Malaga Hoy

CUESTIÓN DE HONOR

- JUAN LÓPEZ COHARD

HE de comenzar diciendo que me he permitido cogerle prestado el título a mi querido y admirado Pedro Aparicio, alcalde de Málaga que fue, y que sigue, para mí (y para muchos malagueños), siempre presente. Y digo siempre presente, porque a más de la amistad que me hace recordarlo permanente­mente, tengo como libro de consulta su obra completa titulada Mi última instancia. Porque Pedro entre otros méritos académicos y políticos fue un gran escritor. Cuando escribió el artículo que lleva este título, “Cuestión de honor”, puede que fuera aún Presidente del PSOE de Andalucía. El suceso acaecido en Barbate estos días, en el que han asesinado a dos guardia civiles y herido a otros dos, de manera vil, abyecta, ruin e infame, con intención de humillar después de haber matado y tener a las victimas indefensas en el agua, con espectador­es, cobardes y asesinos, jaleando y alentando la sangrienta ignominia, me lleva a hacer una reflexión sobre la sociedad española, sus valores éticos y morales, sobre la política y la manera de gobernar, así como sobre la convivenci­a, el orden y la ley.

Es indudable que los narcotrafi­cantes asesinos son los únicos culpables de los asesinatos cometidos en Barbate, y sobre ellos debe de caer todo el peso de la Ley. Pero quizá haya que reflexiona­r sobre la Ley. Porque nuestras leyes son, y deben ser así, garantista­s con el reo, pero habría que plantearse también que sean garantista­s de la prevención. Si las lanchas que usaron los narcos para cometer el asesinato están prohibidas por la Ley ¿Por qué no se requisaron o se inutilizar­on de inmediato? Según parece, han sido atracadas en el puerto de Barbate varios días esperando a que pasara el temporal. Algo pasa ¿Quizá sea que para intervenir las fuerzas armadas encargadas de hacer cumplir la ley necesiten una orden del juez y ésta puede tardar varios días en obtenerse? Es una suposición. Pero ocurre en este país, por poner un ejemplo, que estando en firme una sentencia, el juez correspond­iente lleva dos años sin dictar su ejecución.

Si bien es cierto que los asesinos son los culpables del asesinato, no lo es menos que existen unas responsabi­lidades políticas, porque, con toda seguridad, esas muertes se podrían haber evitado. ¿Cómo es posible que se enviase a los guardias en una zodiac de 5m y un motor de 50c a enfrentars­e con los peligrosos narcos en posesión de 3 planeadora­s de 15m y 500c de potencia cada una? ¿Cómo puede ocurrir que 6 patrullera­s de la Guardia Civil estuviesen fuera de servicio por averías? ¿Cómo es que el Ministerio correspond­iente no haya actuado en consecuenc­ia? Si su máximo responsabl­e, Grande Marlaska, tuviese un mínimo de decencia, si fuese un hombre de honor, habría dimitido de inmediato. Pero no, ni él, ni nuestra sociedad está educada en los valores éticos en los que el honor es lo más importante para la persona. Sólo nuestras Fuerzas Armadas, el Ejército y la Guardia Civil, asumen que su vida ha de ser con honor. Bueno, ellos y mi amigo Pedro Aparicio que dejó escrito: “me gustaría que dijeran de mí que había pasado por la política con honor”. No podremos decir eso del Sr. Marlaska. Ni tampoco del presidente Pedro Sánchez que, divirtiénd­ose en la fiesta de los Goya, 24 horas después del asesinato, no tuvo ni unas meras palabras para los guardia asesinados.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain