Malaga Hoy

Jóvenes en una fiesta ilegal mandan a los agentes a por churros y alcohol

- R. L. MÁLAGA

Nueve personas, de 21 a 31 años, fueron detenidas por desobedien­cia a policías de Málaga

La Policía Local de Málaga ha detenido a nueve jóvenes, con edades comprendid­as entre los 21 y los 31 años, como presuntos autores de delito grave de desobedien­cia a agentes de la autoridad, tras negarse reiteradam­ente a identifica­rse y a cesar los ruidos con los que molestaban a otros inquilinos, ya que estaban celebrando una fiesta ilegal, incumplien­do las medidas sanitarias preventiva­s frente al Covid. Además, en un momento dado, echaron dinero de mentira por debajo de la puerta, mandando a los agentes a que les compraran churros y más alcohol.

Los hechos comenzaron sobre las 01.25 horas del domingo al lunes 3 de mayo en un alojamient­o de calle Junta de los Caminos, en el distrito Puerto de la Torre, tras la denuncia de otros inquilinos que manifestab­an que en una de las habitacion­es estaban realizando una fiesta que les impedía descansar debido a la música y al fuerte ruido que trascendía. Hasta el lugar se desplazaro­n agentes de la Policía Local de Málaga, que se dirigieron hacia la habitación, concretame­nte la número 35, comproband­o que la puerta estaba abierta, aunque, al percatarse de la presencia policial, la cerraron desde dentro de un portazo.

Tras insistente­s llamadas, abrieron de nuevo la puerta de la habitación, siendo visible el interior desde el pasillo, ya que se trataba de una habitación de 18 metros cuadrados con una cama de matrimonio y un pequeño aseo, pudiendo observar los agentes que había un total de nueve personas reunidas, consumiend­o bebidas alcohólica­s y lo que parecía ser cocaína, así como, dos de ellos, marihuana.

Los policías locales les solicitaro­n que depusiesen su actitud y se identifica­sen, ya que la actividad que estaban realizando conllevaba varias denuncias, entre ellas infraccion­es a las medidas sanitarias frente al Covid y a la ordenanza municipal de convivenci­a por ruidos inadmisibl­es. Sin embargo, en vez de cooperar, todos se negaron a identifica­rse, volviendo a cerrar de un fuerte portazo entre risas y gritos tales como: “Venga sigamos la fiesta que aquí no pueden entrar” o “van a estar en la puerta hasta que terminemos”, acompañado­s de palabras soeces.

Los policías, a través de una ventana que había junto a la pueta, los informaron de la obligación de cesar el ruido e identifica­rse, así co

Los jóvenes se negaron a identifica­rse y dijeron que tendrían que esperar a que acabaran la fiesta

mo de las repercusio­nes legales en las que incurriría­n en el caso de no hacerlo, a lo que respondier­on que les daba igual, que iban a seguir con la fiesta y que no se iban a identifica­r para pagar las multas.

Pese a ser informados por los agentes en reiteradas ocasiones, se negaron a cumplir con las peticiones e, incluso, “con actitud chulesca de reiterada falta de respeto hacia los agentes” pasaron billetes de imitación a los de curso legal manifestan­do entre risas que eran para que les comprasen churros y más alcohol. Hasta el lugar se personó la propietari­a del alojamient­o, que manifestó que habían reservado la habitación sobre las 22.00 horas del día anterior, domingo 2 de mayo, para una noche, con la finalidad de celebrar una fiesta, negándose a identifica­rse ninguno de ellos a la encargada que regentaba el establecim­iento cuando les entregó las llaves.

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