Malaga Hoy

LLUEVE EN SILENCIO

- ÁNGEL VALENCIA

LLUEVE en silencio, que esta lluvia es muda/y no hace ruido sino con sosiego” dicen unos versos de Fernando Pessoa. La mejor noticia del día, quizás de la semana. ¡Y que siga! En pleno invierno, nos rodea la primavera. La ropa de abrigo se aburre de estar en el armario. La temperatur­a cambia caprichosa­mente. Pero, sobre todo, y después de haber vivido el año más caluroso de los registros que tenemos, es evidente que tenemos un problema de primera magnitud: el del agua. En una palabra, hay menos agua para satisfacer una demanda que se ha vuelto tan intensiva que es cada vez más difícil de atender.

El presidente Moreno Bonilla dijo que tendría que llover un mes seguido para paliar la sequía. Para conciencia­rnos de la gravedad del problema pidió al cielo unas lluvias bíblicas: Un nuevo diluvio universal. Recuerden que después de llenar el arca con los animales y con su familia llovió 40 días y 40 noches. Tras el diluvio estaría todo resuelto. Mientras llega o no llega – parece poco probable- en Andalucía, las medidas por la escasez afectan a más de cuatro millones de ciudadanos.

Se combina la sequía con la escasez de agua en algunas zonas de España y, sobre todo en el Sur de Europa y, de manera muy acusada, en Andalucía. En nuestro caso una de las sequías más graves de nuestra historia que hace que nuestros pantanos estén en mínimo históricos. Andalucía tiene sus embalses a un 22,21%. Por provincias, el mayor volumen embalsado se localiza en Sevilla (34,80%), luego Huelva (24,86%), seguido de Granada (21,71%), a continuaci­ón Jaén (21,56%), después Córdoba (17,49%), le sigue Málaga (15,75%), el penúlitmo es Cádiz (15,32%), y, por último, Almería (8,93%).

La urgencia es máxima, porque el verano no está tan lejos y, por tanto, la panoplia de medidas que se despliegan para paliar el problema son todas las posibles: Sobre la mesa hay obras, desaladora­s portátiles, sondeos, reapertura de pozos, captación de ríos subterráne­os o la posibilida­d de, llegado el caso, abastecer grandes ciudades con agua llegada en barcos. De momento, se ha reducido la presión del agua y se limita a 160 litros por persona y día en Andalucía –el consumo de agua suele ser de unos 130 litros-. El problema reside, claro está, en que el consumo de agua más importante es el de la industria y la agricultur­a. Sin olvidarnos del turismo y su impacto poblaciona­l veraniego y en el consumo de agua. Hay una sensación de que hay imaginació­n, iniciativa­s y conocimien­to del problema, así como la de capacidad de articular muchas ideas y medios técnicos para paliar este problema pero falta una visión integral, a medio y largo plazo, de solución de la emergencia del agua. Es decir, que hay un riesgo de llegar tarde y, sobre todo, de quizás llegar mal, dado que tenemos asumir la demanda extra del turismo de este próximo verano además de la agricultur­a y de la industria. No se entiende que con esta sequía, y los antecedent­es previos, no se haya actuado antes, impulsando medidas que nos hicieran estar más preparados ante la contingenc­ia de la escasez del agua. Esperemos que si llega, tras el diluvio…

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