CORDÓN SANITARIO
SEGÚN los científicos de la NASA, el vuelo del dron “Ingenuity” en Marte ha significado toda una proeza científica. Volar en el planeta rojo es excepcionalmente complicado habida cuenta de que su presión atmosférica es siete veces menor que la de la Tierra, lo que hace que su atmósfera no permita sustentar ni el peso de una mosca. Ya he sabido, ¡por fin!, por qué no hay moscas en Marte. Lo que aún no sé, y espero que algún día algún científico, filósofo o psiquiatra me explique, por qué hay tantos ineptos, incultos y cernícalos patrañeros sobrevolando la política española.
Después del revuelo teatrero, surgido en plena campaña electoral de Madrid, con las cartas con balas recibidas inicialmente por políticos del club de las izquierdas, resulta que según un alto mando policial, en declaraciones a Efe, “No son amenazas que tengan componente de peligrosidad. El que quiere hacer daño lo hace y no amenaza antes de esa forma”, “Sin elecciones, esto hubiera pasado sin pena ni gloria”, “Desde Felipe González a Mariano Rajoy muchos políticos han recibido amenazas y nadie se ha enterado”. Vamos, que se confirma lo que todos ya sabíamos. Y bien que lo sabíamos en los años de plomo etarra: primero enviaban la bala a la nuca del amenazado y luego le enviaban la carta reivindicando el crimen. Burda maniobra electoral ante la que hay que preguntarse, cuál Hércules Poirot: ¿a quién pretendía beneficiar esa publicidad? Por otra parte, oportuna e intencionada, como ya le dijo Zapatero a Gabilondo: “Nos conviene que haya tensión”.
La batalla electoral de la capital ha puesto de manifiesto toda la bajeza y la falta de ética que existe en nuestra política. Sobre todo, ahí están los hechos y las hemerotecas, en el Gobierno de España que ha hecho de la mentira su manual político. El Soso Mentiroso, ha tenido que soportar ser un títere en manos de Pedro Sánchez y de Ivan Redondo, que ha sido el que le cambió la campaña después de haberla iniciado con promesas inocentes. Desde luego, además de soso es, por llamarlo con bondad, tonto. La promesa de no gobernar con Pablo Iglesias, de no subir, e incluso bajar, los impuestos en la Comunidad de Madrid, y otras inocentes lindezas, le duró el tiempo que tardó Pedro Sánchez en intervenir.
Pero volviendo a los cernícalos que sobrevuelan nuestra política es increíble lo que se puede escuchar. Amárrense los machos con esta pregunta de una feminista a Irene Montero: “Bueno lo primero es sobre la constitución del sujeto agente de cómo mujeres en la problemática que surge en la economía actual ¿no? ¿La conoce la concepción de una biopolítica positiva a nivel foucaulteano, bueno no, butleriano y la imposibilidad de evadir el carácter corporal de la performatividad? Y luego, en segundo lugar, más en el orden de los cuerpos de las mujeres en las colectividades, esto es, yo echo de menos en lo que yo he hecho la tesis (¿?) que es la psiquiatrización del cuerpo de la mujer, es decir, la colectividad justo en no sé si habéis porque no hay nadie de Podemos en el Orgullo loco…” ¿Ha entendido algo, amigo lector?
Y andan pidiendo un cordón sanitario para VOX. Estos, que ni son de izquierdas, ni son feministas, ni ná de na. Estos son esos cernícalos que sobrevuelan nuestra atmósfera política. Ellos sí que necesitan, no un cordón sanitario sino una camisa de fuerza.
ACABAMOS de saber de un nuevo obstáculo en el necesario y urgente proceso de vacunación. A la vacuna de Astrazeneca se le une la de Janssen en suscitar sospechas sobre su seguridad. ¿La aprensión que esta situación puede provocar en parte de la ciudadanía tiene el aval de la racionalidad?
Los sesgos son distorsiones cognitivas inscritas filogenéticamente en nuestras estructuras cerebrales que perviven en nuestra psique y dictan irracionalmente nuestra conducta porque a lo largo de millones de años de evolución han demostrado ser una ventaja adaptativa.
Ahora bien, que sean una ventaja adaptativa no quiere decir que sean de aplicación pertinente siempre y en todo caso. En ciertas ocasiones, suponen vulnerabilidades de las que nadie se libra, por muy cultivado en las ciencias que esté; porque el sesgo es humano, demasiado humano.
Uno de esos sesgos tiene que ver con la sucesión temporal de dos eventos. Que a un suceso le siga otro no quiere decir que el primero sea causa del segundo. Esto, desde el punto de vista lógico, no tiene discusión. Pero, ¿y desde el punto de vista psicológico?
El aprendizaje asociativo tiene un papel principal en lo que ha sido el éxito adaptativo de nuestra especie. Es heurístico, es decir, es un procedimiento rápido y al alcance de cualquiera, porque es intrínseco de la naturaleza humana, que sin necesidad de un razonamiento lógico consciente y activo o de conocimientos científicos específicos, permite solucionar los problemas prácticos por la vía rápida, y aprender formando la base del conocimiento ordinario. Hay quien lo llamaría intuición en según qué circunstancias.
Debemos a los trabajos de los psicólogos
Daniel Kahneman y Amos Tversky mucho de lo que sabemos sobre esos mecanismo heurísticos, siendo lo principal de qué formas nos inducen a error. A todos, no importa lo brillantes que seamos en términos intelectuales o cuán elevado sea nuestro nivel de instrucción. El economista Jean Tirole en su libro La economía del bien común se refiere a ellos como “unos atajos de razonamiento que nos proporcionan un esbozo de respuesta a nuestras preguntas” y advierte de que a menudo tienen como vector la emoción.