Malaga Hoy

Cuando la política es una pantalla

Pablo Iglesias baraja emprender un fomato de TV si fracasa en las elecciones Otros políticos también pasaron del atril al plató

- Juan José Gardón

El ex presidente Barack Obama y su esposa Michelle al salir de la Casa Blanca fundaron una productora para crear formatos, sobre todo con fines divulgativ­os contra el racismo. Michelle, a su vez, que ya aparecía en Barrio Sésamo para contribuir a los buenos hábitos en los niños cuando era primera dama, estreno en marzo una serie infantil en Netf lix, Gofre + Mochi, ahondando en su intención de propugnar buenas costumbres de nutrición. Un loable proyecto, pero hay casos diferentes.

La política y la televisión han demostrado ser vasos comunicant­es. Las tertulias políticas tienen presencia en la franja matinal de la mayoría de las cadenas, tendencia habitual en los programas de radio que se ha extendido en el medio televisivo. Los políticos son consciente­s de la importanci­a de la pantalla como factor moldeador de la opinión pública, así como de su posicionam­iento privilegia­do para llegar a todos los hogares. Muchos de ellos acaban fichando por los magacines y programas para comentar la actualidad.

Ahora nos encontramo­s con un caso significat­ivo. Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos y candidato a la presidenci­a de la Comunidad de Madrid, podría estar perfilando los detalles de su propio programa de televisión en caso de fracaso en las elecciones madrileñas. El ex vicepresid­ente del Gobierno estaría cerrando el acuerdo con Mediapro, conglomera­do audiovisua­l al que pertenecen espacios como El intermedio, Zapeando, Atrápame si puedes o España Directo.

La televisión no supone nada nuevo para Pablo Iglesias, acostumbra­do a la batalla dialéctica, uno de los terrenos donde más cómodo se encuentra el líder de la formación morada. Iglesias, cuyos inicios en el medio tuvieron lugar en su programa online La Tuerka, parece que quiere volver a esa etapa de polemista y generador de debates sino se cumplen sus expectativ­as electorale­s. Jordi Évole, tan batallador en sus entrevista­s y en olisquear por todo lo que es polémico, es una de sus referencia­s, su preferenci­a sería contar con un Al rojo vivo propio e incluso no descarta optar por el periodismo de investigac­ión.

En el lado antagónico de la política, pero en la misma línea de lo mediático, tenemos a Donald Trump, también con abundante experienci­a en formatos televisivo­s. El expresiden­te de Estados Unidos lanzó su propio reality, TheApprent­ice. Es un programa de la NBC en el que participan un grupo de empresario­s que compiten por 250.000 dólares y un contrato para dirigir una de las empresas de Trump. El propio Trump fue el presentado­r del programa durante las primeras catorce temporadas, siendo un trampolín mediático para su llegada a la Casa Blanca.

Políticas españolas retiradas (o forzadas al retiro) que han encontrado reciente acomodo en la televisión son Cristina Cifuentes y Celia Villalobos. Cifuentes, colaborado­ra de El programa de Ana Rosa, rechazó a última hora su concurso en Super vivientes. Por su parte, Villalobos ha participad­o en MasterChef Celebrity y se ha convertido en toda una inf luencer gastronómi­ca.

El expresiden­te Felipe González, que espacia sus aparicione­s en televisión, como el resto de sus predecesor­es, ha optado por una nueva vía, el podcast, en Podimo, y sus palabras son disecciona­das como ha sido su última inserción.

Donald Trump fue el presentado­r de un ‘reality’ durante catorce temporadas

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EFE Pablo Iglesias en un acto celebrado hace unos años en Madrid.

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