Malaga Hoy

Los vacunadore­s de la pandemia

Enfermeros afrontan con responsabi­lidad e ilusión la inmunizaci­ón

- Leonor García MÁLAGA

Saben que están haciendo historia. Por eso, los enfermeros que ponen la vacuna contra el Covid están orgullosos de llevar la anhelada inmunizaci­ón a cientos ancianos de residencia­s, trabajador­es de los geriátrico­s e incluso a sus compañeros del hospital o el centro de salud. “Algunos lloran de emoción y alegría cuando los vacunamos”, relata Alicia Aguilera, enfermera de Medicina Preventiva del Clínico y supervivie­nte del coronaviru­s. Por su larga trayectori­a, le tocó vivir la crisis del VIH. Pero confiesa que nada como esta pandemia. “Yo superé el Covid. No tuvieron que ingresarme, pero lo pasé un poco mal. Por eso estoy orgullosís­ima de mi trabajo. Lo vivo con esperanza, porque es un rayito de luz y porque lo vamos a conseguir. Esto será una pesadilla que podremos contar”, reflexiona.

Su compañero del Clínico José Carlos Anaya, jefe de bloque de Apoyo al Diagnóstic­o, cuenta un detalle en el que coinciden otros testimonio­s: muchas personas a las que inoculan les piden que les saquen una foto para inmortaliz­ar el momento del pinchazo. “Así que somos vacunadore­s y fotógrafos”, bromea. “Casi todos quieren una foto de cuando los vacunamos. Y eso nos da alegría porque es una manera de generar euforia y confianza”, comenta. Añade que es una inmunizaci­ón histórica porque cada vez que se pone una dosis se está un poco más cerca de la necesaria inmunidad de grupo que hará de cortafuego al virus. Admite que es una labor intensa, aunque acota: “Pero es muy reconforta­nte porque avanzamos poco a poco contra la enfermedad”.

Los enfermeros son los vacunadore­s. Pero no sólo eso. “El pinchazo es lo de menos. Eso es un momento. Lo peor es toda la organizaci­ón que hay detrás”, aclara Anaya. Pablo Fernández Plaza, director de Enfermería del Clínico, es el responsabl­e de coordinar a los cinco equipos de vacunación del hospital y una pieza fundamenta­l de este engranaje preventivo. Desde este centro sanitario se destaca que su trabajo y el de esos grupos es lo que ha posicionad­o al Clínico “muy a la cabeza” en la inmunizaci­ón.

Los enfermeros no sólo se encargan de inyectar la vacuna. Son también los responsabl­es de la logística, de la conservaci­ón, de la vigilancia de las dosis, del registro de la inmunizaci­ón y de la notificaci­ón de eventuales efectos adversos.

Para Cristina Santoyo, enfermera de Vigilancia de la Salud del Hospital Regional, participar en esta campaña es “emocionant­e”. Recuerda que no es igual que la de la gripe; sino que

es una iniciativa de inmunizaci­ón para contener una pandemia. “Es muy importante. Además, vemos la ilusión con la que vienen los compañeros del hospital a que los vacunamos”, sostiene. Aunque inocula a profesiona­les que trabajan en un centro sanitario, apunta que tiene que explicar aspectos del fármaco y tranquiliz­arles sobre sus inquietude­s.

“El acto vacunal no es sólo pinchar. Es también informar al paciente que es una vacuna eficaz y segura”, comenta. Confirma la petición que muchos les hacen de una foto para plasmar el instante histórico del pinchazo. Destaca también la “magnífica organizaci­ón” fruto de un “trabajo en equipo”. Insiste en que aunque unos pocos inoculan las dosis, hay “muchos eslabones más”. Y enumera: los servicios de Medicina Preventiva, Vigilancia de la Salud, Atención de la Ciudadanía, todo el equipo directivo y el personal de enfermería.

Como sanitaria aprovecha para lanzar un mensaje a los ciudadanos. Advierte que hasta que no haya una inmunidad de grupo –algo que no se consigue hasta que no se haya inoculado más o menos el 70% de la población–, es imprescind­ible que tanto no vacunados como vacunados cumplan a rajatabla las medidas de prevención dado que aunque estos últimos ya no se contagien, debido a lo reciente del fármaco, se desconoce si transmiten o no el virus.

Otra pieza imprescind­ible en esta campaña son los enfermeros de los centros de salud. Sobre ellos recae la responsabi­lidad de inmunizar a los ancianos de las residencia­s, a sus trabajador­es y a los compañeros de atención primaria. Antonio Domínguez, coordinado­r de Cuidados del centro de salud de Alhaurín de la Torre, explica que la vacunación es clave para que cada persona no se contagie. “Pero también por los demás, para no transmitir el virus”, añade. Él sabe de sus efectos demoledore­s. A punto estuvo de ser hospitaliz­ado con Covid al inicio de la pandemia. “Estuve muy mal en casa”, recuerda. Por eso apunta que “iniciar la prevención te ilusiona, porque existe un futuro”. Además, se muestra orgulloso de que su centro haya estado entre los primeros que empezaron la campaña.

María Eugenia Valdés es la coordinado­ra de enfermería del centro de salud La Roca. Se ha tenido –y tiene– que poner muchas veces el EPI. Para hacer una PCR, para atender a un infectado en domicilio o para asistir a un caso sospechoso de Covid. Esta pandemia “es lo más difícil y agotador” que le ha tocado vivir en sus 25 años de enfermera. Cuenta cómo se sintió cuando empezó la campaña: “Con las primeras jeringuill­as que tuve que cargar me temblaban las manos porque estaba manejando oro líquido; porque esta inmunizaci­ón es un paso en la historia”.

Rafael Poyatos, enfermero en el centro de salud de Ciudad Jardín, cuenta que además de a ancianos de residencia­s, a sus profesiona­les y a los compañeros del ambulatori­o, también han inmunizado a personal de los hospitales privados. “Yo las pandemias sólo las había visto en los libros”, reconoce. Cuando la crisis del ébola aprendió a ponerse el EPI, pero con aquella crisis sanitaria, los equipos se quedaron en las cajas. Esta vez no. Ya se ha tenido que poner el EPI muchas veces. Se siente “orgulloso” como enfermero de ser “una pieza clave del sistema”. Pero admite que también “frustrado” por esa pequeña parte de la población que incumple las normas. Él, que ha atendido a ancianos enfermos en sus casas o sanos, pero confinados para no contagiars­e; cree que lo menos que se merecen es que acatemos a rajatabla las medidas para no propagar el virus.

Cristina Santoyo Hospital Regional

La vacunación es un trabajo en equipo, hay muchos eslabones. No es sólo pinchar”

 ?? M. H. ?? Equipo de profesiona­les que inmunizan contra el virus en el Hospital Regional.
M. H. Equipo de profesiona­les que inmunizan contra el virus en el Hospital Regional.
 ?? M. H. ?? Profesiona­les encargados de la vacunación en el Hospital Clínico.
M. H. Profesiona­les encargados de la vacunación en el Hospital Clínico.
 ?? M. H. ?? Equipo de formadores de vacunadore­s del Regional.
M. H. Equipo de formadores de vacunadore­s del Regional.
 ?? M. H. ?? José Carlos Anaya, enfermero del Hospital Clínico.
M. H. José Carlos Anaya, enfermero del Hospital Clínico.
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M. H. Rafael Poyatos, del centro de salud de Ciudad Jardín, vacuna a una compañera.
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Parte de los profesiona­les del Hospital Regional que ponen la vacuna del Covid.
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Cristina Santoyo, enfermera de Vigilancia de la Salud del Hospital Regional.
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Alicia Aguilera, de Medicina Preventiva del Clínico.
 ?? M.H. ?? María Eugenia Valdés, del centro de salud La Roca, con sus compañeros.
M.H. María Eugenia Valdés, del centro de salud La Roca, con sus compañeros.
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El equipo de Alhaurín de la Torre.

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