DE LIBROS
Ignacio Romero de Solís publica la última entrega de la trilogía ‘Palmagallarda’, culminación de un ciclo ineludible que señala una cumbre de la narrativa vinculada a la materia de Andalucía
la hambruna, la tuberculosis o el piojo verde. El bien ganado ascenso del doctor Valverde, hombre íntegro de impecable profesionalidad y nobles inclinaciones humanitarias, preocupado por la miseria y la insalubridad de los corrales, se opone a los turbios manejos de los contertulios de El Rinconcillo, amigos y socios de Jerónimo –en la finca y almazara de La Vapora, de la que tomaba su título la entrega anterior– que aprovechan las restricciones del racionamiento para lucrarse con el mercado negro: viejos conocidos como el falangista Cala, antiguo mozo de comedor de los Monsalves; el comisario Méndez, elevado a gobernador civil; el sinuoso e intrigante anticuario Paneque o el rehabilitado doctor Mariani. A través de ellos, que no son personajes planos sino complejos, perfectamente caracterizados, ejemplifica Romero de Solís la mezcla de pragmatismo, codicia e inmoralidad de l as nuevas fuerzas vivas.
Pautando el tiempo de la narración, el curso de la Segunda Guerra Mundial se manifiesta a
Las tragedias íntimas tal vez deriven, como se sugiere, de la incapacidad de amar
neutros, ni tampoco son suficientes para dirigir sus vidas.
–¿Qué representan los personajes de su novela, qué ha querido mostrarnos con ellos?
–Los personajes son, por una parte, arquetipos de distintas posiciones ante los males que nos aquejan: el avance de la tecnología, la mercantilización de todos los aspectos de la existencia, la creciente incertidumbre acerca del sistema económico o del hundimiento ecológico. Tenemos desde un personaje que tiende a las teorías de la conspiración a otro que se dedica a la búsqueda del placer inmediato a todo coste. Pero, y esto fue sorprendente para mí, sus voces son también muy singulares. Cuando escribí el libro, eran tan fuertes que me costó mucho mantener la estructura de novela coral, todos querían dominar el discurso sin escuchar demasiado a los
Vivimos en un mundo en el que no se le teme tanto a la muerte o a la enfermedad como a la sensación de fracaso”
demás. En esto también se parecen mucho a nosotros.
–Como en Las ventajas de la vida en el campo,
quienes también publicaron más tarde el noir, borgiano y político, Un tal Daneri, así como las transgresoras e idiosincráticas versiones a color de clásicos de la literatura para niños titulada Había otra vez... El lado oscuro de los cuentos infantiles.
Siguiendo con la excitante recuperación de la obra de Richard Corben, tristemente fallecido en diciembre del pasado año, ECC nos ofrece ahora recopilado el serial Hijos del Mundo Mutante, o sea, la continuación de uno de los títulos más famosos del mítico dibujante y el escritor Jan Strnad, recuperado afortunadamente (también por ECC) un par de meses antes. Se publicó originalmente allá por 1990, dentro del catálogo de Fantagor Press, el sello editorial, de corta duración, del propio Corben (donde también vio la luz, por ejemplo, la miniserie Rip in Time), y la presente edición fue revisada por los creadores y cuenta con diversos extras. Con el estilo característico del artista de Missouri, el tebeo nos cuenta las peripecias de Dimentia, la hija de Dimentio, y su oso Ollie, asediados por una banda mutante en este particular mundo post apocalíptico.