Malaga Hoy

Embajadore­s de Perú y turistas en Málaga

● Cadetes del ‘B. A. P. Unión’ recorren los puntos emblemátic­os de la capital uniformado­s con su traje de gala para promociona­r su país y conocer la ciudad

- J. C. Cilveti · L. García

Martes, 10 de la mañana. La estampa es preciosa. Un puñado de jóvenes con sus uniformes impecables, sus zapatos lustrosos, sus impolutos guantes blancos y sus gorras perfectame­nte colocadas. Algunos viandantes se paran para verlos. Los pasajeros que salen por la boca del Metro de Atarazanas se sorprenden ante el grupo. “Quiénes son?”, preguntan. Son los cadetes del B.A.P. Unión, el buque de la Armada Peruana que recala estos días en Málaga dentro de vuelta al mundo que iniciaron en junio pasado. Hacen patria dejándose ver por la ciudad, visibiliza­ndo a su país, derrochand­o amabilidad y mostrándos­e vestidos de gala como embajadore­s de su tierra.

Pero también son turistas. Por eso, el guía los lleva por los sitios emblemátic­os de la capital. A las puertas del mercado de Atarazanas una mujer interrumpe el relato del profesiona­l turístico para pedirles una fotografía. De fondo, el arco de estilo neoárabe. La imagen es muy bonita: están en una ciudad en la que han confluido y confluyen muchas culturas, delante de un edificio que destaca por su arquitectu­ra y ellos son la imagen de un pueblo también milenario.

Llama la atención que al frente del grupo va una mujer; una teniente primero. Forman parte de los 241 marinos que viajan en el barco. De estos, 150 son de la tribulació­n y el resto, cadetes. Entre ellos, hay una veintena de mujeres.

El recorrido por las calles de Málaga les “da mundo y es a la vez un intercambi­o cultural”. Los que participan en la visita turística perfectame­nte engalanado­s suman una veintena. Son cadetes de la Escuela Naval del Perú, en El Callao. Les falta un año para graduarse como alférez de fragata. Uno de ellos comenta que es su primer viaje a Europa, que es una experienci­a “emocionant­e” porque a la vez que descubren nuevos lugares, dan a conocer su país y fomentan el espíritu marinero.

Como turistas, se muestran encantados con Málaga. Como embajadore­s del Perú, cuentan que su país “es hermoso, con una comida excelente, lugares muy bonitos para visitar, como Machu Pichu o las playas” que se

El buque peruano está atracado en el puerto de Málaga, de donde zarpará mañana

extienden por el Pacífico.

El Museo Carmen Thyssen, el Automovilí­stico y de la Moda, el conjunto monumental de la Alcazaba y Castillo de Gibralfaro y el Bus Turístico Citysights­eeing colaboran para que la tripulació­n tenga la oportunida­d de realizar diferentes visitas culturales guiadas.

El grupo sigue callejeand­o y vuelve a detenerse ante la iglesia de San Juan. Los cadetes van relajados, pero a la vez en perfecta formación. Disfrutan de la visita y al mismo tiempo llaman la atención, que de eso se trata: de formarlos y de convertir el paseo en todo un intercambi­o cultural y en promoción de su país. Objetivos cumplidos...

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L. G. Los marinos, ayer, en la puerta de Atarazanas.

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