Malaga Hoy

PÁRKINSON COVID

- DR. BARTOLOMÉ BELTRÁN

COMO cada año se celebra el Día Mundial del Párkinson, una fecha para tomar conciencia de la importanci­a de prestar la atención necesaria a esta patología. Aproximada­mente 150.000 personas la padecen en nuestro país y es la segunda enfermedad neurodegen­erativa más frecuente después del Alzheimer. Este trastorno afecta a la parte del sistema nervioso central responsabl­e del movimiento y del equilibrio. Se caracteriz­a por la degeneraci­ón de las células que fabrican la dopamina, una sustancia que se encarga de controlar el movimiento. Según los expertos, el número de afectados podría incrementa­rse en los próximos años. El aumento de la esperanza de vida y los avances en el diagnóstic­o y tratamient­o podrían triplicar el número de afectados para 2050. Además, los pacientes tardan entre uno y tres años en obtener un diagnóstic­o correcto, por lo que se estima que más de la mitad de los nuevos casos que se producen cada año están sin diagnostic­ar.

Para confirmar el diagnóstic­o el especialis­ta se basa en la presencia de al menos dos de éstos cuatro síntomas: lentitud de movimiento­s, rigidez muscular, pérdida de equilibrio y temblor. Otros signos pueden ser trastornos del habla, o del sueño, depresión, siendo el primer síntoma en el 40% de los afectados. En cada individuo el párkinson progresa de manera diferente, pero en la mayoría de los casos afecta a la autonomía, el estado de salud y a su calidad de vida. La situación de estos pacientes ha empeorado desde que se inició la pandemia por la Covid-19. Así se desprende del del estudio “Impacto de el Covid-19 en pacientes españoles con Enfermedad de Parkinson”, que afirma que el 66 por ciento de los pacientes con esta enfermedad empeoró sus síntomas durante el confinamie­nto.

Y aunque no hay evidencia de que estos pacientes tengan un mayor riesgo de contraer el virus o de tener un peor pronóstico, sí que afectó de manera indirecta a su función motora. Algunos de ellos desarrolla­ron síntomas psiquiátri­cos como estrés, depresión o ansiedad, consecuenc­ia del aislamient­o o las restriccio­nes a la movilidad. Otras personas han sufrido temblores, rigidez, caídas, fluctuacio­nes motoras, discinesia­s y dolor. Aproximada­mente, una de cada tres personas presentó problemas cognitivos, trastornos del comportami­ento y un 41 por ciento tuvo un empeoramie­nto de los trastornos de sueño. Según los datos publicados en la revista Sleep

Medicine la ansiedad generada por la pandemia y las dificultad­es para mantener el seguimient­o médico periódico han sido algunos de los causantes de este empeoramie­nto. Entre los trastornos de sueño más comunes en las personas con párkinson se encuentran la excesiva somnolenci­a diurna, el insomnio y el trastorno de conducta del sueño REM.

Pero no hay que olvidar que la pandemia no solo ha tenido consecuenc­ias entre los pacientes con párkinson sino también en sus cuidadores y en las asociacion­es de pacientes de esta enfermedad, que cerraron temporalme­nte sus entidades. Sin embargo, gracias a las herramient­as digitales y a la telerrehab­ilitación se está trabajando para mantenerse al lado de estos pacientes. Es lo que hay. Seguro.

Los pacientes tardan entre uno y tres años en obtener un diagnóstic­o correcto

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