Quedadas en Internet para pelearse
● El jefe del Grupo de Menores de la Comisaría Provincial de Málaga advierte que en el último mes ha habido un “repunte” de enfrentamientos violentos protagonizados por menores en la capital
El poder de la tecnología y las redes sociales han cambiado la forma de interactuar y relacionarse. El uso erróneo de las mismas ha dado lugar a la aparición de nuevos delitos, como las ciberestafas. Si bien, los más jóvenes han encontrado a través de aplicaciones como Instagram una vía para amenazarse, quedar con el fin de pelearse o incluso difundir, después, los vídeos de la agresión.
Así lo cuenta a este periódico el jefe del Grupo de Menores (Grume) de la Comisaría Provincial de Málaga de Policía Nacional, aunque destaca que en Málaga “no hay tantos casos de este tipo”. “Es cierto que tenemos muchos avisos de amenazas a través de directos de Instagram, pero en la mayoría de los casos no suele llegar la sangre al río”, manifiesta al tiempo que indica que en los últimos dos años “apenas ha habido cuatro o cinco casos graves”.
Sin embargo, este último mes las peleas que parecían “de niños” se han ido de las manos. Desde finales de marzo hasta últimos del mes siguiente, en la capital malagueña se han registrado al menos cuatro enfrentamientos entre jóvenes de corta edad, estando menores involucrados hasta en tres episodios. “Es cierto que este mes ha habido un repunte, una cosa excepcional”, reconoce.
El viernes 31 de marzo fue el día en el que dio inicio esta espiral de violencia entre jóvenes con una brutal agresión en grupo a un menor que recibió puñetazos, patadas, rodillazos, golpes con un palo, quemaduras con bengalas y hasta un corte en una pierna con un objeto cortante en un túnel sin iluminación y en estado de semiabandono.
Al parecer, la noche de la agresión la víctima acudió a las proximidades de la estación del metro Paraninfo –un espacio habitual de reunión y también de botellón frecuentado por grupos de jóvenes, especialmente los fines de semana y festivos– con algunos amigos. Allí coincidió con otros grupos de chicos, incluidos sus agresores.
Todos ellos, en un ambiente festivo, comenzaron a tirar fuegos artificiales en el interior de la vía subterránea. La chispa del conflicto surgió cuando los agresores consideraron que la víctima había tirado un petardo a uno de ellos. En este momento, le propinaron una paliza, provocándole fracturas en la nariz y dos dientes, quemaduras producidas con bengalas, una herida cortante en la pierna y numerosos hematomas en ambos ojos y otras zonas del cuerpo.
La operación policial se inició con la denuncia del padre de la víctima, quien se personó la misma noche de los hechos para denunciar la “brutal” agresión sufrida por su hijo a manos de un grupo de jóvenes. El progenitor fue también quien trasladó al menor a un hospital en Málaga y, tras ser asistido por los facultativos, recibió el alta médica.
Las diversas diligencias de investigación, apoyados también por un vídeo de la agresión, permitió a la Policía Nacional identificar a los supuestos responsables, tres mayores de edad y otros tantos menores, que resultaron detenidos el pasado martes 11 de abril por su presunta responsabilidad en un delito de lesiones y otro contra la integridad moral.
De esta manera, los detenidos mayores de edad pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 en funciones de Guardia de Detenidos, que decretó el ingreso en prisión provisional para todos ellos; mientras que los menores investigados fueron puestos en libertad tras la detención y emplazados a personarse en la Fiscalía de Menores, que ordenó su libertad vigilada y una orden de alejamiento respecto a al víctima.
El jefe del Grume indica que el perfil de los menores que suelen protagonizar este tipo de actos violentos suele residir en barrios humildes y pertenecer a familias con situaciones complicadas. La edad a partir de la que suelen comenzar a incurrir en este tipo de peleas supera los 13 años.
Explica que, en su mayoría, son varones los que suelen participar en peleas “gordas y multitudinarias”. No obstante, asegura que “también hemos tenido casos en el que dos chicas se pegan entre ellas y se graban”.
En cuanto al motivo de las discusiones, el inspector indica que “casi siempre suelen ser banales”, siendo en muchas ocasiones conflictos de carácter sentimental.
El perfil del joven que agrede suele ser varón y con una situación familiar complicada