El proyecto de Martín en Invercaria era “poco viable” pero podía serlo
Una testigo presenta una denuncia contra el marido de la diseñadora por “insultos y amenazas”
La quinta sesión del juicio por los préstamos de 850.000 euros de Invercaria a la modista cordobesa Juana Martín se salió ayer del plano técnico que han presidido las declaraciones de las sesiones anteriores con el testimonio de la que fue presidenta de la asociación de mujeres empresarias de Córdoba María Fernández Pino, quien al inicio colaboró en el proyecto y que ha denunciado ante el tribunal unos presuntos insultos y agresiones por parte del marido de la diseñadora.
La testigo comenzó su declaración asegurando que el proyecto para crear una línea de prêt a porter de Martín en Invercaria tenía “poca viabilidad”, porque la modista se había reservado las líneas más rentables de su negocio –como la moda f lamenca– y lo que se iba a desarrollar era algo “por definir y desarrollar”, destacó a preguntas de la acusación particular que ejerce la agencia Idea. No obstante, la ex presidenta de la asociación cordobesa precisó que el proyecto de Invercaria con Martín “podía llegar a tener viabilidad”, aunque no lo tenía entonces.
Confirmó además la testigo que fue la Junta quien se interesó en la inversión en la diseñadora. Fernández Pino dijo que se reunió con el presidente de Invercaria, Tomás Pérez-Sauquillo, tras conocer en 2005 a varios dirigentes de la Junta, entre quienes estaban la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, y el entonces titular de Innovación Francisco Vallejo y su jefe de gabinete, quienes le presentaron lo que era la sociedad andaluza de capital riesgo Invercaria. Esta testigo, que aseguró que colaboró en el proyecto sin recibir retribución y que no le ofrecieron ser la directora general con Martín, acabó desvinculándose de la iniciativa en 2006. “Me quité de en medio. Me espanta”, dijo.