China y la UE se enzarzan por los derechos humanos
China convocó ayer al embajador de la UE tras las sanciones anunciadas por Bruselas en relación a supuestas violaciones de los derechos humanos en Xinjiang y a las que Pekín respondió el mismo lunes, lo que abre un inédito frente de conflicto entre ambos bloques.
Las sanciones de la UE son las primeras que toma contra China desde la masacre en Tiananmen, el 4 de junio de 1989, y consisten en la congelación de activos en el espacio comunitario y la prohibición de entrar a éste a cuatro funcionarios chinos por su presunta conexión con el maltrato a uigures y otras minorías musulmanas en la región autónoma de Xinjiang.
Tras el anuncio de la UE, EEUU, Canadá y el Reino Unido adoptaron sus propias medidas restrictivas contra Pekín por estos abusos, que incluirían trabajos forzosos entre la población uigur, mientras que Australia y Nueva Zelanda expresaron su apoyo a las medidas.
El viceministro chino de Exteriores, Qin Gang, condenó las “sanciones unilaterales basadas en mentiras y noticias falsas que no se corresponden con la realidad y la ley”, y que el lunes provocaron represalias de China contra diez personas, entre ellos cinco europarlamentarios. Qin instó a la UE a “reconocer la gravedad de sus errores y corregirlos”, así como a “abandonar la confrontación para no causar más daños a las relaciones entre los dos bloques”.