La Rosaleda ‘Blues’
El Málaga sigue sin encontrarse en su estadio y cae ante la Ponferradina, que fue mejor en el cómputo global Los síntomas de los blanquiazules comienzan a ser muy preocupantes
servilleta atada al cuello y el cuchillo y el tenedor en las manos. La empalmó de manera espectacular, imposible para Dani Barrio.
La presencia en los laterales de Mejías y Alexander no estaba ofreciendo gran cosa, los centrocampistas estaban bien tapados y los chispazos del trío de ataque eran pocos e inocuos. Además los leoneses no se cortaron a la hora de frenar los intentos blanquiazules de trenzar alguna buena acción. La ventaja fue golosa y los de Bolo procuraron vivir de orden y contras.
Tardó casi media hora el Málaga en dejar de comportarse como un recién levantado. Se rompió el tedioso bucle de lo previsible con pequeñas asociaciones. CristianChavarría; Juande-Joaquín-Rahmani; Chavarría-Rahmani. Peligro en aumento y primeras intervenciones de relevancia de Caro.
El equipo está encasillado en su papel de anfitrión que no sabe mandar
Tras el zarandeo, la Ponferradina levantó la persiana y amenazó con un misil de falta directa de Curro que no está claro si se marchó por poco o lo sacó Barrio. El colegiado decretó saque de puerta. Terminaron la primera mitad los bercianos manejando los tiempos.
Es evidente que algo no termina de funcionar cuando no ganar es hábito. Pasó a dos puntas tras el descanso Pellicer, renunciando a Ramón, al que la Ponfe no dejó operar. Caye trató de convertirse en el factor imprevisible para desestabilizar. Tras un par de amagos, dejaron de suceder cosas. Así que hubo nuevos movimientos de hombres y dibujo.
El Málaga parecía una botella de champán sin gas, encasillado en su papel de anfitrión que no sabe mandar. Colgando balones al área casi obtiene néctar pero Caro estaba empeñado en amargar la noche a Rahmani. Otro quejío estéril para los blanquiazules, a los que Yuri anduvo cerca de sentenciar con una acción de mucha categoría. Fue Gaspar, sin embargo, quien sacó el hacha de verdugo. Y porque Barrio tiró de reflejos, si no, habría terminado en goleada. Algo no encaja en el Málaga y los síntomas son para tenerlos muy en cuenta. Tiene que reinventarse porque ya ni muere en la orilla.
Perdió el Málaga ante la Ponferradina y hay que encender las alertas porque algunos jugadores y el equipo en sí parece champán sin gas. Falto fuelle para al menos intentar la hombrada final. Dani Barrio evitó el sonrojo de una goleada en el descuento.
No pudo hacer gran cosa en los goles pero en la recta final evitó varios goles de la Ponferradina.
No estuvo bien el venezolano, irregular y que no es relevante en ataque.
Lo mejor de su actuación fue un balón que filtró en el área rival que casi acaba en gol.
No estuvo bien y se abusa demasiado de la salida a través de él aunque tenga gran precisión.
Otra vez de lateral izquierdo, está bastante lejos del rendimiento esperado. Cambiado al descanso.