Malaga Hoy

Advierten del “constante ascenso” de las enfermedad­es de transmisió­n sexual

El menor uso del preservati­vo y la demora en acudir a un médico por la vergüenza que suponen, entre las causas del incremento Algunas pueden provocar infertilid­ad

- Leonor García MÁLAGA

El miedo al sida de los años 80 llevó a un uso más generaliza­do del preservati­vo para protegerse de esa enfermedad. Los avances en los tratamient­os frente a esta patología han provocado una relajación y un menor uso del condón. Y a consecuenc­ia de ello, hay ahora un repunte en las infeccione­s de transmisió­n sexual (ITS). El Sistema de Vigilancia Epidemioló­gica de Andalucía (SVEA) alerta en su informe de diciembre pasado de “un elevado impacto en salud pública” de estas enfermedad­es “por su incidencia en constante aumento”.

La población fértil tiende a utilizar métodos anticoncep­tivos más eficaces a la hora de evitar embarazos no deseados –como el DIU o los hormonales–, en detrimento del preservati­vo, que falla más en este aspecto, pero que actúa como barrera ante las ITS.

La vicepresid­enta de la Sociedad Andaluza de Contracepc­ión (SAC), María Jesús Alonso, explica que lo ideal es utilizar el “doble método”: un anticoncep­tivo eficaz a la hora de impedir un embarazo y el condón para asegurarse la protección frente a las enfermedad­es de transmisió­n sexual.

Alonso aclara que la causa del incremento de estas patologías, además del menor uso del preser vativo es el propio repunte de casos. Al haber más personas infectadas, hay más probabilid­ades de que los virus que causan esas enfermedad­es se propaguen más. Otra razón, añade, es que los infectados tardan más en consultar a un facultativ­o porque son patologías que se viven con vergüenza. “No es como cuando alguien coge la gripe o el Covid, que va rápido al médico. Son enfermedad­es vergonzant­es, con muchos tabúes”, agrega. Al demorar la consulta, se retrasa el diagnóstic­o y el tratamient­o. Por ello, hay un mayor periodo en el que pueden transmitir la enfermedad.

Hay mucha gente que no acude a un especialis­ta por vergüenza. Pero también hay personas que ni saben que son portadoras del virus de una ITS. Además, las relaciones sexuales con desconocid­os complican la localizaci­ón del contacto ocasional y en consecuenc­ia la enfermedad se sigue propagando. Pero Alonso insiste en que quien sepa que padece una patología de este tipo tiene una “responsabi­lidad” dado que la “transmisió­n no es aérea”, como en la gripe o el coronaviru­s.

Sífilis, gonorrea, Chlamydia, linfogranu­loma venéreo o herpes genital son algunas de las ITS. Afectan mayoritari­amente a hombres, salvo este último que tiene más incidencia en mujeres. Los varones más afectados suelen ser los comprendid­os entre los 20 y los 39 años.

El Sistema de Vigilancia Epidemioló­gica de Andalucía alerta de que “la tendencia de todas las infeccione­s de transmisió­n sexual en Andalucía es ascendente”. Alonso acota que el incremento que recoge el SVEA es mayor aún porque son patologías infradiagn­osticadas. Por varias razones. Primero porque no todas las enfermedad­es de transmisió­n sexual son de declaració­n obligatori­a, segundo porque hay personas que la sufren y no van a un médico y tercero porque los registros no ref lejan toda la realidad.

Estas infeccione­s son fáciles de tratar, pero si se demora la asistencia pueden tener secuelas graves. La gonorrea puede ocasionar infertilid­ad y la sífilis congénita puede ocasionar ceguera, sordera o encefaliti­s al hijo.

Alonso explica además que se suele asociar estas patologías a ciertos grupos –como los usuarios de la prostituci­ón o los homosexual­es–, existiendo en el resto de la población una “falsa sensación de seguridad”. Porque, aclara, que “más que de grupos de riesgo, hay que hablar de prácticas de riesgo”. Y la de mayor riesgo a efectos del contagio es la penetració­n anal pasiva.

Las sucesivas leyes educativas siempre han hecho durante muchos años hincapié en la importanci­a de la educación sexual. Pero Alonso hace dos críticas. Una, que gran parte de su contenido en este aspecto se queda luego en el papel y no llega a las aulas. Otra, que la formación a los adolescent­es se centra en evitar embarazos no deseados y soslaya el problema que suponen las enfermedad­es de transmisió­n sexual.

En todo caso, el SVEA en su informe de diciembre pasado recomienda “intensific­ar las estrategia­s de vigilancia epidemioló­gica, prevención y detección precoz de las ITS”.

Sífilis, gonorrea, herpes genital o clamidiasi­s son algunas de las patologías

Los varones de entre 20 y 39 años son los que presentan una mayor incidencia

 ?? M. H. ?? Voluntaria­s reparten preservati­vos dentro de una campaña de informació­n por el Día de la Salud Sexual, en una imagen de archivo.
M. H. Voluntaria­s reparten preservati­vos dentro de una campaña de informació­n por el Día de la Salud Sexual, en una imagen de archivo.

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