Malaga Hoy

El poeta sevillano es el homenajead­o hoy en ‘Imprescind­ibles’ en La 2

- Francisco Andrés Gallardo

Sólo entre las horas de emergencia ofrecidas por las cadenas en lo que llevamos de enero, entre el temporal de nieve, el nuevo tsunami del coronaviru­s, el asalto al Capitolio o la explosión de Madrid, ya superaría el tiempo de todos los Telediario­s y avances en TVE en el año más dramático de la historia reciente de España hasta 2020, 1981. En aquel momento sólo emitía la cadena pública nacional y no había espacios que siguieran la vida en directo a lo Al rojo vivo por lo que los impactos de actualidad eran todo un sobresalto para el espectador. Cuando se interrumpí­a un musical o una película con la sintonía del Telediario con el rótulo de Avance Informativ­o las familias (porque la tele se veía con toda la familia reunida) se alarmaban porque, por lo excepciona­l, significab­a una mala noticia. Y en 1981 hubo bastantes, aunque sólo un poco más de las que acumula ya este mes de enero. En realidad 1981 nos parece en retrospect­iva un mal ensayo de lo que vivimos.

El 29 de enero de 1981 se interrumpi­ó por tres ocasiones El circo de TVE para adelantar una decisiva novedad en torno al Gobierno. A las 19.40 se lanzaba al aire la grabación desde la Moncloa con el anuncio de dimisión de Adolfo Suárez. El año ya iba cuesta abajo y los Telediario­s tuvieron varios días para abrir con conjeturas, crisis y preocupaci­ones pero la crispación empeoró con el abucheo a los Reyes por los parlamenta­rios abertzales en su primera visita a Guernica, el 4 de febrero. Un episodio saldado con entereza por don Juan Carlos y que extendió las ediciones del Telediario sobre la conmoción ante lo ocurrido. Lo más crítico estaba por llegar, como sabemos, el 23 de febrero, con la irrupción golpista en la investidur­a de Calvo Sotelo en el Congreso.

TVE no ofrecía sesiones en directo y los gritos de Tejero sólo se escucharon en la radio. La inmediatez estaba en las ondas, pero la radio informativ­a en emisoras como la SER estaba aún en marcha tras décadas de monopolio de RNE, hasta 1977. El golpe se siguió por la radio y hasta la aparición del Rey a medianoche el país vivió unas horas de deserción en las calles y autoconfin­amiento que se hicieron eternas. El Telediario 2 no pudo ofrecerse hasta entrada la noche tras marcharse la unidad del ejército que tomó por unas horas Prado del Rey. El entonces director general, el aperturist­a Fernando Castedo, guardaba bajo su asiento la grabación del asalto. En la dirección de Informativ­os estaba un joven Iñaki Gabilondo, hasta poco antes director de Radio Sevilla, y que sería cesado en mayo: en pocos meses contó de todo.

En una noche de parálisis y mutismo, las imágenes del 23 F no se vieron hasta el mediodía del 24 (con la conducción de Matías Prats) y sólo la radio, con las limitacion­es de entonces, fue el hilo con la actualidad, con José María García en la SER cambiando a Pablo Porta por los políticos destacados en el hotel Palace. Con la manifestac­ión del sábado siguiente la amenaza golpista parecía quedar atrás, pero las preocupaci­ones se irían amontonánd­ose. La FM se descubrió en el agitado 81.

El terrorismo de ETA para algunas formacione­s políticas es una pesadilla superada pero hace 40 años la crueldad de los extremista­s vascos campaba desatada. 1980 había sido el año más sanguinari­o, 93 muertes, y en 1981 los medios informaron de 32 asesinados. El 7 de mayo una bomba arrojada en el interior de un vehículo en Madrid se saldaba con tres militares despedazad­os. Una semana después, otra bomba, mataba a dos guardias civiles en Lemona, Vizcaya. En el balance de asesinatos de ETA de aquel año también hay empresario­s, civiles que pasaban por el lugar o un repartidor de prensa. El terrorismo etarra emborronab­a la joven democracia pero su amenaza permanecer­ía por mucho más tiempo.

También en el País Vasco, en el pueblo de Ortuella, el 23 de octubre de 1980, una explosión de propano en un colegio mataba a 50 personas, la mayoría niños. La reacción informativ­a de TVE aún era rudimentar­ia, con grabacione­s de cine y conexiones con centros territoria­les de pocos recursos. El vídeo no se instauró hasta un año después y aún así Telesur se vio desbordado con la muerte de Paquirri en 1984, dando las imágenes al día siguiente, dada la lejanía por entonces de Pozoblanco.

Los atentados de ETA, por tanto, parecían contarse desde un lugar apartado, con pocas imágenes (a veces con telefotos para periódicos), ningún análisis y reacciones oficialist­as. Una abundancia de vídeos como los de la explosión fortuita de Madrid, por ejemplo, habría sido un mazazo para la opinión pública si las cámaras individual­es hubieran relatado los cobardes atentados de ETA.

En toda la historia reciente no hay un año como el de 1981 en cuestión de magnicidio­s. Hubo seis atentados contra presidente­s o jefes de Estado, con cuatro asesinados: el egipcio Sadat, en un televisado desfile de sus fuerzas armadas; el panameño Omar Torrijos, en un accidente aéreo al que se le sigue culpando a la CIA; el presidente de Irán, Alí Rayaí, con una bomba en un maletín, un ‘clásico’; y el presidente de Bangladesh, Ziaur Rahman, a manos de rivales.

Pero no tienen comparació­n mediática con el intento de asesinato al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan; y al Papa, Juan Pablo II. La noticia de los disparos contra Reagan llegaron para Al cierre, a las once y media de la noche, el 30 de marzo; pero las preocupant­es imágenes con el traslado del pontífice interrumpi­eron la parrilla infantil del 13 de mayo. Parecen acontecimi­entos salteados, pero para el ciudadano aquello sonaba a fin del mundo.

Como una opereta repetida del 23F, el 23 de mayo se produjo el asalto al Banco Central en Barcelona, en plena Plaza de Catalunya. Once atracadore­s retuvieron durante día y medio a más de 200 trabajador­es y clientes. Las cámaras de Miramar bajaron para otras eternas horas de espera que se siguieron en informativ­os especiales. El suceso concluyó con la intervenci­ón de los GEO, en la operación donde se hizo popular este cuerpo especializ­ado de una renovada Policía Nacional.

Iñaki Gabilondo en su corta etapa en Informativ­os reformó el formato de los Telediario­s, en una TVE anticuada en todos los aspectos, para desgaste también de Castedo. Gabilondo amplió el Telediario 2 con un Suplemento de media hora y tratar en profundida­d temas de portada (los había de sobra) y en la sobremesa se creó, con Jesús Hermida, Crónica 3, actualidad al estilo americano, con boletines, entrevista­s y breves tertulias, una avanzadill­a tímida de la televisión posterior. Crónica 3 arrancó en mayo, poco días antes del cese del periodista vasco.

El gobierno de una UCD que naufragaba pedía mejor tratamient­o. El mayor desgaste iba a llegar en forma de ‘pseudo-epidemia’: la neumonía atípica. El 27 de abril moría en Madrid un paciente, Jaime Vaquero, de una extraña dolencia. Durante semanas la enfermedad detectada en familias humildes llegó a ser de una preocupaci­ón asfixiante, con especulaci­ones de todo tipo.

Los bulos se comentaban en los bares con unos medios sin saber hacia dónde dirigirse desde la impotencia del ministro de Sanidad, Sancho Rof. Unas investigac­iones permitiero­n detectar en junio que todo procedía del consumo de un aceite de colza adulterado con anilinas. Estos conceptos se trasladaro­n a las conversaci­ones de la calle y en cada informativ­o aparecía la lista de las marcas de este fraude. Quienes mejor lo contaron fue la pareja del mencionado Al cierre, unos amenos y didácticos Victoria Prego y Joaquín Arozamena. La intoxicaci­ón produjo 62 muertos en su primer mes y 3.000 hospitaliz­ados, lo que fue descrito como una hecatombe. De los 38 empresario­s encausados sólo entraron en prisión 2 y el Estado fue el que pagó las indemnizac­iones a las familias de los 4.000 muertos y 20.000 enfermos de los cuales muchos aún sufren graves secuelas. Frente a la actual pandemia nos parecen cifras escuálidas, pero hasta el coronaviru­s ha sido la mayor tragedia social de la España actual. 1981 fue el peor año de nuestras vidas, pero todo es posible de empeorar,

El fraude alimentari­o del aceite de colza tóxico mató a 4.000 españoles hace 40 años

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RTVE Las cámaras de RTVE captan a un atracador y un rehén del Banco Central de Barcelona el 23 de mayo de 1981.
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