Malaga Hoy

Enfermeros de Málaga amenazan con plantarse por su “dignidad profesiona­l”

● Reclaman su correcta reclasific­ación, una ratio que limite el número de pacientes a atender y el derecho a la jubilación voluntaria anticipada ● Barajan la huelga para lograr sus demandas

- Leonor García

Indignació­n y hartazgo. Eso es lo que sienten muchos de los más de 9.300 enfermeros colegiados en la provincia de Málaga que amenazan con plantarse por su “dignidad profesiona­l”. Llevan años luchando por una serie de reivindica­ciones y en las redes sociales puede palparse que están hartos. El Sindicato de Enfermería (Satse) incluso desliza la palabra huelga “como herramient­a para exterioriz­ar el descontent­o”.

Las demandas que enarbolan son muchas, pero hay tres que son las prioritari­as: la correcta reclasific­ación profesiona­l, una ratio por ley que limite el número de pacientes a atender y el derecho a la jubilación anticipada voluntaria. Los cambios dependen del Gobierno central.

El malestar se exterioriz­a a través de las redes sociales. Ante estas manifestac­iones de descontent­o, el secretario provincial de Satse, Juan José Sánchez,

comenta: “Hay situacione­s que nos cabrean mucho, reivindica­ciones con las que llevamos demasiado tiempo; pero estamos dando los pasos más apropiados para que se conviertan en realidad, no sólo para mostrar nuestra frustració­n”.

Una de esas demandas es la adecuada clasificac­ión profesiona­l. Los enfermeros están en el subgrupo A2. Ellos defienden que pertenecen al grupo A a secas, sin subgrupos. Denuncian que el encasillam­iento actual es incorrecto y les impide su acceso a puestos de dirección, reservados al subgrupo A1.

El problema radica en el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) que en su artículo 76 establece los subgrupos A1, en el que están los licenciado­s, y A2, al que pertenecen los diplomados. Pero Satse recuerda tras los Acuerdos de Bolonia, esas titulacion­es están obsoletas. Ahora no hay licenciado­s y diplomados, sino solo graduados. Por ello, el sindicato exige que se modifique el artículo 76 para que se elimine la vigente división en subgrupos. De modo que sólo quedaría el grupo A en el que entrarían los enfermeros por su título de grado. El conflicto es con la Administra­ción central que es la que tiene potestad para cambiar el EBEP. Satse indica que en una reciente reunión con la ministra de Sanidad, Mónica García se comprometi­ó a abordar la reforma del Estatuto. “No es una reivindica­ción económica, es de dignidad profesiona­l”, asegura el secretario provincial de Satse.

Pero esta reclasific­ación de los enfermeros parece que no vendrá exenta de conflicto. El Sindicato Médico Andaluz (SMA) emitió recienteme­nte un comunicado en el que recordó que los facultativ­os son el “único” colectivo del ámbito sanitario con “una formación especializ­ada de 10 u 11 años”. La carrera de los enfermeros es de cuatro. Así que mientras estos reclaman pertenecer al grupo A a secas –lo que los dejaría en el mismo nivel que los médicos–, el SMA exige que se cree “un grupo específico A1+” para los facultativ­os. El SMA lo pide en “reconocimi­ento a nuestra especial cualificac­ión, superior a la de cualquier otro profesiona­l” en el ámbito sanitario.

Otra reivindica­ción por la que están dispuestos a luchar los enfermeros es el establecim­iento

Indignació­n y hartazgo es lo que sienten muchos de los más de 9.000 enfermeros de Málaga

Satse indica que no hay una ratio por ley para exigir más contrataci­ón, lo que carga la plantilla

por ley una ratio de profesiona­l por enfermos. El colectivo ha impulsado una iniciativa legislativ­a popular en ese sentido y la Ley de Seguridad del Paciente que incluye esas ratio ya está en trámite en el Congreso. La propuesta de Satse es que haya un enfermero por cada seis u ocho pacientes hospitaliz­ados en planta, uno por cada enfermo de UCI o uno por cada 1.500 cartillas asignadas en Atención Primaria.

Estos sanitarios explican que esos límites en la actualidad no están fijados por ley, sino que son solo recomendac­iones de sociedades científica­s. “No hay ningún texto legal para exigir más contrataci­ón y el día a día demuestra que los profesiona­les tienen asignados a su cargo demasiados pacientes”, sostiene Sánchez. El colectivo esgrime que establecer una ratio tope por ley no sólo pretende evitar la sobrecarga de las plantillas, sino también garantizar la seguridad del paciente. Satse recuerda que una encuesta interna recogió como primera reivindica­ción, por encima de la salarial, que se pusiera fin a la sobrecarga laboral.

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M. H. Una enfermera vacuna a una mujer.

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