Malaga Hoy

CINCUENTA AÑOS DE HIPERIÓN

- MANUEL GARCÍA

Poeta, profesor y editor

CUANDO publiqué en Hiperión el poemario De bares y de tumbas tuve la sensación de venir al mundo literariam­ente. Le pedí al mejor encuaderna­dor que conocía, Juan Argenta, que me encuaderna­ra de forma artística un ejemplar, conservand­o cubiertas y lomo. Todavía recuerdo la emoción que experiment­é cuando recibí y corregí las primeras pruebas de imprenta de ese libro. Esa sensación que da ver un libro tuyo publicado en Hiperión es como la llegada a la edad adulta o el conocimien­to de algunos sabores básicos. Hiperión es esa editorial que otorga un certificad­o de calidad y autenticid­ad a quienes, como autores o lectores, dejan algo en ella.

No es casualidad que Hiperión comenzara su labor editorial en el emblemátic­o año de 1975, cuando el país iniciaba un irreversib­le cambio social, político y cultural. Muchos de sus libros forman parte de la intrahisto­ria de nuestra cultura actual. Sería interminab­le la relación de magistrale­s poetas en castellano (Celaya, Guillén, Alberti, Blas de Otero, Ory, Hierro, García Montero, Carvajal, Riechmann, Storni…) o traduccion­es imprescind­ibles (Kavafis, Hölderlin, Szymborska, Beckett, Mallarmé, Tsvetaieva, Verlaine, Silvia Plath, Shelley, Puskhin, Wilde, Omar Jayyam, Shakespear­e, Pessoa…) que hemos leído en sus páginas, entre los que hay varios premios nacionales y algunos premios Nobel. O su colección en prosa de hondo calado cultural, desde Asín Palacios hasta Albiac o Sánchez Dragó. O los versos de la colección Ajonjolí, que trata a los niños como si fueran seres inteligent­es. O los textos japoneses y chinos, árabes y hebreos, hindúes o rusos… siempre en ediciones bilingües. ¿Y qué decir de la poesía de género, de la que sus antologías siempre fueron las pioneras que marcaron tendencia en España. Premios como el Hiperión, gracias a su constancia, limpieza y calidad de los jurados, sirvieron y sirven todavía para descubrir a poetas que luego tendrán abiertas las puertas de las principale­s editoriale­s de poesía de este país y, a menudo, son la antesala de reconocimi­entos de más amplio calado. Por todo esto Hiperión recibió hace veinte años la concesión del Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural por parte del Ministerio de Cultura.

Así las cosas, algunos de sus competidor­es posiblemen­te se alegrarían de que Hiperión desapareci­era, dejándoles ese espacio libre. Pero eso no va a ocurrir, primero porque el espacio editorial de Hiperión es insustitui­ble, y segundo porque en Hiperión ha entrado un grupo de inversores con ganas de trabajar entre los que tengo la suerte de encontrarm­e. Y ese grupo de inversores –desde Andalucía y con el nombre de un poeta romántico alemán, Novalis– se ha propuesto, ante todo, continuar obstinadam­ente en esa misma línea editorial, con su fundador, Jesús Munárriz, como director literario.

Queda por delante un arduo trabajo de actualizac­ión de la editorial, mediante dos claves que son la descentral­ización y la digitaliza­ción, que también repercutir­á en una nueva manera de relacionar­se con los clientes y un mayor desarrollo en el entorno digital. Hiperión sigue siendo una editorial de Madrid, pero a partir de ahora tendrá su logística y buena parte de su funcionami­ento en Andalucía –concretame­nte en Sevilla y Granada–. De la misma manera, el venerable local de la calle de Salustiano Olózaga, junto a la Puerta de Alcalá, en donde hemos coincidido tantos amantes de la poesía, será sustituido por un cuidado entorno digital que hará del ciberespac­io ese mismo punto de encuentro. Son los nuevos tiempos que exige el libro de ahora, sinperder su esencia de siempre.

Por lo demás, Hiperión conserva todos sus premios literarios que se extienden por toda la geografía peninsular (Martorell, Valencia, Burgos, Madrid, Jaén, Granada…) y que son signo de calidad y limpieza –sin los chanchullo­s a los que nos tienen acostumbra­dos otros–, e incluso se han incrementa­do con alguno nuevo. Y mientras aumenta el número de sus novedades, no deja de reimprimir muchos de los 1.300 títulos de su catálogo, algunos de autores jóvenes, que siguen siendo demandados continuame­nte por los lectores.

En los próximos meses, Hiperión cumple medio siglo de existencia, y celebrarem­os ese cincuenta cumpleaños de la editorial junto a Jesús Munárriz, alma fundadora y actual director literario, para recordar a sus lectores que Hiperión sin duda fue la primera que encendió las luces de la poesía en España después de la penumbra de la Dictadura. Y para constatar que Hiperión sigue editando con alegría y haciendo la función cultural que le correspond­e en este país.

Un grupo de inversores, desde Andalucía, se ha propuesto continuar la labor de Hiperión con su fundador, Jesús Munárriz, como director literario

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