejecutivo.
Después de que esas palabras provocaran un mayoritario rechazo entre las diversas fuerzas políticas, el líder de Unidas Podemos no se retractó de ellas e insistió en que no quiere contribuir a la criminalización del independentismo.
Sólo reconoció ante los periodistas que los contextos históricos que motivaron el exilio republicano español y la marcha de Puigdemont son diferentes.
No quiso responder a las exigencias de rectificación de formaciones de izquierda y de las asociaciones memorialistas que agrupan a familiares de los republicanos que tuvieron que huir durante la Guerra Civil y la posguerra y se limitó a decir que acepta todas las críticas “con deportividad”.
Frente a ello, centró su contestación en la actitud de las fuerzas de derechas que le han afeado sus manifestaciones y las llegó a dar por buenas si, con ello, dijo, partidos como el PP o incluso Vox, respaldan la reforma de la Ley de Memoria Histórica que está tramitando el Gobierno.
Iglesias recordó sus antecedentes familiares contra el franquismo para rechazar que le pretendan dar lecciones sobre este asunto e insistió en que no se va a sumar a la criminalización del independentismo por fuertes que sean los poderes económicos y mediáticos que lo pretendan.
No se mostró de acuerdo con sus declaraciones la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, quien al ser preguntada por este asunto en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, rechazó la comparación entre Puigdemont y los exiliados republicanos. Así, subrayó que los exiliados en el franquismo defendieron la legalidad vigente.
“Otros la quebrantan”, remarcó en alusión a Puigdemont pero sin hacer referencia explícita a él en ningún momento.
Montero recordó que desde el primer momento el Gobierno de
Pedro Sánchez ha querido recuperar la dignidad de los exiliados republicanos aprobando diversas medidas.
Entre quienes afearon ayer las palabras del vicepresidente está Ciudadanos, que registró una proposición no de ley en el Congreso para reprobarlas porque entiende este partido que insultan a los exiliados republicanos al compararles de forma “inadmisible” con Puigdemont.
“La banalización de la dictadura y del totalitarismo es una constante en las filas del partido que lidera el señor Iglesias”, critica Cs, que tacha de “inmoral” este comportamiento y pide al Gobierno que le desautorice.
La misma crítica, la de banalizar con sus manifestaciones el franquismo, es la que dirigió a Iglesias la presidenta del Congreso, Maritxell Batet.
“Muchas veces las comparaciones no son buenas y nos llevan a conclusiones como mínimo cuestionables. Creo que el señor Puigdemont ha huido de la justicia y ha vulnerado el Estado de Derecho, y creo que compararlo con el exilio republicano, lo que hace es banalizar una parte de nuestra historia, banalizar un régimen dictatorial y banalizar el sufrimiento de millones de españoles en un momento muy negro de nuestra historia”, señaló.
El Gobierno andaluz también calificó de “intolerable” que Iglesias compare a “un golpista” como Puigdemont con intelectuales andaluces como Antonio Machado, Luis Cernuda o Manuel Chaves Nogales.
El portavoz del Ejecutivo autonómico consideró que “el problema no es de Iglesias, que está cada vez más solo”, sino que es del PSOE al haber hecho vicepresidente “a alguien que no cree en España, que se dedica a dividir a los españoles y que cree que la política es como un plató de televisión”.
Meritxell Batet
Presidenta del Congreso
Comparar a Puigdemont con el exilio republicano banaliza el franquismo”