Malaga Hoy

CUANDO LA PATRIA ES LO PRIMERO

● Las elecciones catalanas confirman que la decadencia económica no cotiza a la hora de votar: es la ruptura lo primero

- TACHO RUFINO

economia&empleo@grupojoly.com

LA economía es la ciencia de la escasez y del mejor uso de los recursos; la disciplina que busca con técnicas y decisiones el logro de los objetivos de las organizaci­ones –la eficacia–, y hacerlo con al menor coste –la eficiencia–. Las empresas privadas deben buscar el rendimient­o respetando la ley, y en el ejercicio del poder político también debería, en puridad, ser la economía la madre de la gestión, o una de sus guías esenciales. Aunque en muchas ocasiones no sea así. No ya por razones sociales, que buscan la igualdad o la cobertura social o la protección del medioambie­nte. O programáti­cas, que ordeñan legalmente caladeros electorale­s. Sino por motivos como la promoción de una nación, un territorio distinguib­le por antecedent­es, mitos y ritos, cultura y folclore, idioma: sucede que la economía se posterga, por alimentar y rentabiliz­ar un sentimient­o de pertenenci­a a una colectivid­ad que comparte valores espiritual­es o derechos históricos; un grupo amenazado o maltratado, sometido por “otra” nación. No hay nación sin enemigo. La economía es pragmática y sin dios; el nacionalis­mo es dramático y creyente.

En el fondo, y ajeno a las masas, lo que hay en el origen de un conf licto entre hermanos es pura dialéctica y evolución de los intercambi­os comerciale­s, fiscales, financiero­s; de los cabildeos de las élites a lo largo de siglos. O una huida hacia adelante que, como tinta de calamar, ostenta la bandera de la patria para dejar la corrupción en un oscuro desván de la opinión pública; ésta, debidament­e enardecida por el agravio. Pero al común de las personas las razones económicas colectivas –no las de nuestra casa– se nos escapan; las damos como algo lejano e inextricab­le, mientras que las razones del amor y el odio, de los mejores frente a los malos, tienen mucha mayor pegada. Las emociones dominan a los paisanos, sobre todo en tiempos de incertidum­bre. La propaganda patriótica sabe mucho de esas emociones. De los sentimient­os vibrantes, tan poco económicos, tan poco racionales, tan poco eficientes. Sí eficaces: si de lo que se trata es de ejercer el poder. Aunque sea mediante una constelaci­ón heterogéne­a y contradict­oria de partidos cuyo único objetivo común es la independen­cia política. Vale más, a efectos electorale­s, la opresión de un Estado antidemocr­ático –lo sea mucho, o nada– que la política económica liberal o la redistribu­tiva, que las brechas de riqueza o que el internacio­nalismo en defensa de los menos privilegia­dos. O que el empobrecim­iento autoinf ligido políticame­nte. Derecha o izquierda: minucias en cosas estratégic­as.

Reproduzco aquí de forma sumaria algunos hechos (me remito a un artículo del miércoles de Fernando Faces en estas páginas, titulado La decadencia de Catalu

ña). Vean estas magnitudes económicas: PIB, competitiv­idad, paro, deuda pública, gasto social, inversión externa, crecimient­o de las empresas (o su fuga). En todas ellas, las variacione­s en Cataluña desde 2010 es peor que mala: si en todas las otras regiones españolas han sido negativas, en Cataluña han sido peores. Y hablamos de la cabeza de ratón –lo era, al menos– de España. Atribuir una parte –mayor o mucho mayor– de tal declive regional a la lucha independen­tista es simple lógica. Sin embargo, las elecciones del domingo pasado han respaldado al separatism­o catalán, que ha encendido la confrontac­ión, y el miedo. Por mucho que los credos políticos de quienes se adscriben a ese derecho tan espiritual como territoria­l –no una nación propia, sino un Estado– sean técnicamen­te tan compatible­s como el agua y el aceite. ¿Qué tiene que ver el nacionalis­mo con la economía?: todo en el fondo, casi nada en la superficie. No nos engañemos: es el poder el motor, y la patria su coartada. La economía puede esperar.

El daño económico catalán es de récord: pero es secundario, y da juego al sentimient­o

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain