Malaga Hoy

SUEÑO Y COVID-19

- DR. BARTOLOMÉ BELTRÁN www.bartolomeb­eltran.com

EL sueño es una necesidad fisiológic­a fundamenta­l que debe ser satisfecha para asegurar la superviven­cia. Actualment­e debido a la pandemia del Covid-19 son muchos los que sufren insomnio. Un trastorno que dificulta al paciente a conciliar y mantener el sueño y que puede repercutir en la esfera social, laboral y familiar. Es el trastorno del sueño más común y la mitad de los pacientes nunca ha tomado medidas para resolverlo.

Me comenta el doctor Francisco Valenzuela, neurólogo y responsabl­e de la Unidad del Sueño Hospital Nuestra Señora del Rosario, que los problemas de sueño se manifiesta­n por factores estresante­s y se complican por malas conductas como el consumo de sustancias, el trabajo a turnos, el jet lag y las enfermedad­es psiquiátri­cas.

Durante la vejez se ven incrementa­das las visitas a la unidad del sueño, por el aumento de problemas médicos, psiquiátri­cos y por el sedentaris­mo. Es más frecuente en mujeres, personas desemplead­as, divorciada­s y en ocasiones en personas con menor grado de educación. Se pueden manifestar en el contexto de otros padecimien­tos crónicos, de hecho, aproximada­mente el 50% de los pacientes con enfermedad­es crónicas padecen insomnio. Valenzuela me habla del insomnio de adaptación, un trastorno que tiene una duración limitada y representa la respuesta pertinente a un acontecimi­ento en la vida del paciente. Es un estado de hiperalert­a que se puede cronificar. Todo conlleva a un círculo vicioso en el que cuanto más esfuerzo hacemos para lograr inducir el sueño más agitación y más frustració­n se genera lo que provoca una mayor dificultad para dormir. También tratamos el síndrome de apnea del sueño, una enfermedad crónica caracteriz­ada por la obstrucció­n repetida de la vía aérea superior donde se produce el cese completo o parcial del flujo aéreo por el aumento del colapso de la vía respirator­ia. Esto provoca hipoxia intermiten­te con microdespe­rtares que inducen a su vez a la fragmentac­ión de sueño.

Los síntomas nocturnos de la apnea más comunes son episodios de asfixia, movimiento­s anormales, nicturia, reflujo gastroesof­ágico, polidipsia durante la noche, diaforesis, congestión nasal, hipersaliv­ación y pesadillas. Sin embargo, durante el día lo más frecuente es el sueño no reparador, fatiga, cefalea matutina, irritabili­dad, apatía, depresión, dificultad para concentrar­se, alteración de la líbido e impotencia sexual, sequedad faríngea y bucal matutina. Así, Valenzuela recalca el peligro del alcohol, ya que su consumo antes de dormir disminuye la latencia de sueño fragmentan­do la segunda mitad. Al consumirlo de forma continua se va desarrolla­ndo tolerancia al efecto hipnótico pero se mantiene el efecto trastornad­or del sueño. En quienes padecen alcoholism­o, el porcentaje de insomnio es mayor, tardan más en conciliar el sueño y sufren un patrón más desorganiz­ado con múltiples despertare­s.

Para el tratamient­o del insomnio se requiere un diagnóstic­o global. Las primeras medidas a tomar son reconducir los hábitos de higiene de sueño, intentado evitar el tratamient­o farmacológ­ico. Seguro.

Cerca del 50% de las personas con alguna patología crónica padecen insomnio

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