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Juan Carlos I vuelve

El Rey emérito no pudo regresar en Navidad como quería ni tampoco para celebrar su cumpleaños en familia y ahora desea participar en la regata de Sanxenxo el 15 de marzo

- DAVID FERNÁNDEZ / EFE PILAR CERNUDA

HACE dos meses el rey Juan Carlos puso en marcha la segunda regulariza­ción con Hacienda, tras abonar en la primera unos 600.000 euros por ingresos no declarados. En esta segunda le correspond­erían pagar unos 5 millones de euros y no ha dispuesto de esa cantidad hasta hace pocos días. En contra de lo que se ha publicado, su economía se encuentra en estos momentos en números rojos.

De los cien millones de dólares –65 millones de euros– que recibió del Rey saudí Abdallah en 2008, no queda prácticame­nte nada. Cuatro años más tarde hizo una donación a su entonces amante, Corinna Larsen, y como ella misma ha declarado en alguna entrevista, se trata de una donación irreversib­le, no cabe la devolución.

En el círculo que todavía se mantiene leal al rey Juan Carlos se cree que el Monarca no sabe exactament­e qué ha ocurrido con el dinero de esa donación. Lo puso en manos de un gestor suizo, Arturo Fassana y se despreocup­ó; pensando además, porque así se lo habían asegurado, que no tenía que declararlo­s a la Hacienda española por su inviolabil­idad como Jefe de Estado. Aún hoy le sorprende que aparezcan noticias sobre cuentas corrientes en paraísos fiscales. Si existen, asegura que lo desconocía.

Fassana declaró al fiscal suizo Bertossa que investiga los dineros de Corinna Larsen, que la procedenci­a de esos 65 millones correspond­en al dinero que le transfirió el rey Juan Carlos de la donación del rey Abdallah, pero Fassana afirmó también que no hay documento que acredite esa donación. Lo hay ya, posterior a la declaració­n de Fassana a Bertossa: la Casa Real saudí lo facilitó hace unos meses para desmentir que los millones procediera­n de una supuesta comisión a don Juan Carlos por su intermedia­ción para que un consorcio de empresas españolas se hiciera cargo de la construcci­ón del AVE Medina-La Meca.

REGATA EN SANXENXO

El Rey prepara su regreso. No pudo volver a España en Navidad como era su deseo, tampoco para celebrar su cumpleaños en familia, y desea hacerlo ahora. Le gustaría que el regreso estuviera lo suficiente­mente cercano para participar así en Sanxenxo, el 15 de este mes, en los entrenamie­ntos para clasificar­se en e campeonato del mundo que de veleros que ya ganaron en dos ocasiones en la clase 6M Clásico.

Las dificultad­es han sido muchas, pero la más importante­s era cancelar la deuda que tenía con Hacienda. Para ello se ha visto obligado a acudir a algunos amigos, entre los que por cierto no se cuentan las grandísima­s fortunas españolas, sino personas con importante­s economías pero muy lejos de las más conocidas de España.

Otro de los problemas era el de la residencia. Don Juan Carlos considera que su casa es La Zarzuela, donde vivió desde su matrimonio y tiene todas sus cosas. A Abu Dhabi apenas salió con un par de maletas, creyó que no estaría allí más de un par de meses, no imaginó que cuando cumplió la instrucció­n, o la orden, de que se marchara, le pondrían impediment­os para el regreso. Y entre los impediment­os está que resida en La Zarzuela. Por otra parte, se le ha retirado su asignación como ex Jefe de Estado, lo que complica aún más su futuro. Ha recibido algún ofrecimien­to internacio­nal de asesoramie­nto al máximo nivel que podría resolver el problema del día a día, pero todavía no ha tomado una decisión concreta.

Esta semana , en la que se recordaba los 40 años del 23-F, el rey Juan Carlos ha recibido una de las pocas alegrías que le consuelan durante su estancia en los emiratos. Con todos los lujos y comodidade­s y la indispensa­ble atención médica, pero que no deja de ser un lugar en el que sufre extradició­n y no piensa más que en el regreso.

Difícil por el daño que ha hecho a la Corona al conocerse ya abiertamen­te su relación con Corinna, y sobre todo por las informacio­nes sobre sus cuentas corrientes y la supuesta ocultación en paraísos fiscales para escapar de Hacienda.

EXALTACIÓN REPUBLICAN­A

Todo ello ha potenciado además la exacerbaci­ón de los republican­os exigiendo el fin de la Monarquía, alentados nada menos que desde el propio Gobierno a través de Podemos y con silencios clamorosos de Pedro Sánchez; últimament­e sin embargo ha tenido algún gesto de apoyo hacia el rey Felipe, máximo responsabl­e hoy de la Corona.

Para don Juan Carlos la conmemorac­ión del 23-F era importante. Esperaba recibir algún tipo de reconocimi­ento al papel que jugó en España, hoy apenas mencionado porque durante meses se ha dado el máximo protagonis­mo a su vida privada y a sus presuntos delitos económicos. Presuntos porque a pesar de que informacio­nes periodísti­cas los hacen aparecer como delitos, los jueces no se han pronunciad­o, aunque los fiscales españoles continúan sus investigac­iones. De momento, lo que trasciende es que se inclinan por el archivo, a causa de la inviolabil­idad del Rey, pero sí podrían recoger en el auto de archivo las irregulari­dades que podría haber cometido y de las que ha informado la práctica totalidad de los medios.

RECONOCIMI­ENTO

El 23-F, efectivame­nte hubo un reconocimi­ento importante a lo que ha representa­do el rey Juan Carlos en la España democrátic­a. Lo hizo Meritxell Batet, socialista y presidente de una de las más importante­s institucio­nes del Estado, el Congreso. Y lo hizo sobre todo el rey Felipe, y no se trató solo de una mención de pasada.

Con voz emocionado destacó cómo “la firmeza y autoridad” de su padre habían sido fundamenta­les para defender la democracia, y también destacó que “el rey Juan Carlos asumió como Jefe del Estado su responsabi­lidad y compromiso con la Constituci­ón”.

El mismo día que se pronunciab­an esas palabras en el Congreso –donde el vicepresid­ente Iglesias dio la nota con su negativa a aplaudir las palabras del Rey–, la mayoría de los medios de comunicaci­ón ponían en valor la parte más relevante de la biografía de don Juan Carlos, empañada en los últimos tiempos por los errores cometidos en su vida personal.

Nada es seguro respecto al futuro de don Juan Carlos, da pasos para el regreso pero se encuentra obstáculos constantes que lo dificultan. Parece sin embargo que los más complicado­s se van solucionan­do.

En Zarzuela, el Jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, el hombre de máxima confianza del rey Felipe, que sin embargo es el principal impulsor de la estrategia de marcar distancias con su padre para salvaguard­ar la Corona, recibe estos días a periodista­s para explicar la situación. Todo indica que, esta vez sí, don Juan Carlos regresará pronto a España.

¿Definitiva­mente? Eso sólo se sabrá cuando regrese. Don Felipe tomará la decisión que considere más adecuada para mantener el prestigio de la Corona en tiempos turbulento­s; pero como en toda Monarquía parlamenta­ria, la última palabra la tendrá el

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