TJ Shorts, el peligro del número 0 del Bonn
Timothy Shorts (California, 1997) es la principal amenaza del Unicaja en la semifinal de la Basketball Champions League. Es uno de los jugadores de moda en el baloncesto europeo, su temporada ha sido descollante de principio a fin y con alta probabilidad será nombrado el sábado MVP de la competición. Desde su pequeña atalaya de 1.75 metros dirige al Telekom Baskets Bonn y ha tenido picos casi irreales de acierto. Se habló de su salto a la Euroliga a mitad de temporada, por ejemplo el Baskonia se fijó en él, pero acabará la temporada en la antigua capital alemana, donde ha encajado como un guante.
Es la cuarta temporada como profesional de Shorts, que empezó en Letonia, en el Ventspils y siguió por Hamburgo y Crailsheim en Alemania antes de llegar al Bonn. Esta temporada debutó con Macedonia del Norte en las ventanas de noviembre lo que cambia su estatus y le convierte en más atractivo en el mercado por tener el pasaporte europeo. Por sus características físicas ha tenido que lidiar con el típico prejuicio del base bajito. 17.9 puntos, 7.6 asistencias, 3.2 rebotes y 1.2 robos son sus números esta temporada entre las dos competiciones. Su dimensión como jugador ha crecido con la exposición en la BCL y Málaga es el escaparate definitivo para subir ese nivel. Ser zurdo le da un toque de distinción. Hay quien ve en él un Terrell McIntyre o un Tyrese Rice, jugadores igualmente bajitos y zurdos que fueron determinantes en Europa. Alberto Díaz y Kendrick Perry, dos jugadores con capacidades defensivas de superélite a nivel BCL, tienen faena.
En un reportaje realizado por la Basketball Champions League se puede conocer en profundidad la figura de TJ Shorts. “Empecé en el baloncesto a los cuatro años, mi madre me dio un balón y me enamoré de este deporte, no jugué a otro mientras crecía, estaba sólo centrado en el baloncesto. Mientras me hacía mayor, mi amor por el deporte crecía y quería ser profesional. No sabía el camino que iba a coger para conseguirlo, pero sabía a los 1617 años que es lo que quería hacer para el resto de mi vida”, explicaba el base del Bonn, que ha combatido toda su carrera con el estigma de ser bajito y de ahí el dorsal que lleva: “Mi número 0 me lleva a la universidad. Saliendo del instituto, en 2015, tenía cero ofertas de becas para ir a la NCAA y decidí ir a un junior college, Saddleback, en California. De nuevo acabé la temporada con cero becas, después de mi segundo año recibí mi única oferta de beca, en UC Davis. Me lo tomé como mi única oportunidad, de mantener una mentalidad de tener ese chip en el hombro de que nadie creería en mí hasta que saliera a la pista y lo demostrara. Y es algo que he seguido a rajatabla. Desde entonces he seguido con el número 0”.