Un fin del estado de alarma pasado por agua
● Noche de ambiente y de oxígeno para la hostelería
El mismo día en que la provincia de Málaga dijo adiós al Estado de Alarma, los datos sanitarios relativos a la crisis del coronavirus ofrecieron un ligero respiro, el ambiente nocturno se empezó a parecer al de prepandemia y la lluvia y los truenos acabaron siendo los protagonistas de la ansiada noche, con una tormenta que fue a más cuando se acercaba la madrugada.
El balance dado a conocer ayer por la Junta de Andalucía confirmó un descenso en los positivos acumulados en las últimas 24 horas, así como de las hospitalizaciones. Por el contrario, hubo que lamentar tres muertes más vinculadas al Covid.
En términos precisos, la jornada dejó 167 nuevos casos, muy por debajo de los registros del viernes y el jueves. En esas dos fechas se superaron con creces los 200 contagios. En concreto, 243 el viernes y 259 el jueves. Con la incorporación de esta información, la cifra acumulada desde el inicio de la pandemia eleva ya a 95.818 el total de ciudadanos que se han visto afectados por la enfermedad.
También se observó cierta mejoría en la presión asistencial. Hasta ayer los hospitales malagueños atendían a 133 pacientes, dos menos que el día anterior (27 menos que hace una semana). De ellos hay 24 en las unidades de cuidados intensivos. Esto es uno menos que el viernes. Donde sí se produjo una variación significativa es en el acumulado de hospitalizaciones. Según la estadística de la Consejería de Salud, en las pasadas 24 horas hubo doce ingresos más. De este modo, en los casi quince meses de crisis del Covid son ya 7.837 las personas que han tenido que pasar por los centros hospitalarios, 729 de ellos por las UCI.
El dato más negativo de la jornada fue el de fallecidos. La Junta confirmó otros tres decesos relacionados con la pandemia. Con estos, son ya 1.632 los afectados que han perdido la vida en todo este periodo. En cuanto a los curados, fueron 344 nuevos, hasta alcanzar un total de 89.405.
La finalización del estado de alarma se deja sentir de manera muy directa sobre la hostelería y las salas de fiesta. Si bien de manera práctica la supresión del mis
mo estaba fijado para la madrugada pasada, la Junta optó por adelantar a la noche de ayer la liberación de ciertas restricciones. Esto hizo posible que los bares y restaurantes de la provincia pudiesen alargar su horario de cierre hasta las 00:00.
Una decisión bien recibida por uno de los sectores más castigados por la pandemia. “Para nosotros que podamos abrir hasta las 00:00 es importante, porque es el único día que podemos vender con normalidad”, explicó Javier Frutos, presidente de la principal asociación de hosteleros de la provincia, Mahos y representante del sector en Andalucía. “Esperamos que sirva de oxígeno para un sector que ya estaba siendo muy castigado y que necesitaba de este tipo de medidas; esperamos que sirva de pinto de inflexión y que no se den pasos atrás, que sí sería bastante duro”, añadió.
La imagen que mostraban ayer los restaurantes en la capital de la Costa del Sol confirmaban la buena respuesta de los clientes a la ampliación del horario. Aunque sólo fue una hora más respecto al anterior escenario, fue tiempo suficiente para que muchos pudiesen completar la cena sin el estrés de tener que regresar a casa con el toque de queda encima.
Un valor al que añadir que el plan de desescalada fijado por la Junta ya permitía también la apertura de las salas de fiesta y de los bares con licencia musical has
ta las 02:00, aunque con las mismas limitaciones de aforo que los restaurantes y acotando la zona de baile al exterior.
En estas condiciones, se abre la mano sobre el número de personas que pueden estar sentadas a la misma mesa. Hasta un máximo de ocho en el interior de los locales y de diez en el exterior. Eso en el caso de los municipios que se encuentran en un nivel 1 de incidencia acumulada; los valores bajan a seis comensales y ocho en interior y exterior en las zonas de nivel dos, y vuelve a bajar a un máximo de cuatro y seis en los puntos en nivel 3 y 4.
Donde no hay límites ni de horario ni de aforos es en las piscinas y las playas. Sin embargo, ya hay algunos municipios que tratan de evitar que la eliminación del toque de queda pueda ser un aliciente para la celebración de reuniones multitudinarias en las playas. Esto es justamente lo que comunicó ayer el Ayuntamiento de Marbella, en una decisión clara por cerrar la puerta a posibles botellones.
La alcaldesa, Ángeles Muñoz, relacionó este paso con el objetivo “de garantizar una buena temporada estival y tener mayor capacidad para seguir impulsando la reactivación económica en la ciudad”. “La clausura de la actividad en las playas se ha planificado de tal modo que coincida con el horario de cierre de los establecimientos de restauración”, añadió, apelando a la responsabilidad individual. En el caso de Málaga capital, sin embargo, no se
Javier Frutos
Presidente de Mahos
Esperamos que sirva de oxígeno para un sector que ya estaba siendo castigado”
Marbella mantiene el toque de queda en las playas de 00:00 hasta las 06:00
contempla prohibición alguna sobre el horario de las playas, ni siquiera de madrugada, según informaron desde el Consistorio.
A las severas consecuencias que el Covid tiene desde hace casi quince meses en la situación sanitaria de la provincia hay que sumar los efectos colaterales, con la economía, las empresas y los parados como claros damnificados. Al finalizar marzo, mensualidad en la que fue decretado el estado de alarma para tratar de contener la expansión del coronavirus, Málaga acumulaba 183.720 parados, 30.243 más que el mes anterior. Eran días en los que las empresas se apresuraban a formalizar solicitudes de expedientes temporales de regulación de empleo (Erte) como primera medida con la que capear un temporal.
¿Qué ocurre ahora, cuando Málaga dice adiós al estado de elarma? Los últimos datos oficiales corresponden a abril, cuando, según el Ministerio de Empleo, la lista de desempleados estaba compuesta por 199.015 personas, lejos de los 204.000 que llegaron a contabilizarse en febrero. El paso de los meses ha ido alejando a la provincia del ojo del huracán, abriendo al menos las ventanas a un nuevo tiempo de relativa recuperación. En abril, los trabajadores afectados por Erte eran 29.530, 4.397 menos que en marzo.
Otro efecto demoledor se deja sentir sobre los números de la economía provincial. Al inicio de la crisis sanitaria, en mayo, Analistas Económicos ponía sobre la mesa la cruda realidad y avanzaba una caída del PIB para 2020 de entre el 9,3% y el 13,9%. En su último informe confirmó un desplome del 14% y situaba la subida en 2021 en el 7,3%, 1,3 puntos menos que lo contemplado en enero.
La factura económica que deja el coronavirus puede extrapolarse a la incidencia sobre las empresas. Un territorio que en las últimas décadas se ha mostrado como el principal motor de la región andaluza ha visto desde el inicio de la pandemia cómo han cerrado del orden de 6.000 empresas. Este es el dato manejado por el presidente de la CEM, Javier González de Lara, al cierre de 2020.
Tampoco la promoción de viviendas se ha visto excluida de esta situación. Aún con periodos de cierta normalidad, los números han ido disminuyendo con el paso de los meses. Muestra de ello es que el primer trimestre de 2021, según la información del Colegio de Arquitectos de Málaga, fueron visadas apenas 802 unidades, un 32% menos que el año pasado.
La repercusión sobre la compraventa de viviendas es relativa. Tomando en consideración todo 2020, fueron 23.142 las operaciones formalizadas, frente a las 29.852 de 2019. Esto es un 22,5% menos. Sin embargo, el último mes del que se dispone de datos oficiales, febrero, cerró con 2.435 pisos vendidos, mejor que el mismo mes del año anterior.