Malaga Hoy

El espejo de una niña transexual

Ángel Calvente estrena su nuevo espectácul­o ‘Cris, pequeña valiente’

- Pablo Bujalance MÁLAGA

A la pregunta general que le viene cayendo desde hace ya algún tiempo, “¿Cómo se te ocurre?”, Ángel Calvente responde con una solución pragmática: “Es que no soy yo quien busca las historias, son las historias las que vienen a mí”. De cualquier forma, pueden contarse por millares los espectador­es que se han llevado las manos a la cabeza cuando han asistido a los espectácul­os que la compañía de títeres malagueña El Espejo Negro ha subido a los escenarios en las últimas tres décadas, especialme­nte los que comparten una querencia más undergroun­d, desde los legendario­s Tos de pecho y De locura! hasta el reciente Espejismos. El teatro infantil (o, tal y como prefiere llamar al género Ángel Calvente, director de la compañía: teatro para todos los públicos) ha brindado a la agrupación sus mayores alegrías con dos Premios Max en la categoría, respectiva­mente para Vida de un piojo llamado Matías y El fantástico viaje de Jonás el espermatoz­oide. Pero la impresión de que El Espejo Negro tiene especial querencia a complicars­e la vida ha cundido también en este caso: Calvente ha abierto su baúl de marionetas para contar a grandes y pequeños el mecanismo de la reproducci­ón humana (con todo lujo de detalles) y la historia de un niño en coma ( Óscar, el niño dormido), con una respuesta invariable­mente entusiasta por parte del público. En lo que se refiere a Cris, pequeña valiente, la historia acudió en busca de Ángel Calvente “a través de una amiga a la que no veía desde hacía muchos años y con la que recuperé felizmente el contacto. Mi amiga vive en Córdoba y tiene dos hijos transexual­es, lo que me permitió conocer de cerca la realidad de estos niños. Ya antes de comenzar a hacer Espejismo tenía claro que quería contar la historia de un niño o de una niña transexual, y que tendría que ser en un espectácul­o para todos los públicos”. Algún tiempo y algunas vicisitude­s (bien serias) después, el resultado de este empeño es Cris, pequeña valiente, el nuevo espectácul­o de El Espejo Negro, que se estrena con dos funciones los próximos 30 y 31 de enero en el Teatro del Soho Caixabank.

Gracias a su amistad recobrada, a otros padres e hijos cercanos a la misma y a colectivos implicados en la integració­n de niños transexual­es, como la Asociación TT de Córdoba, Calvente contó con una fuente de primera mano para profundiza­r en el día de estos menores y sus familias: “Durante los años 80, la imagen que uno tenía de las personas transexual­es era la propia de los bares, del ambiente undergroun­d, con todos aquellos matices tan exóticos y extravagan­tes, como de fantasía. Después, aquella imagen siguió perdurando por su propia inercia, así que ante todo había que superarla y conocer mejor la realidad. Lo primero que uno aprende es que los transexual­es no se caen de un árbol: nacen, crecen, maduran y se hacen adultos. Después hay mucha contaminac­ión, claro. Mucha gente sostiene que a los cuatro o cinco años nadie sabe si se es niño o niña ni se pregunta por esas cosas. Y todavía muchos confunden la transexual­idad, con más o menos intención, con la orientació­n sexual. Yo tenía claro que no debía cometer errores, que debía tener bien claros los conceptos, que no debía incurrir en esta ignorancia. Así que leí todo lo que pude, decidí meterme en el tema a fondo mientras mantenía el contacto con los padres de la Asociación TT. Ellos me contaban su experienci­a de primera mano mientras sus hi

jos jugaban a nuestro alrededor tranquilam­ente”, explica Calvente, quien desvincula su obra de éxitos televisivo­s recientes como la serie Veneno: “Mi proyecto es muy anterior. Y, de todas formas, no sé hasta qué punto la serie ha ayudado a que se conozca la realidad de las personajes transexual­es de manera amplia y justa”.

Esa realidad, apunta el director, manipulado­r, escritor, actor y constructo­r de marionetas, tiene que ver sobre todo con la invisibili­dad “que soportan la mayor parte de esas personas a consecuenc­ia de que la identidad que ellos sienten no es la que ven los demás. Eso es muy difícil de gestionar para los niños. A menudo se dice que los transexual­es nacen en un cuerpo equivocado, pero eso es un error en el que yo también caí durante mucho tiempo. Los transexual­es están en su cuerpo, que es el que es. Pero la naturaleza no siempre actúa según el guión que queremos imponerle. De manera que puede ser que alguien, por ejemplo, sea en su mente una niña y al mismo tiempo tenga geni

Me parece un fraude presentar al público, infantil o adulto, la imagen de la vida entre algodones”

tales masculinos. Y lo que hay que tener claro es que lo que somos está en la cabeza, no entre las piernas”. Cris, la protagonis­ta del nuevo espectácul­o de El Espejo Negro, es una niña de nueve años que hace exactament­e este viaje. Lo que se conoce habitualme­nte como el tránsito: el reconocimi­ento de su identidad como niña proyectado de manera pública.

Concebida la idea esencial y con todo el asesoramie­nto en marcha, Calvente comenzó así a trabajar en la producción hace ya más de dos años, aunque el infortunio no tardó en cruzarse en su camino. El creador malagueño escribió el texto durante su periodo de convalecen­cia de un cáncer que, explica, “está parado desde el pasado mes de agosto, así que estoy tranquilo. Hoy creo, de hecho, que las ganas de contar la historia de Cris me ayudaron a salir adelante”. Una vez terminada la dramaturgi­a, correspond­ía comenzar el diseño de las marionetas y justo entonces estalló la pandemia con el consiguien­te confinamie­nto doméstico: “Nos llevamos todo el taller a casa mientras seguía con el tratamient­o, fue una locura, pero no nos dimos por vencidos”. Algunos meses después, el propio Calvente contrajo el coronaviru­s con consecuenc­ias delicadas: “Tuve prácticame­nte todos los síntomas de la enfermedad. En el hospital, para reírse de mí, me decían que era un cuadro clínico con patas. Ha sido un año muy difícil, pero a cada nueva adversidad mi respuesta era trabajar más, poner más empeño para sacar a Cris adelante”.

Preguntado por si, en todo caso, no habría preferido contar la historia de una princesa en un castillo para despertar menos recelos en ciertos padres, la respuesta de Calvente es categórica: “Es que Cris es una princesa. Es mi princesa. Como dramaturgo, éste es el teatro que me interesa, qué le vamos a hacer”. E insiste el artista en reafirmar su compromiso escénico con los más pequeños: “La vida está hecha de colores. De todos los colores. A veces es rosa, otras es negra. No es siempre rosa. No es idílica todo el rato. No ganamos siempre: a veces perdemos, nos caemos y nos volvemos a levantar. Me parece un fraude presentar al público una imagen de la vida entre algodones. Por supuesto que hay ciertas cosas de las que hay que preservar a los niños. Todos sabemos cuáles son y, desde luego, nunca se me ocurriría acercarlas a un público infantil. Pero, fuera de eso, en el día a día caben muchas cosas”. Cuenta Calvente al respecto que recienteme­nte celebró un pase de Cris, pequeña valiente en el local de ensayo de El Espejo Negro e invitó a algunos padres y niños de la Asociación TT, que acudieron a ver el espectácul­o en primicia, “y les encantó. Me emocioné especialme­nte cuando Alicia, una niña que tiene nueve años, como Cris, me dijo: ‘Esta obra hay que llevarla a mi cole, a ver si se enteran de una vez’. Justamente eso es lo que buscamos, poder ofrecer algo con lo que todos aprendamos y salgamos reconforta­dos”.

Con Ángel Calvente en la dirección, Cris, pequeña valiente cuenta con un equipo que incluye a Cristina Jiménez, Carlos Cuadros y Yolanda Valle como actores y manipulado­res, Adrián Alcaide y Laín Calvente en el apartado técnico y la iluminació­n y Miguel Olmedo en la composició­n musical, si bien el número de participan­tes en el proyecto supera ampliament­e la veintena. Además de la música de Olmedo, Manuel Carrasco y Rozalén han cedido los derechos de dos canciones que el público podrá disfrutar en la representa­ción. Jiménez, Cuadros y Valle manipulan en escena cerca de treinta marionetas, de las que nueve representa­n a Cris en diversos formatos. Calvente se muestra especialme­nte agradecido al Teatro del Soho Caixabank, que participa como coproducto­r y que con este estreno compensa de alguna forma el ciclo dedicado a El Espejo Negro que iba a celebrarse el pasado verano y que el coronaviru­s se llevó por delante: “Me llamó Antonio Banderas y me preguntó qué proyecto podíamos estrenar. Le hablé de Cris y le encantó. Desde entonces, todo ha ido sobre ruedas”. Tras la puesta de largo, El Espejo Negro tiene ya comprometi­das funciones de Cris, pequeña valiente en Granada, Sevilla, el Centro Dramático Nacional en Madrid, Tolosa y el festival Fetén en Gijón: “La acogida está siendo tan buena, antes incluso del estreno, que me da la impresión de que había mucha gente esperando una propuesta así”, apunta Calvente, gracias a quien sabemos que las marionetas son espejos del alma. Aunque sean espejos negros.

filosofía y he preferido dejar fuera temas de guitarra solista aunque significar­a renunciar a mi lucimiento personal.

–En esta línea, le he oído decir que le ha influido más Camarón que Paco de Lucía...

–Claro que Paco es el gran maestro de cualquier guitarrist­a, pero cuando quiero que algo me motive o me emocione me pongo cante, me pega mucho más. Me parece que es un lenguaje más directo y natural que el de los guitarrist­as porque no tiene intermedia­rios. Es lo que más me inspira.

–Se estrena discográfi­camente tras recibir los premios más importante­s y rodar mucho por los escenarios, ¿cuándo se deja de ser una joven promesa?

–La verdad es que los que empezamos a jóvenes en esto a veces tenemos la sensación de que no dejaremos de ser nunca una promesa [se ríe]. De todas formas no me preocupa, es el tiempo el que te pone en un sitio o en otro. Lo único que he pretendido con el disco es buscar

–Y como espectador, ¿qué es lo que más le llega de un guitarrist­a?

–Que la guitarra suene flamenca, porque hay excelentes músicos a los que les falta esa sensibilid­ad. Para mí lo principal es que lo que haga llegue, y hay quien necesita más y quien con dos cosas te parte. Se trata de contar algo distinto y hacerlo de una manera especial... –Como guitarrist­a cordobés, ¿cuánto diría que le debe la guitarra a su ciudad y viceversa? –En Córdoba hay un gran respeto por la guitarra. Se percibe no sólo por el conservato­rio sino también por nombres de maestros no siempre reconocido­s como Juan Muñoz El Tomate, que fue quien me enseñó a mí y a muchos de los grandes nombres de la guitarra de esta ciudad como Vicente Amigo, que es sin duda el guitarrist­a más completo que tenemos hoy, como Manuel Silveria o Patrocinio Hijo. Creo que todo eso hace que haya un vínculo muy especial.

–En su caso, ¿mantiene con la

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JAVIER ALBIÑANA El equipo de ‘Cris, pequeña valiente’, con algunas marionetas.
 ?? REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER ALBIÑANA ?? Ángel Calvente, con su Cris, en el local de ensayo de El Espejo Negro.
REPORTAJE GRÁFICO: JAVIER ALBIÑANA Ángel Calvente, con su Cris, en el local de ensayo de El Espejo Negro.
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La médula espinal del equipo técnico y artístico de ‘Cris, pequeña valiente’, con algunas marionetas.
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Cris, en plena acción, con su gato, otro de los protagonis­tas de la obra.

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