EL JULIO VERNE DEL SANCHISMO
LES vuelvo a recomendar la antología de artículos periodísticos de Charles Dickens Pasiones públicas, emociones privadas (Salamandra). No solo por sus valores literarios y el vívido retrato a pie de calle de la sociedad victoriana. También, o incluso sobre todo, por su sorprendente actualidad. Ya les comenté el artículo en el que denunciaba la manipulación de cuentos de hadas y novelas para adecuarlos a lo considerado políticamente correcto.
Hoy, pasando de un tema por desgracia universal a otros que marcan nuestra actualidad nacional, les invito a que disfruten del retrato de Pedro Sánchez que hace en Nuestro insigne amigo, caricatura de un parlamentario por la demarcación de Verborrea: “Es un hombre tan profundo e insondable que nadie ha conseguido saber jamás el significado preciso de sus palabras… Cuando parece estar apoyando un blanco níveo puede que esté dando soporte a un negro tenebroso. Cuando dice SÍ, podría muy bien ser, o más bien es casi seguro, que esté diciendo NO… Y cuando entonces dijo lo que dijo, en realidad quería decir lo que dice ahora”. ¿Les suena?
Dickens imaginó que los políticos sustituían a los jueces para no perjudicar los intereses de los delincuentes
La cumbre sanchista la alcanza en Cinco nuevas cláusulas en la ley de criminales. Dado que “la temeraria, injusta y represiva la ley actual perjudica de modo irreparable a los afables individuos acusados de cometer crímenes en algún que otro momento de ofuscación”, Dickens propone que se incluya una nueva cláusula en el Código Penal: “Desaparece el juez. Algunos acusados que gozan de gran popularidad han protestado alegando que la presencia de esta figura obstruye el proceso, pues la naturaleza de su profesión lo obliga a interferir en el juicio de manera constante, cosa que perjudica gravemente a sus intereses. A partir de ahora el juez será sustituido por un político que se ocupará de deliberar en una habitación aislada… Es bien sabido que nuestros políticos poseen facultades superiores a las de cualquier otra criatura terrestre… El Gobierno espera y desea que estos cambios en el Código Penal sean considerados lo bastante satisfactorios para los acusados (…) y contribuyan a acrecentar el bienestar y la seguridad de nuestra sociedad”.
Conocemos la canción. Suena a “desjudicialización” de los delitos cometidos por políticos. Suena a reformas del Código Penal, indultos y amnistías a la medida de los delincuentes. Suena a Sánchez y Puigdemont. Dickens fue el Julio Verne del sanchismo.