Gobierno y PSOE rechazan extrapolar un 4-M que el PP ve como puente a la Moncloa
● Calvo admite la necesidad de autocrítica tras una derrota “sin ambages” ● El entorno de Gabilondo sofoca los rumores de dimisión
Gobierno y PSOE asumen la derrota sin paliativos que han supuesto las elecciones en la Comunidad de Madrid, pero se resisten a extrapolar sus resultados a toda España frente a la interpretación del PP de que el 4 de mayo se ha convertido en un puente para llegar al Palacio de la Moncloa.
Con los datos en la mano, ninguno de los ministros o dirigentes socialistas que los comentaron ayer negó el fracaso que evidencian y apelaron a la prudencia y la ref lexión.
Es lo que ha hizo, entre otros, la vicepresidenta primera del Ejecutivo de coalición, Carmen Calvo, quien reconoció también la necesidad de autocrítica tras una derrota “sin ambages” y que no esperaban.
Pero desvinculó esa derrota en unas elecciones madrileñas de la salud del Gobierno de Pedro Sánchez (“es el triunfo de la señora Ayuso, no de Casado”, dijo) y garantizó la estabilidad del Ejecutivo de coalición pese a que el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, haya anunciado que abandona la política.
En línea con esos argumentos, la titular de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, negó también trascendencia nacional a los datos: “Son resultados de Madrid que –señaló– se quedan en Madrid”.
Desde la dirección federal socialista se lanzó el mismo mensaje en un primer análisis y antes de que haya una reflexión más profunda en la reunión de la Ejecutiva del partido que ha convocado Pedro Sánchez para hoy.
Por el momento ponen el foco en lo que ha de hacerse en Madrid, donde el entorno del candidato socialista, Ángel Gabilondo, salió ayer al paso de los comentarios que apuntaban a que dimitiría y ni siquiera recogería el acta de diputado en la Asamblea regional, para negarlos de forma rotunda.
José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, manifestó que Gabilondo es una persona “lo suficientemente madura” como “para tomar su propia decisión”.
Pese al reconocimiento del claro triunfo de Isabel Díaz Ayuso, voces como la de Carmen Calvo aprovecharon asimismo para lanzar advertencias como que el fascismo en ocasiones llega disfrazado con la bandera de la libertad, en alusión al eslogan de campaña de la candidata del PP.
El líder de este partido, Pablo Casado, sí interpreta lo ocurrido en clave nacional, y ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido consideró que la incontestable victoria de Ayuso supone “una debacle histórica” de los socios del Gobierno y “un paso de gigante” para vencer a Sánchez.
Instó al jefe del Ejecutivo a convocar un debate sobre el estado de la nación en el Congreso y ha afirmado que el PP ha logrado una clara unificación del centroderecha para erigirse como la única alternativa “real, preparada e inmediata” a Sánchez.
Por la misma senda discurrió la intervención de Ayuso en ese foro, donde señaló que su victoria ha abierto un escenario prometedor para el cambio en España.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, urgió al Gobierno de Sánchez a tomar nota por la derrota que ha sufrido su forma “soberbia” y “sectaria” de gestionar el país.