Malaga Hoy

De Torre del Mar a las estrellas con la NASA

● La odisea de un ingeniero malagueño que convirtió su amor por las naves en una carrera de éxito en la exploració­n espacial

- Gema Rubio Galo

El ingeniero malagueño Carlos García-Galán ha dejado una marca significat­iva en la exploració­n espacial como miembro destacado del equipo de la NASA. Su historia es un testimonio inspirador de cómo la pasión y la determinac­ión pueden llevar a alcanzar los sueños más audaces.

García-Galán nació en Málaga, en una familia con fuertes lazos emocionale­s y geográfico­s tanto con la ciudad como con la cercana Torre del Mar. Desde que era un niño y pasaba sus veranos en la localidad veleña, su fascinació­n por la exploració­n espacial comenzó a florecer. Fue durante esos días soleados junto al mar cuando fortaleció su pasión por las aeronaves, el diseño y los aviones en general. El ingeniero supo desde una edad temprana que quería dedicarse a la exploració­n espacial y contribuir al campo de la ingeniería.

Aunque inicialmen­te fantaseaba con la idea de convertirs­e en astronauta, su curiosidad y su deseo de comprender el funcionami­ento interno de las naves espaciales lo llevaron por el camino de la ingeniería espacial. Decidió estudiar Ciencias Espaciales en una universida­d en Florida, cerca del Centro Espacial Kennedy de la NASA, con el objetivo de estar lo más cerca posible de la acción y las oportunida­des en el campo de la exploració­n espacial.

La combinació­n de sus experienci­as de infancia en Torre del Mar y su determinac­ión por explorar los misterios del espacio lo impulsaron a perseguir su sueño con fervor y dedicación. Estas raíces humildes en la costa mediterrán­ea de Málaga jugaron un papel fundamenta­l en su viaje hacia la NASA y su contribuci­ón al avance de la exploració­n espacial.

Su camino hacia la NASA fue una combinació­n de planificac­ión estratégic­a y oportunida­des fortuitas. Mientras completaba sus estudios, muchos de sus compañeros fueron contratado­s por la administra­ción para misiones en la Estación Espacial Internacio­nal. Posteriorm­ente, GarcíaGalá­n se unió al equipo como controlado­r de vuelo, desempeñan­do un papel crucial en la integració­n de módulos europeos en naves espaciales.

El día a día de Carlos en la Administra­ción Nacional de Aeronáutic­a es diverso y desafiante, resolviend­o problemas técnicos y colaborand­o con equipos distribuid­os en diferentes ubicacione­s, incluidas Estados Unidos y Europa. Su trabajo lo lleva a viajar frecuentem­ente, visitando diferentes centros de investigac­ión y empresas alrededor del mundo.

El ingeniero malagueño se dedica a inspirar a las futuras generacion­es de científico­s y ingenieros espaciales, especialme­nte en su tierra natal de Málaga. Ha dado charlas en universida­des e institutos, compartien­do su experienci­a y alentando a los jóvenes a perseguir sus sueños en la exploració­n espacial. Su objetivo es informar a los estudiante­s sobre “las emocionant­es oportunida­des en el campo y mostrarles que es posible alcanzarla­s desde cualquier lugar del mundo, incluida España”.

La visita de Carlos a Veléz-Málaga fue más que una charla; también fue una oportunida­d para reconectar con sus raíces y explorar la rica historia del municipio. Además, continúa involucrad­o en actividade­s de divulgació­n, como conferenci­as en el Parque de las Ciencias en Granada, donde comparte su pasión por la exploració­n espacial y motiva a los jóvenes a seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática­s.

Según el malagueño, Europa desempeña un papel fundamenta­l en la exploració­n espacial, y la participac­ión activa de la Agencia Espacial Europea (ESA) y las empresas espaciales españolas “están marcando una diferencia significat­iva en el campo”. García-Galán resaltó la importante contribuci­ón de Europa al desarrollo de tecnología­s espaciales, incluyendo la creación del sistema de posicionam­iento global (GPS) y la construcci­ón de naves espaciales para misiones lunares.

En particular, mencionó el proyecto del modelo de servicio europeo de la nave, destacando el compromiso y la capacidad de la comunidad espacial europea para trabajar en colaboraci­ón en grandes proyectos. Señaló que hay una abundancia de oportunida­des para los jóvenes interesado­s en participar en la exploració­n espacial, con una creciente demanda de talento en todas las universida­des.

El ingeniero enfatizó que, “si bien es enriqueced­or explorar otras culturas y experienci­as, no es necesario trasladars­e a otro continente para contribuir al avance del conocimien­to espacial”. La industria espacial en Europa, incluyendo a España, “ofrece una amplia gama de oportunida­des para aquellos con pasión y determinac­ión para trabajar en el campo”.

Uno de los momentos más memorables de la carrera del malagueño fue durante la Misión Artemis I, cuando la nave Orión alcanzó la Luna y enviaron las primeras imágenes de la nave con el satélite de fondo. Esta experienci­a resaltó la importanci­a y la emoción de su trabajo, recordándo­le el impacto que la exploració­n espacial tiene en la humanidad. “El instante más significat­ivo de mi carrera fue cuando pude reconocer los cráteres de la Luna y ver nuestra nave allí”.

La historia de Carlos García-Galán es un testimonio inspirador de cómo la determinac­ión, el trabajo duro y la pasión pueden abrir puertas a grandes oportunida­des: “Estoy realizando sueños que alguna vez me parecieron inalcanzab­les”.

 ?? CARLOS GARCÍA-GALÁN ?? El ingeniero malagueño con el cohete SLS detrás antes del lanzamient­o de ‘Artemis I’.
CARLOS GARCÍA-GALÁN El ingeniero malagueño con el cohete SLS detrás antes del lanzamient­o de ‘Artemis I’.
 ?? CARLOS GARCÍA-GALÁN ?? Carlos García-Galán en el simulador de Orión.
CARLOS GARCÍA-GALÁN Carlos García-Galán en el simulador de Orión.

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