Sobre la prisión permanente revisable
Recientemente se ha condenado a la prisión permanente revisable al llamado Igor El Ruso y ya son quince las personas condenadas a esa pena desde que se aprobó en el año 2015. La mayoría hemos recibido con satisfacción la noticia de la condena tras el triple asesinato que nos conmocionó a todos. ¿ Y ahora qué ? Con el paso del tiempo a la mayoría olvidará este triste suceso, es algo inevitable. Mientras tanto unos profesionales lo custodiarán y retendrán para que no vuelva a hacer daño a más familias. Ahora los que pueden sufrir sus ataques, insultos, amenazas o agresiones son los funcionarios de prisiones. En los centros penitenciarios existen unos grandes profesionales con uno de los trabajos más difíciles que se pueden realizar. Unas de las labores en estos centros es la retención y custodia y el fin como bien apunta el art.25 2 de la CE la reeducación y la reinserción. No todas las personas que cumplen una pena privativa de libertad quieren ni tienen intención de resocializarse, es triste decirlo, pero es una realidad. Dentro de esos muros existe un diverso grupo profesional multidisciplinar, entre ellos un personal de vigilancia en continuo contacto con los internos, quienes deben hacer las funciones de bombero en incendios, resolución pacífica de conflictos, mediar en una pelea, evitar la entrada de droga, ayudarles con sus problemas y carencias. prestar especial atención a aquellos que padecen patologías mentales, entre otras muchas. Recordando la más que difícil situación por la que atraviesa la institución con la grave carencia de personal, envejecimiento de las plantillas e inmersos en un conflicto laboral con la Administración Penitenciaria, la prisión permanente revisable, puede acarrear más problemas. El hecho que una persona pueda estar privada de libertad gran parte de su vida puede convertirse en una bomba de relojería frente a las conductas exigidas para una normal convivencia. Claro ejemplo el que nos ocupa, cuando el día de la celebración del juicio se negaba a salir de su celda agrediendo a tres compañeros y afirmando “vuestra muerte me sale gratis”. No estoy en contra de la PPR, pero se debe dar toda la protección material, personal y legal a los profesionales en su ardua tarea día tras día. Hay que dar protección a quien protege. Igor “El Ruso” es uno más , como él hay muchos en las prisiones de nuestro país. Es por ello que me gustaría recordar a la sociedad y sobre todo a los políticos, que la tarea que se realiza dentro de los diferentes Centros Penitenciarios es una tarea muy difícil, hostil, y de mucho estrés Labor pocas veces o nunca reconocida y realizada con el único propósito que nuestra sociedad esté más tranquila y se sienta más segura. Rafael Paniza, Funcionario de Prisiones y Criminólogo (correo electrónico)