El diagnóstico de la depresión vendrá definido por la tecnología
● El uso de técnicas de imagen o análisis biológicos permitirá detectar las alteraciones
“Anímate, no es para tanto”. Esta es una de las típicas frases que solemos usar a modo de respuesta, cuando alguien nos dice que está deprimido. Como si realmente la depresión se tratara de un estado de ánimo (que no debemos de confundir con la mera tristeza) o de una elección personal. Pero la depresión va mucho más allá de sentirse triste y cada vez sabemos más sobre la misma. Es por ello que, en el contexto del XXI Seminario Lundbeck La depresión, ¿nace o se hace?, varios expertos han aportado algunas claves sobre lo que sabemos ahora de la depresión y sobre cómo este conocimiento nos permitirá mejorar la forma de abordarla en un futuro.
Para entender por qué la depresión es algo mucho más complejo de lo que socialmente pensamos, José Manuel Montes relata que lo que ocurre es que “el factor estresante actúa como algo traumático, es como si se rompe un hueso”. En ese momento, lo que sucede es que “las estructuras del cerebro se afectan y a partir de ahí, esa afectación produce el resto de los síntomas de la depresión, generando desórdenes de pensamiento en otros circuitos”. Ante este conocimiento, gran parte de la investigación actual se centra en buscar herramientas para lograr conocer qué circuitos están alterados en cada persona, para así poder aplicar un tratamiento personalizado. “Es una realidad que estamos acariciando con la punta de los dedos”, agrega el experto. De hecho, según Montes, en no mucho tiempo será posible diagnosticar la depresión mediante pruebas de imagen que permitan ver estos circuitos alterados o por otro tipo de análisis biológico o biomarcadores que permitan detectar los desórdenes que ocurren en nuestra mente. “No es tan básico como siempre habíamos pensado, como para resumirlo en mayores o menores niveles de serotonina, esos fenómenos son la punta del iceberg”. Así, el mensaje final de los expertos es que la depresión es un proceso más complejo de lo que se pensaba, pero del que cada día sabemos un poco más.
La primera idea a tener en cuenta es que, si bien la depresión depende de situaciones externas, hay personas con mayor predisposición a padecer esta patología. Como explica José Manuel Montes, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, “todas las enfermedades tienen un componente biopsicosocial”.