Los ciclistas se hacen fuertes
● Entre 4.000 y 5.000 participantes, según la organización, y unos 2.000, según la Policía, siguieron la marcha reclamando itinerarios seguros para la movilidad
Los ciclistas volvieron ayer a tomar la palabra, a hacerse oír por las calles de Málaga confiando en que su presión permita alterar el ánimo con el que el Ayuntamiento viene afrontando las reclamaciones del colectivo. Aunque con una menor afluencia que la marcha celebrada el 14 de febrero, varios miles (entre 4.000 y 5.000, según la organización; unos 2.000, según la Subdegelación del Gobierno) dejaron constancia de su reclamación. Una demanda en la que es de nuevo protagonista la exigencia de itinerarios seguros.
El pelotón, tras abandonar la parada inicial en la explanada de entrada al puerto, se extendió a lo largo de buena parte del Paseo de los Curas. Desde el inicio hasta la cola, con vehículos de la Policía Local marcando los límites, un espacio ocupado de unos 400 metros de largo. Pero más que los datos objetivos, los testimonios de muchos de los que acudieron a la llamada.
“Estamos de acuerdo en que tenemos que salir de las aceras y las calles peatonales pero con una alternativa; lo que no pueden hacer es mandarnos al matadero, porque en esos carriles 30 nadie va a 30, no hay radares, no los controlan”, denunciaba Arturo, arquitecto técnico. Como otros, apuntaba a las familias que se encuentran con la duda de si adentrarse o no con los más pequeños en estos viales. “Lo que puede pasar es que un día ocurra una desgracia, por eso hasta que no haya un plan b que nos dejen como estábamos”, insistía.
Antonia era otra de las ciclistas que demanda ese plan de alternativas. Contaba que antes de la entrada en vigor de la ordenanza, que prohibe circular por aceras y zonas peatonales, solía acudir al Centro en bici, hacer las compras en el mercado de Atarazanas y visitar alguna de las parroquias del casco antiguo. Pero desde que entró en vigor la nueva norma, no puede. “Intenté lo del carril 30 pero me dio miedo”, confesó. Y desde ese momento ha dejado de usar la bici. Espera que la marcha sirva para apretar al equipo de gobierno en la toma de decisiones. “Si no nos ven parece que somos inexistentes, nadie sabe que llevo dos meses con la bici metida en casa”, apunta.
Por la zona norte de la Victoria vive Miren. Solía usar la bici para hacer casi todo e incluso iba al trabajo en su vehículo de dos ruedas, intercambiando con el tren de Cercanías. “No tiene sentido que nos obliguen ahora, no me dejan ir por Alcazabilla aunque no haya nadie, tengo que ir por el túnel, oscuro, donde los coches van a bastante más de 50 kilómetros”, sentenciaba.
Antonio era de los pocos que habla a favor de los carriles 30, en los que se da prioridad a bicis y patinetes, pero compartido con el tráfico motorizado. Afirmaba que hasta la fecha no ha tenido problema alguno en su circulación.
“Veo de manera positiva los carriles adaptados, me parecen una buena solución”, insistía.
No compartía esta impresión Juan, quien acudía a la marcha acompañado de su hijo. “Hasta antes de la nueva normativa podía ir con mi hijo por el paseo marítimo para dar un paseo y eso ya no podemos hacerlo; las familias ya no podemos salir con los niños”, lamentaba.
Teresa forma parte de un grupo integrado por unas cincuenta familias del Centro que solía usar la bici para salir los fines de semana. Recuerda que antes de la ordenanza muchas acudieron juntas hasta el Peñón del Cuervo, pero “dos semanas después eso era misión imposible”.
“Nos gustaría que nuestros hijos puedan usarla con normalidad, ir al trabajo, al colegio pero es misión imposible”, remarcaba, destacando el problema que tienen los residentes del casco antiguo. “Se da la paradoja de que casi es más fácil moverte con el coche que hacerlo en bici”, lamentaba.
La asistencia final, como reconocía José Luis Martín, presidente de Ruedas Redondas, fue menor. Algo que relacionó con la finalización del estado de alarma, lo que ha invitado a muchos a salir de la ciudad. A pesar de ello, confió en que esto sirva para que “cambie la posición inamovible del Ayuntamiento en el reparto de la ciudad, que se haga una red segregada”.
A su juicio, por el momento las “buenas intenciones solo son intenciones”. “Estamos un poco cansados de escuchar esos proyectos Guadiana, que entran y salen del cajón legislatura tras legislatura; hasta que no los vemos realizado no vamos a aplaudirlos”, apostilló, ofreciendo “lealtad” por parte del colectivo para ayudar al Consistorio.
Arturo
Asistente a la ‘bicifestación’
“Tenemos que salir de las aceras pero con una alternativa; no pueden mandarnos al matadero”