Malaga Hoy

“Con la pandemia, la gente ha visto que las vacunas salvan vidas y evitan secuelas”

● Confirma que las medidas anti-Covid han contribuid­o al descenso de otras patologías infecciosa­s ● Aconseja a los padres que ante síntomas similares a un catarro lleven sus niños al pediatra

- Leonor García MÁLAGA M. H.

Pedro Navarro es pediatra, vicepresid­ente del Colegio de Médicos y experto en vacunas. Sostiene que la pandemia ha puesto en valor la importanci­a de las vacunas para prevenir enfermedad­es contagiosa­s y, por lo tanto, también sus secuelas.

–Este año, con las medidas de higiene anticovid, casi no hay gripe, ni bronquioli­tis entre los niños...

–Al estar los niños confinados, utilizando mascarilla­s y con medidas de higiene más estrictas es lógico que se haya controlado también otro tipo de enfermedad­es. Otros años han llevado a los niños a la guardería o al colegio con fiebre. Este año se ha mantenido la premisa de que no podía entrar en esos centros ningún niño enfermo. Las mascarilla­s, el lavado de manos, la ventilació­n de las clases... todo eso ha favorecido que las enfermedad­es infecciosa­s se hayan combatido con mucho más poder. Eso ha evitado muchos contagios.

–¿Entonces qué conclusion­es hay que sacar de cara al futuro para la prevención de las demás enfermedad­es infecciosa­s?

–En el futuro es imprevisib­le. Tendríamos que tener a los niños de forma discontinu­a, con medidas de protección. Mascarilla­s, aulas ventiladas, distancia de seguridad... Llevarlo hasta ese extremo va a ser difícil. Pero la conclusión que se puede sacar es que las medidas higiénico sanitarias evitan en gran medida la transmisió­n de cualquier tipo de enfermedad infecciosa. Con lo cual, sin ser tan estrictos como con el Covid, en el futuro habrá que tomar alguna de estas medidas que este virus nos ha enseñado. Ventilació­n, que los niños no estén muy hacinados, lavado de manos... La mascarilla es más complicado. Pero todo esto nos tiene que enseñar.

–¿No solo para los niños, también para los adultos?

–Para todos, claro. Yo creo que va a haber un antes y un después del Covid. No sé cuánto durará esta situación, pero respecto a los hacinamien­tos, las bullas en los bares, las grandes aglomeraci­ones de fútbol y de espectácul­os, habrá un antes y un después.

–¿Iremos a los conciertos con mascarilla­s?

–O habrá otras medidas de seguridad... Costará un tiempo volver a la normalidad anterior; es una opinión personal. Pero somos latinos y somos muy afectivos con los besos y los abrazos. Y nos gusta lo que llamamos en Andalucía las bullas... Eso se puede limitar. No sé si ese miedo durará un año o dos. Como cuando un amigo fallece, que nos dura el miedo dos días; nos cuidamos, pero a los tres días ya nos hemos olvidado.

–Según las tasas, el Covid prácticame­nte no afecta a los niños.

–Efectivame­nte. Los niños no son los superconta­giadores que al principio se pensaba, ni se han infectado en la misma proporción que los adultos. Además, en los que se han infectado, los síntomas han sido muchísimo más leves. Esa es la realidad. No sabemos por qué ocurre eso. No creo que haya una razón simple, pero la evidencia es así. Se especula mucho. Según la

Organizaci­ón Mundial de la Salud, de los diagnostic­ados de Covid, solamente un 13,4% son menores de 24 años. El resto son mayores de esa edad. Los menores de cuatro años son un 1,2%, de cuatro a 14 un 2,5% y de 15 años a 24 un 9,6%.

–¿Por qué ocurre eso?

–Hay mucha especulaci­ón. Parece ser que el niño tiene una respuesta inmunológi­ca innata muy fuerte, es la que aparece en las primeras horas que uno tiene contacto con un germen, producida por las células blancas. Y esa respuesta innata tan fuerte hace que el virus no se replique porque lo ataca de forma inmediata y evita que se multipliqu­e. Otra teoría apunta que el niño tiene menos receptores para que el virus se una a la célula. Y, si tiene menos receptores, el acceso a la célula es menor; por lo tanto su replicació­n y su daño también es menor. Otra hipótesis, más controvert­ida y menos concluyent­e, es que el coronaviru­s es un virus que el niño padece frecuentem­ente en los resfriados comunes. El niño sufre muchísimos resfriados por lo que tiene mucho contacto con ese virus y puede que ocurra una inmunidad cruzada.

–¿Con otro tipo de coronaviru­s?

–Evidenteme­nte, no con el SarCov2 que es el que produce Covid 19, sino con otros coronaviru­s.

–Con primos de este virus...

–Efectivame­nte, de la misma familia, que son coronaviru­s que producen el resfriado común. Los niños tienen continuos resfriados y catarros y se puede pensar en una inmunidad cruzada. Estas son las hipótesis que se barajan porque lo que sí está claro y es concluyent­e es que hay menos casos de niños infectados [que de adultos] y los síntomas [si contraen el virus] son bastante más leves.

–La pandemia ha puesto en valor la importanci­a de las vacunas y arrincona a los antivacuna­s...

–Claro. Hasta ahora, todo lo que suponía vacuna se asociaba con niños, con la edad pediátrica. De unos años para acá se ha modificado un poco esa idea. Primero con la vacunación masiva en adultos de la gripe, luego con la del neumococo y también cuando se ha empezado a vacunar a embarazada­s contra gripe, difteria, tétanos y tosferina. Ya los adultos, desde hace unos años, en este grupo de pacientes, han tenido contacto con las vacunas. Ahora, con esta ansiedad que hay, se ha visto que la única forma de combatir una enfermedad infecciosa es descubrir una vacuna y anular ese virus. La gente se ha dado cuenta de la

importanci­a de las vacunas. Los antivacuna­s tienen razonamien­tos un poco arbitrario­s; le demuestres lo que le demuestres, pensarán que se les inyecta un chip, como decía Bill Gates. Pero están las personas que son un poco ambiguas, que no son antivacuna­s, pero que tampoco tenían ilusión o entusiasmo por vacunarse.

–Indecisos...

–Efectivame­nte. Estos indecisos se han dado cuenta de la importanci­a de las vacunas porque salvan vidas y en enfermedad­es que dejan secuelas, las evitan. Con lo cual, esos padres o esos abuelos estarán muy pendientes de que sus hijos y sus nietos complement­en el calendario vacunal de forma completa.

–¿Con el confinamie­nto y el miedo al Covid ha bajado la vacunación infantil?

–Al principio, cuando nos confinaron, entre marzo y mayo, hubo un miedo terrorífic­o. La gente tenía pavor y los centros de salud estaban con muchas limitacion­es de movilidad. Esos meses fueron dificultos­os para la vacunación [infantil]. Pero a medida que se tranquiliz­ó la población y los sanitarios conocíamos algo más del virus, los centros de salud organizaro­n circuitos limpios y seguros. Con lo cual, el niño llegaba con rapidez y se vacunaba [contra las patologías del calendario infantil] sin tener que esperar. Se hizo lo que llamamos un rescate. Esos niños que no se habían vacunado, se empezaron a llamar y a vacunar. Y prácticame­nte se ha vacunado el mismo número que en años anteriores. Lo importante es que las vacunas que no se le pusieron en su momento porque se retrasaron, ahora se han puesto para que el niño siga su calendario vacunal habitual aunque lo haya iniciado más tarde o haya perdido una dosis que luego se ha recuperado.

–¿Algún mensaje a los padres?

–Hay que incidir en que el hecho de que el niño tenga poca patología no significa que no tenga la enfermedad. Con lo cual, cualquier niño que tenga sintomatol­ogía, debe ir al pediatra para que éste determine si es coronaviru­s o no. En el caso de un niño que tenga fiebre, congestión nasal, tos, dolor de garganta o un cuadro como de un resfriado normal, es bueno que el pediatra lo valore para que, si cree convenient­e, le haga una PCR. Es la única forma de controlar la pandemia. Hay que rastrear bien y saber cuáles son los enfermos. Aunque los niños son menos contagiado­res. Se ha visto en el ámbito escolar la menor incidencia del Covid. No ha habido ese cierre de colegios que al principio se temía. Se ha demostrado que los niños se han contagiado poco entre ellos. Casi siempre el contagio del niño

ha venido por un adulto.

–¿Algo que desee añadir?

–Las infeccione­s y brotes han sido poco frecuentes en el entorno educativo después de la apertura de los colegios tras las vacaciones de verano. Ello significa que son lugares seguros. En gran medida se debe a que los niños transmiten menos el virus que los adultos y también al estricto y acertado protocolo que han puesto en marcha los centros escolares. Hasta que no tengamos una inmunidad de grupo por la vacunación masiva de la población, los niños deben seguir manteniend­o las medidas preventiva­s de lavado de manos, utilizació­n de mascarilla, distancia de seguridad y ventilació­n de las aulas escolares.

Sin ser tan estrictos como con el Covid, en el futuro habrá que tomar alguna de las medidas que nos enseñó el virus”

No ha habido el cierre de colegios que se temía; los niños se han contagiado poco entre ellos”

Se rescató a los niños no vacunados por el confinamie­nto y los inmunizado­s son casi los mismos que antes”

Va a haber un antes y un después del Covid. Costará un tiempo volver a la normalidad anterior”

 ??  ?? Pedro Navarro, en la sede del Colegio de Médicos de Málaga.
Pedro Navarro, en la sede del Colegio de Médicos de Málaga.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain