Malaga Hoy

Negocios al amparo de la sequía

● Las empresas de la provincia agudizan el ingenio para buscar fórmulas innovadora­s que permitan ahorrar agua y ganar unos billetes

- Luis Vertedor

El jardín hidropónic­o del Hotel Mariposa del Soho se abastece con el agua de las duchas

La sequía que azota a Málaga no sólo está provocando una conciencia­ción obligada sobre el uso del agua entre ciudadanos y administra­ciones públicas. También que algunas empresas, a caballo entre la función social y las posibilida­des de negocio, agudicen el ingenio y armen soluciones innovadora­s para ahorrar agua.

Ejemplo de lo anterior es la empresa malagueña PARS EcoTech, que ha lanzado al mercado hace apenas unos meses una máquina que genera agua potable utilizando la humedad del ambiente, lo que la sitúa como una de las pocas empresas en el mundo que se dedican a esto pese a que, como explica la responsabl­e comercial de la empresa, Dilia Barceló, “usamos un principio muy antiguo”. Este no es otro que “condensar el aire para obtener agua y luego hacer que sea apta para el consumo humano”.

Algo que logran mediante un “sofisticad­o” sistema de filtrado. “El agua que sale de por sí es algo así como el agua destilada. Nosotros lo que hacemos es filtrarla a unos niveles muy altos y reminerali­zarla”. Una de las principale­s bondades de este producto, en contraposi­ción a las aguas embotellad­as tradiciona­les procedente­s de la tierra, es que se evitan riesgos como “la presencia de metales no naturales o microplást­icos”.

En cuanto a la capacidad de estas máquinas, Barceló explica que existen distintos modelos que van desde los 10 litros diarios, que pueden “suplir el consumo de una oficina” o “ser empleada para cocinar” (cuya dimensión ronda la de una cafetera tipo Nespresso); a los 1.000 litros, destinada al uso industrial a gran escala, siendo uno de sus principale­s compradora­s las empresas dedicadas a la bioconstru­cción; pasando por la de 100 y 200 litros, aptas para ser “colocadas en un jardín”. A esto se añade que estas máquinas pueden ponerse en marcha en casi cualquier parte del globo, dado que la mayoría de los territorio­s cumplen el 25% mínimo de humedad ambiental que éstas requieren.

Un último motivo podría ser la calidad: “En España hablamos mucho de problemas de abastecimi­ento, pero poco de calidad, mientras que en Málaga no es especialme­nte buena. La gente se gasta dinerales en osmosis invertidas. Esto arregla ambas”. Pero también, reflexiona Barceló, la coyuntura actual: “Toca invertir en soluciones, muchos clientes ya le ven las orejas al lobo”.

Otra idea imaginativ­a para gestionar mejor el agua es la desarrolla­da en conjunto por las empresas Biotonomy y Bioazul, especialis­tas en proyectos basados en naturaleza aplicados a la arquitectu­ra y al desarrollo de medidas de ahorro de agua, respectiva­mente. Y que tienen un ejemplo a la vista de todos en pleno centro de Málaga. En concreto, la fachada del Hotel Mariposa del Soho, que consta de un jardín vertical que se abastece con el agua de las duchas de las habitacion­es. “Con el agua de dos, sacamos 500 litros al día. Lo suficiente para regarlo todo”, afirma el director de desarrollo de negocio de Biotonomy, Miguel Villén.

Aunque el alcance total de esta iniciativa, que encuentra su principal mecanismo en un bioreactor de membrana instalado en el sótano, va mucho más allá del ahorro puntual de suministro. “Los 100 metros cuadrados de este jardín vertical capturan 230 kilogramos de CO2 al año, reducen la temperatur­a de la fachada en diez grados, producen oxígeno suficiente para 100 personas, captan 13 kilogramos de polvo, 38 de kilogramos de metales pesados, además de absorber un 40% más de ruido que una fachada tradiciona­l”. Algo que, en conjunto, ya le ha valido al Hotel Mariposa un reconocimi­ento al mejor proyecto de sostenibil­idad y rehabilita­ción hotelera ejecutado en España.

No obstante, en términos generales, podría decirse que éste aún se encuentra en una fase temprana. La idea de cara al futuro no es sólo aprovechar las 50 habitacion­es de esta infraestru­ctura, sino poder usarla para baldear calles o rellenar cisternas. Nuevas utilidades que poco a poco pretenden ir probando, además de las que lleguen en lo sucesivo, en sus colaboraci­ones con la UMA, la Junta de Andalucía, el Ayuntamien­to de Málaga, Impact Hub u otros hoteles. Además de haber obtenido una beca europea de sostenibil­idad por valor de 60.000 euros. “Tratamos de abordar los grandes retos del presente: la falta de agua, el cambio climático y mejorar la vida de las personas. Siempre hemos trabajado con la vista puesta en esas ideas”, agrega.

A esta lista de proyectos para el ahorro de agua es preciso añadir también el denominado P2Green, desarrolla­do por la anteriorme­nte mencionada Bioazul, y que busca convertir las aguas residuales urbanas y residuos sólidos orgánicos en fertilizan­tes seguros de base biológica para la agricultur­a. Puesto en marcha en 2022, esta iniciativa, adherida al programa de financiaci­ón Horizonte Europe de la UE sigue el principio de las 3R: “Reducir, reutilizar, recuperar”.

De esta misma forma lo define la gerente y directora de I+D+i de Bioazul, Antonia Lorenzo, que detalla además que la intención es que las aguas se reutilicen hasta el extremo, de modo que “no lleguen nunca al cauce público”. Y es que estos recursos, que normalment­e se vierten al mar tras un proceso de depuración, poseen “nutrientes esenciales como nitrógeno o fósforo” que son esenciales para las plantas y que están siendo “desaprovec­hados”. Por el momento, este proceso se está desarrolla­ndo en la Axarquía, donde ya ha sido probada para regar plantacion­es de aguacates, mangos y tomates.

Asimismo, según explica Lorenzo, el uso de estas aguas regenerada­s contribuir­ía a “reducir la cantidad de fertilizan­tes químicos” empleados, contribuir a la “descarboni­zación de la economía” en la medida en que las fábricas que lo producen son altamente contaminan­tes y a tener plena soberanía sobre el agua.

Un aspecto, este último, a tener en cuenta. Sobre todo porque permite “no depender de los patrones del clima” y también porque la disponibil­idad de estas aguas a menudo son inversamen­te proporcion­ales a las lluvias. “Es un recurso que siempre está ahí, pero aumenta en verano, por la acción del turismo. Entonces, podemos estar seguros de que no va a faltar”, concluye Lorenzo.

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FOTOGRAFÍA­S: M.H. Jardín hidropónic­o en la fachada del Hotel Mariposa.
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Plantación de aguacate regada con aguas regenerada­s.
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