María Dueñas visibiliza el apoyo a Proteo
● Colas interminables junto a la librería Proteo para obtener un ejemplar firmado y apoyar al negocio
Apretaba ayer el bochorno en la calle Puerta Buenaventura cuando paró el taxi monovolumen que traía a María Dueñas desde el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), donde estuvo presentado su último libro, Sira (Ed. Planeta). Fue poner el primer pie sobre el acerado y se desataron los flashes, como si de una estrella del rock o una deportista se tratase.
Dueñas llegó a Proteo para una firma de libros que surgió de manera totalmente desinteresada por su parte. Y le esperaba una cola que a las 19:30 sobrepasaba el centenar de personas. Una hora más tarde había avanzado pocos metros y eso que el ritmo de firmas superó los tres libros por minuto.
Dos horas más tarde de llegar, a eso de las 21:30, tras el final de la firma, a Dueñas le dolía “un poco” el brazo izquierdo. Pero seguía exultante y simpática atendiendo a sus lectores y a los periodistas. Aseguró María que es “una alegría acompañar a Proteo en estos momentos adversos” y que no se lo pensó en cuánto se enteró de lo que había sucedido.
Con las medidas de distanciamiento la cola se hacía aún más larga si cabe visualmente, lo que no quita que el apoyo a Proteo haya sido estrecho. Los libreros estaban casi sobrepasados por la situación, llevando libros constantemente a los que se iban incorporando de manera que nadie se quedase sin su ejemplar firmado.
Tanto era así que cada poco tiempo los clientes se acercaban a la puerta preocupados: “Hay libros para todos, ¿no?” A lo que respondían con simpatía y rotundidad: “Por supuesto, vaya usted al final de la cola, que nosotros llegamos en un momento”. Cuando a Carlos Sanjuán Guerrero, le dicen que la cola casi llega al Parking Tejón, no pudo evitar que la sonrisa le traspasase la mascarilla. El hijo de dos de los fundadores de la mítica librería aseguró que están recibiendo muchísimo apoyo, tanto en redes como por las ventas por la web de la librería, que sigue funcionando.
La primera persona en la fila era Marta, una joven lectora de Dueñas que llevaba junto a la puerta de la librería desde las 17:30. Para Marta las dos horas de espera “han merecido la pena para apoyar a la librería” donde ella y su hermano siempre han comprado sus libros, “también los de la universidad”.
Y ahí viven dos de las claves de los cerca de cincuenta años de esta librería que ni el fuego ha podido tumbar, el trato familiar a sus clientes y el catálogo universitario, junto con el apoyo a la cultura local. “Proteo no es sólo una librería, también es un centro cultural” asegura Sanjuán Guerrero.
Cuando Dueñas empezó a firmar libros cerraba la cola Inma, que se mostró impresionada por la cantidad de gente”, pero no pensó en ningún momento en irse. En el caso de que Málaga volviese a ser la de las mil tabernas y una librería, esa ayer hubiese sido Proteo.
Málaga recibió a la escritora como si se tratase de una superestrella del rock