“Estamos achicharrados de tener más exigencias que otros países”
● El campo se rebela contra las políticas europeas, especialmente contra la competencia desleal
Salieron la noche del lunes de sus casas. Muchos condujeron durante horas por carreteras secundarias en tractor para llegar a la capital y, una vez allí, taponar las entradas y salidas del puerto de la capital. Reconocen estar “cansados” tras más de 24 horas sin dormir, pero los motivos que les han llevado a paralizar su actividad y manifestarse los tiene “achicharrados”. Su principal reivindicación, erradicar la competencia desleal.
Así lo explicó a este periódico Antonio Pinto, agricultor y ganadero de Almargen, que además ejerce como uno de los portavoces en la protesta. “Tenemos más exigencias que otros países. Se están importando productos
María José Agricultora
Tanto los políticos como la agenda de Europa nos ponen muchísimas trabas”
que no cumplen con los requisitos fitosanitarios que a nosotros sí nos piden”, denunció.
Es por ello que al menos un centenar de tractores continuaban al cierre de este periódico bloqueando las entradas y salidas del Puerto de Málaga; situación que se produce cuatro días después de que los agricultores acudieran al Parlamento Europeo para exponer sus reivindicaciones.
“Han venido familias completas y todo se está haciendo de manera pacífica”, destacaba Pinto al tiempo que informaba de que consiguieron paralizar la entrada de mercancía agrícola que traían al menos dos barcos.
María José, una de las pocas mujeres agricultoras que acudieron a la protesta criticó que los profesionales agrícolas están “totalmente burocratizados. Tanto los políticos como la agenda de Europa nos ponen muchísimas trabas. No es que no estemos de acuerdo en cumplir ciertas normas ambientales, pero es que al mismo tiempo se permite la entrada de productos extranjeros que no cumplen los requisitos que a nosotros nos exigen”, manifestó.
Para los jóvenes que decidieron continuar con los negocios familiares no desistir tampoco es tarea sencilla. Manuel García hace ocho años -desde que tenía 20- que se dedica al cultivo de cereal, olivos y almendros de secano en Ardales. También hace algunas noches en un bar de copas del pueblo porque asegura haber “pillado años muy malos en el campo”. Entre los mayores hay un profundo malestar por la situación “límite” que aseguran que están viviendo. Es el caso de Juan, un veterano de la Serranía de Ronda que lamenta la falta de apoyo al sector y que sostiene que “no tenemos otra opción que luchar por nuestra supervivencia”.