La evolución musical de ‘El Koala’ en la era digital
● El cantautor de raíces rurales está inmerso en la creación de su próximo álbum titulado ‘No me des consejos, dame jamón’
Manuel Jesús Rodríguez, más conocido por su nombre artístico El Koala, nacido en Rincón de la Victoria, pero actualmente radicado en la zona rural de VélezMálaga, es mucho más que un músico de pueblo. Con una carrera de más de 20 años, ha llevado su estilo único a lo más alto, llenando plazas y conquistando corazones tanto en España como en otros rincones del mundo. Su música, arraigada en la tradición campesina andaluza, ha trascendido fronteras y ha encontrado eco en lugares tan lejanos como Kenia y Senegal.
Desde sus inicios en 1986, Rodríguez ha vivido una montaña rusa de experiencias, pero siempre ha sabido quedarse con los buenos momentos. Uno de los puntos culminantes de su carrera fue la entrega de su primer disco de oro en 2006, un logro inesperado para alguien que se autodenomina “un cateto del Rincón de la Victoria”.
Este reconocimiento fue la confirmación de que su música, cargada de referencias campestres y valores rurales, resonaba incluso entre los círculos más alejados de su realidad. Fue en su primer disco, Rock Rústico de Lomo Ancho, con su canción mundialmente conocida, Opá yo viazé un corrá, donde El Koala logró este hito que marcó un antes y un después en su carrera.
Pero la sorpresa no terminó allí. Descubrir que su música había llegado incluso a oídos de los “pijos jugando al golf” fue un giro inesperado pero gratificante. Aunque al principio se consideraba un tanto clasista, pensando que su audiencia se limitaría a la gente del campo, pronto se dio cuenta de que el alcance de su música era mucho más amplio de lo que había imaginado.
Con cinco discos en su trayectoria, desde el célebre Rock Rústico de Lomo Ancho hasta el más reciente Se acerca a la ciudad, el cantante ha explorado diferentes estilos musicales sin perder su esencia. Desde el rock más puro hasta el flamenco y el reggaetón, ha jugado con todos los colores del espectro musical, siempre manteniendo su “acento cerrado de campo” y sus letras cargadas de humor y autenticidad.
Su último proyecto, titulado No me des consejos, dame jamón, marca un cambio de estrategia en su proceso creativo.
En lugar de grabar un disco completo de antemano, está probando sus canciones en redes sociales y seleccionando aquellas que mejor recibimiento tienen entre su público. Esta forma artesanal de trabajar le permite mantenerse fiel a su intuición y creatividad, sin ataduras ni presiones externas.
Es a través de esta interacción directa con sus seguidores que decide qué canciones merecen ser terminadas y grabadas. Este enfoque, reminiscente de los días en que grababa ensayos en cintas de casete en los años 80 y seleccionaba las mejores canciones para compartir con amigos, demuestra su capacidad para adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia y su conexión con el público.
En cuanto a su participación en GH VIP, una de las ediciones con más audiencia de España, Rodríguez lo considera simplemente una aventura pasajera. Aunque compartió la casa con otros concursantes durante dos meses y medio, pronto regresó a su verdadera pasión: la música. “Mi oficio de músico y compositor es mi verdadera vocación, y ninguna experiencia televisiva puede cambiar eso”.
Con una agenda repleta de conciertos en pueblos pequeños y grandes ciudades por igual, El Koala sigue llevando su música allá donde haya alguien dispuesto a escucharla. Su conexión con el público es innegable, y el cariño y la fidelidad de sus seguidores son su mayor recompensa. Aunque el formato tradicional de álbumes físicos ha quedado atrás, él sigue adaptándose a los nuevos tiempos, lanzando sus canciones en plataformas digitales y compartiéndolas con el mundo a través de las redes sociales.
A lo largo de sus 20 años de carrera, el cantante veleño ha sido “bendecido” con una base de seguidores leales. Para él, no hay mayor halago que escuchar a alguien susurrarle al oído que conocen todos y cada uno de sus cinco discos. Pero también le llena de emoción escuchar cómo, en medio del bullicio de una fiesta, alguien desde un balcón grita el estribillo de Opá yo viazé un corrá. “Es una locura ver cómo esa canción sigue resonando en la gente, incluso después de 20 años. Me llena de alegría y gratitud saber que mi música ha dejado una huella tan profunda en tantas personas”, finalizó El Koala.