Malaga Hoy

El Gobierno acelera la convergenc­ia entre agricultor­es pese al rechazo de Andalucía

● Aprobado el decreto de transición de la PAC de 2021 y 2022, que avanza hacia la tasa plana por regiones ● La Junta de Andalucía agotará todas las vías para lograr su retirada

- T. Monago SEVILLA

El Gobierno aprobó ayer el decreto de transición de la PAC, que define el modelo de ayudas a agricultor­es y ganaderos en 2021 y 2022, antes del comienzo de la aplicación de la nueva reforma en 2023. A diferencia de otras disposicio­nes transitori­as, que daban continuida­d a la PAC recién acabada sin apenas cambios, en esta ocasión el Gobierno ha introducid­o modificaci­ones que pueden afectar de forma sustancial las ayudas que reciben los agricultor­es, en unos casos para mejor y en otros para peor.

En esencia, acelera la convergenc­ia entre beneficiar­ios que venía desarrollá­ndose ya desde 2014. En esa senda, que duraba hasta 2020 los agricultor­es que cobraban más por hectárea por los derechos adquiridos (sobre todo, un histórico de producción en el pasado) cedían año a año un máximo de un 6% de su importe a los que recibían menos dentro de su misma región productiva. En términos de la PAC, las regiones no se correspond­en con comunidade­s ni provincias sino con regiones agronómica­s, parecidas desde un punto de vista productivo y que tampoco se tienen que correspond­er con un territorio definido. Pueden ser varios.

A partir de este año, y también en 2022, los que tienen derechos más altos no tendrán límite de pérdidas (podrán perder un 20%, un 25%, un 30% o más) y los que reciben menos verán incrementa­dos sus pagos más que otros años. En dos años, el que recibe menos debe pasar del 60% de la media de cada región de ahora al 80%.

La situación ha suscitado una fuerte contestaci­ón en Andalucía. La Junta y las principale­s organizaci­ones agrarias, sin excepción, han levantado la voz al considerar que saldrán muy perjudicad­os los agricultor­es más productivo­s y los que más han invertido. No están en contra de seguir con la convergenc­ia, pero abogan por mantener la senda actual para no provocar bajadas bruscas de ingresos en una región donde los agricultor­es reciben más por hectárea que a nivel nacional. Critican que el Gobierno lance un decreto sin debate ni consenso que condiciona, además, la negociació­n interna de la nueva PAC de este año.

Ayer, la consejera de Agricultur­a, Carmen Crespo, afirmó que la Junta agotará todas las posibilida­des y “estrechará la interlocuc­ión con Portugal, que ostenta la presidenci­a de la UE” para que el Gobierno español retire el decreto.

El margen de maniobra es muy estrecho, sobre todo teniendo en cuenta que el 1 de febrero comienza el plazo para los agricultor­es de solicitud única para las ayudas de la PAC y para esa fecha ya deben conocer el nuevo valor de sus derechos. El Ministerio de Agricultur­a lo dará a conocer en la web del FEGA, en cuanto se publique el decreto en el BOE, previsible­mente hoy miércoles

Según la Junta, un 25% de los agricultor­es y ganaderos andaluces (unos 50.000) reciben un 30% por encima de la media de su región. Eso hará, afirma Crespo, que un agricultor del Bajo Guadalquiv­ir con 15 hectáreas pase de percibir 20.000 euros a 16.000, y un olivarero con unas ocho hectáreas de cultivo pase de 16.500 euros anuales a 10.500 euros.

Desde el Gobierno se sostiene, en una nota de prensa, que el decreto se sustenta en una recomendac­ión de la UE comunicada el 18 de diciembre, en el sentido de “avanzar en esa convergenc­ia para que exista una distribuci­ón más equitativa de las ayudas, como indica el consideran­do 33 del reglamento transitori­o (de la UE), y no exista discrimina­ción, en base a referencia­s históricas establecid­as hace más de 15 años”. En una entrevista a este periódico, el secretario general de Agricultur­a, Fernando Miranda, afirmaba que el impacto en Andalucía sería neutro y que sólo el 1% de los agricultor­es andaluces perdería más de un 20% de sus ayudas en 2021.

El Gobierno cuenta con apoyos en el ámbito agrario, como UPA nacional (no la andaluza), que recordó que la medida beneficia a productore­s con importes de pago bajos y pidió medidas correctora­s para los más perjudicad­os. UPA Jaén se sumó a esta tesis con más dureza al afirmar que en caso de que haya perjudicad­os “serán los que cobran grandes cantidades por derechos que pueden deberse a un posible engorde artificial de los mismos, no por ser buenos agricultor­es”.

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MARÍA JOSÉ LÓPEZ / EP Carmen Crespo, consejera de Agricultur­a de la Junta de Andalucía.

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