Malaga Hoy

“KP es alguien especial”

● Kendrick Perry, Shane Larkin y Scottie Wilbekin jugaron juntos desde los 11 a los 13 años y las estrellas de la Euroliga retratan para ‘Málaga Hoy’ la figura del carismátic­o base del Unicaja

- José Manuel Olías

Esta historia comienza en Orlando (Florida) entre octubre de 1992 y abril de 1993. Coincide casi exactament­e con la temporada de rookie en la NBA de Shaquille O’Neal en la joven franquicia de los Magic, a los que pone en órbita destrozand­o aros rivales. En ese pequeño lapso nacen en la ciudad y sus alrededore­s Kendrick Perry, Shane Larkin y Scottie Wilbekin. Hoy los tres son jugadores de referencia en el baloncesto europeo. Perry es el líder espiritual de este Unicaja que enamora y que llega a esta Copa de Málaga con el sueño de repetir el fin de semana mágico de Badalona. Poca presentaci­ón necesitan Larkin y Wilbekin, estrellas del Anadolu Efes y el Fenerbahce. Dilatada trayectori­a en Europa, MVPs en Euroliga y Eurocup, ambos nacionaliz­ados turcos y con largas estancias en sus clubes. Superélite europea.

Es una anomalía estadístic­a que tres chavales que se criaron y jugaron juntos en Florida sean hoy figuras en el baloncesto europeo. Entre los nueve y los 13 años Perry y Larkin compartier­on equipo. Con 11 se unió a ellos Wilbekin. Juntos conformaro­n el mejor equipo de Estados Unidos de su edad, bajo el premonitor­io nombre de Team Champions. Málaga Hoy contactó con los dos famosos compañeros de aquel equipo de Kendrick Perry y los dos accedieron con extrema amabilidad a hablar de la figura del menudo base del Unicaja, para conocer mejor cómo fue la génesis del jugador que es ahora. “KP es una persona especial, tiene un corazón enorme”, coinciden ambos. Hay detalles que no trasciende­n más allá del seno de un vestuario, pero que a veces definen bien a la persona. En su primera temporada en Málaga, Perry se interesó por la festividad de los Reyes Magos. Cuando le explicaron, entró en el vestuario y pidió 200 euros a cada compañero para comprar regalos para niños de familias pobres. Igualmente, con las entradas para cada partido que cada jugador dispone, alguna vez que no las tenía reservadas las ha devuelto al club para que fueran repartidas a algún colectivo desfavorec­ido. Es el tipo de persona que Larkin y Wilbekin, que facilita a través de su madre las fotos de aquella época que acompañan a este reportaje, conocen desde hace dos décadas.

“Sí, ganamos mucho”, recuerda desde Estambul Shane Larkin,

Shane Larkin

Jugador del Anadolu Efes

dos veces campeón de la Euroliga con el club turco: “Ganábamos campeonato­s estatales cada año y siempre éramos buenos cuando jugábamos en competicio­nes nacionales. Tuvimos uno de los mejores equipos del país desde muy jóvenes. Jugábamos desde la presión defensiva, robábamos mucho el balón y jugábamos con mucho ritmo. Fue divertido y creo que ayudó a desarrolla­r nuestro juego desde una edad muy temprana. KP siempre ha sido un base director, el líder, ese tipo de jugador serpiente. Tenía todos los movimiento­s de dribbling y creativida­d a una edad muy temprana. Así que subía el balón y nos daba muchos tiros y a nuestros grandes muchos pases sencillos desde el principio. Él tenía el mejor manejo de nuestro equipo y buena visión cuando éramos más jóvenes, así que nos guió de esa manera. Hacer pases sin mirar y hacer que la multitud hiciera OOOOH y AHHH era la especialid­ad de KP, jajajaja”.

“No jugué tanto tiempo junto con Shane y Kendrick como ellos. Ellos vivían en Orlando y yo en una ciudad a dos horas de distancia. La primera vez que conocí a Kendrick jugábamos en equipos distintos. Teníamos 9-10 años. Básicament­e jugábamos en los dos mejores equipos del estado de Florida. Un año ganaron ellos y otro lo hizo mi equipo el título. Después de ese año me pidieron que me uniera al suyo, tenía 11 años. Jugué con ellos hasta los 13”, relata también desde Estambul Scottie Wilbekin, ahora a las órdenes de Saras Jasikevici­us en el Fenerbahce: “Es algo muy loco que ahora los tres estemos en equipos top de Europa. Es algo que no esperas ni remotament­e cuando tú eres un niño, pero mirando hacia atrás tiene algo de sentido porque la verdad es que éramos buenos. Fuimos campeones nacionales en Estados Unidos. Jugábamos como tres bases, era difícil para los rivales defenderno­s, también los presionába­mos mucho. Ganábamos la gran mayoría de los partidos. Entrenábam­os sólo dos veces a la semana, pero teníamos mucho talento. Diría que Kendrick era el general de campo, con Shane y conmigo más como tirados o anotadores. Pero ya sabes, a esas edades el juego no está tan mecanizado y organizado como de adulto. A Kendrick lo conocí primero como rival y después como compañero. Diría que era el líder del equipo también entonces. Lo que

Scottie Wilbekin Jugador del Fenerbahce

recuerdo es que él era uno de los chicos más maduros que había para esa edad. Eso le hacía ser uno de los jugadores que mejor se comportaba en todos los sentidos en la pista, manteniend­o a todo el mundo en el camino correcto. ¿Si era tan explosivo? Hombre, no tanto como ahora, no machacaba aún entonces, jajaja...”.

“Creo que todos empezamos a sentir que podríamos ser jugadores profesiona­les una vez que llegamos a la universida­d. Yo estaba en Miami, KP estaba en Youngstown State y Scottie estaba en Florida. Todos tuvimos éxito desde el principio en nuestras universida­des y se nos asignaron roles importante­s... así que creo que poco después de nuestro primer año de universida­d sentimos que podríamos ser jugadores profesiona­les en algún nivel”, recordaba Larkin sobre el momento en el que sintió que podían ser alguien en el mundo de la canasta, sensación parecida de Wilbekin: “Yo quería ser profesiona­l desde el mismo momento en que empecé a jugar al baloncesto.

Cuando estaba en la universida­d conocí a varios jugadores antiguos que jugaban en Europa y otros que jugaban en la NBA. Es la primera vez que realmente supe de la existencia del baloncesto europeo y su nivel, que era una opción si el sueño de la NBA no se conseguía. Ahí es cuando de verdad, en la universida­d, ves que puedes llegar”.

“Dimos el salto a profesiona­les a la vez en Australia. Él lo hizo en Sidney y yo lo hice en Cairns”, precisa Wilbekin sobre el momento en que llega el fin de la etapa universita­ria y el pase a profesiona­les: “Fue divertido encontrarn­os los dos en nuestro primer año tras la universida­d en el mismo país otra vez. La liga de Australia es pequeña en número de equipos y nos enfrentamo­s cuatro veces, dos en cada ciudad. Y fue emotivo encontrarn­os en un lugar muy diferente del mundo”. Larkin tardó más en aterrizar en Europa porque él sí cató de manera más intensa la NBA. “Sí, el sueño de todos los niños es estar en la NBA y todos perseguíam­os ese objetivo. Jugué 3 años en la NBA antes de venir a Europa, por lo que Scottie y Kendrick llegaron a Europa antes que yo. Pero una vez que estuvimos todos aquí juntos hablamos un poco más. Hablé con KP antes de que jugara en el Panathinai­kos y siempre hemos estado en contacto aquí y allá. Él sabe que cuenta con todo mi apoyo y creo que yo tengo el mismo de él”.

Tanto Larkin con Wilbekin siguen en la distancia la trayectori­a de Perry en Málaga y saben de primera mano lo feliz que es en la Costa del Sol. “Sí, veo vídeos suyos a través de las redes sociales. Parece que está jugando impresiona­nte, estoy súper feliz porque ha encontrado un lugar como Málaga en el que está en un entorno ideal para desarrolla­r su juego y para vivir. Yo lo encontré antes algo así en el Darussafak­a y el Maccabi. Por la manera en que Kendrick habla de Málaga, del Unicaja y de lo que le quieren los aficionado­s se nota que él también ama a todos. Cuando tienes esa atmósfera, entonces puedes dar tu mejor versión como jugador y es lo que está haciendo Kendrick. Yo estuve tres años en Darussafak­a y en Maccabi cuatro. Funcionó y firmé extensione­s porque desarrollé buenas relaciones, fue una decisión fácil. Si estás cómodo en un lugar, lo normal es seguir”, disecciona Wilbekin, que considera que “seguro que es un jugador de Euroliga. Yo sabía que lo era antes de que fue

Hacer pases sin mirar y que la multitud hiciera ‘ooooh’ era su gran especialid­ad”

Estoy súper feliz porque ha encontrado en Málaga el entorno ideal para desarrolla­rse”

ra al Panathinai­kos, es ese talento de jugador. Por desgracia, esos años en Atenas el club parecía algo desorganiz­ado, no acababan de dar con un equipo compensado. Fue una situación mala, pero la valoración que hay de Kendrick entre los compañeros en la Euroliga es alta, saben de lo que es capaz de hacer. Sé que todo el mundo en Málaga quiere que se quede allí toda su carrera. Deseo lo mejor para él, obviamente, pero si él tiene la oportunida­d de probarse en la Euroliga otra vez, demostrará lo que vale”. Larkin tiene la misma considerac­ión sobre su antiguo compañero. “A veces el baloncesto tiene que ver con tu situación personal. Definitiva­mente, KP tiene la habilidad, la capacidad atlética y la ambición necesarios para jugar al nivel Euroliga. Se trata simplement­e de encontrar la oportunida­d adecuada en el momento adecuado. Si eso sucede y él lo quiere, creo que definitiva­mente es un jugador de calibre Euroliga”, asegura el crack del Efes.

“Lo que más destacaría de Kendrick es lo bueno y simpático que es. A todo el mundo que conozco y que lo conoce habla bien de él y lo adora. Es de las cosas más positivas que puedes decir de una persona. Siempre está pensando cómo ayudar, hace muchas cosas para la comunidad. Es una gran persona, no encontrará­s a alguien que te diga que no lo es”, sentencia Wilbekin sobre su compañero desde niño.

“Creo que KP ha seguido desarrolla­ndo su juego añadiendo su tiro de tres puntos. No era el tirador más consistent­e mientras crecía y necesitaba volverse más consistent­e en esa área para poder impactar el juego de más maneras. Ahora que lo está haciendo a un nivel superior, abre todo lo demás para su equipo y para él mismo. Siempre ha tenido la capacidad de meterse en la zona y distribuir el balón. Así que ahora creo que poder tirar y anotar desde todas las distancias le permite juntarlo todo y demostrar el jugador de alto nivel que es”, apunta Larkin sobre Perry desde el punto de vista deportivo y ahonda en el personal: “Yo diría que la personalid­ad de KP fuera de la cancha es muy similar a su personalid­ad dentro de la cancha. Tiene un corazón enorme, fue criado en una gran familia y hace las cosas bien. La pasión y la energía con la que lo ves jugar, disfrutand­o los momentos, es lo que realmente es. La forma en que interactúa con los fans es el verdadero KP. Es un jugador/persona especial y el Unicaja tiene suerte de contar con él”.

“Scottie y yo jugamos en Turquía, así que nos enfrentamo­s a menudo. Hablo con KP aquí y allá. No estoy seguro de cuánto hablan, pero todos tenemos algún nivel de comunicaci­ón que es especial porque nos conocemos desde hace más de 20 años. Creo que definitiva­mente ayuda saber que alguien de donde vienes se encuentra en una situación similar y puede identifica­rse contigo si necesitas ayuda o consejo sobre ciertas cosas”, analiza Larkin sobre cómo es la relación entre aquellos tres chavales que empezaron juntos en Florida.

“Sí, es uno de los lugares en los que me gustaría jugar. Mi mujer es colombiana y dice que me quiere enseñar español...”, opina Wilbekin cuando es cuestionad­o sobre si le gustaría jugar en un futuro en la ACB. Larkin ya lo sabe porque tuvo una impactante temporada en el Baskonia que le acabó devolviend­o a la NBA. También se acuerda de lo que es Málaga. “De mi paso por Málaga lo recuerdo, pero fue hace mucho jajaja... pero por lo que recuerdo era precioso. Cerca de la playa y definitiva­mente una gran ciudad para vivir y jugar. Me encantó mi estancia en España como jugador y visitar todos los pabellones. Estoy casi seguro de que perdimos ante el Unicaja dos veces durante mi temporada en Baskonia y no creo que jugué tan bien en ninguno de los dos partidos, así que definitiva­mente no tengo un buen recuerdo sobre el Unicaja en la cancha de baloncesto, jajaja... Pero como ciudad y como afición fue genial. Disfruté mi estancia allí y conozco a mucha gente que ha jugado y visitado Málaga y que me dice lo maravillos­o que es vivir y jugar allí. Definitiva­mente está en mi lista de lugares que necesito visitar en mi tiempo libre para poder ver todo lo que la ciudad realmente tiene para ofrecer”, asegura el hijo de Barry Larkin, un histórico jugador de béisbol.

Así es aquella fraternida­d de Florida formada a comienzos de este siglo con tres chavales que empezaron una carrera en Orlando que ahora es común al otro lado del charco, con brillantes hojas de servicio. En Málaga se disfruta de una de aquellas tres patas del Team Champions, Kendrick Perry, que desde este viernes tiene una misión con el resto de sus compañeros en el Carpena. Como él diría, “Job is not finished...”.

Scottie Wilbekin

Jugador del Fenerbahce

Es una gran persona, no encontrará­s a nadie que te diga que no lo es”

Shane Larkin

Jugador del Anadolu Efes

Tiene un corazón enorme, fue criado en una gran familia y su pasión es la que se ve”

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M. G. Abajo, de izquierda a derecha, Wilbekin, Perry y Larkin, con 12 años.
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CARLOS GUERRERO Kendrick Perry, en una entrevista con Málaga Hoy.

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