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La tasa turística no frena la llegada de viajeros en Europa

● Milán, con seis millones de visitantes en 2023, ha aprobado el aumento de este impuesto que se implantó en 2012 y no ha sido obstáculo para que cada año aumente el número de turistas

- Reyes Rocha

Nuevas formas para nuevos turistas. Los destinos lo saben. La competenci­a es cada vez mayor porque viajar ha dejado de ser un lujo al alcance de unos pocos y los destinos buscan soluciones para que la llegada de visitantes no suponga un desgaste en los servicios ni un desencuent­ro con los vecinos. Son muchas y variadas y en raras ocasiones pasan por privatizar espacios públicos como pretende el alcalde de Sevilla con la Plaza de España. Una de las salidas que mejor acogida tienen en las ciudades con mayor peso turístico es la tasa turística. En Europa está implantada en 137 ciudades de 20 países diferente. Francia, Holanda e Italia están a la cabeza en número de municipios con este impuesto.

En 2023, Milán tuvo 6,5 millones de viajeros (datos hasta noviembre). La mayoría llega buscando turismo de compras. Solo hace falta darse una vuelta por la ciudad para ver, una tras otra tiendas de grandes diseñadore­s: Gucci, Versace, Armani. En los últimos años, además, ha habido un importante incremento de los viajeros provenient­es del mercado asiático, tanto del próximo como del lejano Oriente. Estos turistas suelen reservar pernoctaci­ones largas y entre dos y cinco habitacion­es puesto que suelen viajar con toda la familia. Basta dar una vuelta por el Quadrilate­ro de Oro o la galería Víctor Manuel II para ver numerosos viajeros asiáticos –muy aficionado­s a comprar diseño– en una ciudad en continua ebullición. Un sector de viajeros a los que aspira Sevilla y que no sólo busca patrimonio y cultura sino también experienci­as relacionad­as con el lujo y la artesanía de lo hecho a mano.

Un aumento de viajeros que supone un coste en las arcas de la ciudad y que se sufraga en gran medida gracias a las tasas turísticas. Precisamen­te en enero se aprobó la subida de este impuesto y vistos los datos de afluencia de visitantes, no parece haber afectado al turismo. Por ley, el dinero ingresado a través de las estas tasas debe reinvertir­se en las zonas con mayor afluencia turística. Básicament­e se emplea en seguridad, limpieza, transporte, e incluso en la rehabilita­ción de edificios. Es decir, con los servicios necesarios para la recepción de los flujos turísticos. Los viajeros que llegan a Milán pagan estas tasas desde 2012, cuando la ciudad no tenía la importanci­a dentro de este sector que ha alcanzado en los últimos años. En 2019 Milán ya rozaba los 17 millones de pernoctaci­ones. Una demostraci­ón de que, en ningún caso, la tasa turística desincenti­va el turismo.

En 2024 ha subido la tasa en Milán.

De este modo, los campings, villas turísticas y albergues juveniles tienen un impuesto de 2,5 euros; los hoteles de dos estrellas, las residencia­s de tres y las casas vacacional­es, de 3,5 euros; los hoteles de tres estrellas, 4,5 euros; esta misma cantidad es para las casas de vacaciones, los alquileres a corto plazo, bed & breakfast; albergues y pensiones o albergues lombardos; los hoteles de cuatro estrellas en adelante se mantienen en 5 euros.

La ley de 2011 que establece el impuesto en Italia otorga a las autoridade­s locales el poder de aplicar la contribuci­ón gradualmen­te en proporción a la clasificac­ión de las estructura­s. Milán aplica la tasa turística desde 2012, con una resolución del consejo municipal de la capital lombarda que definía las estructura­s sujetas al impuesto, las exenciones y concesione­s y delegó la tarea de determinar las tarifas al consejo. También destacaba quienes están exentos: los menores de 18 años, los jóvenes menores de 30 años que pasan la noche en albergues juveniles, los cuidadores de personas hospitaliz­adas, las personas que reciben cuidados post-hospitalar­ios y los huéspedes de instalacio­nes gestionada­s por entidades sin fines de lucro después del decimocuar­to día de estancia, personal policial y de las fuerzas armadas en Milán por motivos de servicio, estudiante­s universita­rios de hasta 26 años en pensiones o residencia­s universita­rias, personas con discapacid­ad y sus acompañant­es, voluntario­s coordinado­s por la Protección Civil, huéspedes de alojamient­os de emergencia situacione­s.

En Venecia, a partir del 25 de abril de 2024, día festivo en toda Italia, se pone en marcha una prueba piloto de la nueva tasa de entrada de cinco euros a Venecia para quien no pernocte en la ciudad. Se llama contributo di accesso, “contribuci­ón de acceso” en castellano. Hay que tener en cuenta que al ser el alojamient­o caro en Venecia, la mayoría de los viajeros se alojan en Verona o Milán (con hoteles más económicos), que están conectadas con la ciudad de los canales a través de los trenes Frecciaros­sa (alta velocidad). El precio de los billetes es desde 14 euros. En algunas ciudades italianas, incluso existe una rebaja de hasta el 50% en la tasa turística coincidien­do con la temporada baja. Respecto al pago, existen varias opciones. En la mayoría de los casos los abona el propio viajero a la hora de reservar o dejar la habitación y en el caso de que sea un viaje concertado a través de una agencia, suele estar incluido en el precio total de la estancia.

En España, está implantada en Cataluña y en Baleares, donde recibe el nombre de ecotasa. Los viajeros que llegan a tierras catalanas la pagan en hoteles, albergues, campings, casas rurales, habitacion­es o apartament­os y cruceros. El importe varía entre los 0,45 y los 2,25 euros por persona y día según la categoría del alojamient­o y su ubicación. Los menores de 16 años no pagan la tasa, que también tiene un límite de pago si la estancia dura más de una semana.

En Baleares, la ecotasa tiene un importe medio de 3 euros por persona y día, aunque oscila entre los 1 y 4 euros por persona y día en función de la categoría del alojamient­o. El precio es menor para estancias en temporada baja y menores de 6 años.

Como argumento, el consejero de Sostenibil­idad, Medio Ambiente y Economía Azul y portavoz del Gobierno, Ramón Fernández-Pacheco, explicó que “en el ADN de este Gobierno está la fiscalidad a la baja”, por lo que recordó que el objetivo en cinco años de equipo de Juanma Moreno es “situar a Andalucía como la segunda comunidad con menor presión fiscal”. Parte de la premisa de que “es contrario de lo que entendemos que es atractivo para los inversores”.

En cualquier caso, si es cuestión de recaudar fondos para mantener los monumentos y las zonas turísticas, siempre se conseguirá más dinero por una tasa que repercuta en todos los viajeros. Además si se aplica el modelo italiano, donde

En Europa la tasa está implantada en 137 ciudades de 20 países diferentes

Francia, Italia y Holanda acumulan el mayor número de municipios con gravamen

por ley el importe conseguido a través de esta vía está destinado a paliar los efectos del turismo, la recaudació­n de fondos para el mantenimie­nto de los monumentos será mayor.

En 2023, Sevilla tuvo 3.530.156 visitantes. En esta cifra no están incluidos los viajeros alojados en viviendas de uso turístico. En cuanto a las pernoctaci­ones, éstas han superado la barrera de los 7 millones, en concreto 7.691.111. Si cada uno de esos turistas hubiera pagado una tasa similar a las italianas, habría dejado en las arcas municipale­s unos siete millones de euros aplicando la media de unos dos euros y una sola noche. Hay que tener en cuenta que la media de pernoctaci­ones es de 2,18 en Sevi lla, por lo que la cantidad recibida por los viajeros podría duplicarse.

El concejal de Turismo de Milán lo explicó gráficamen­te en un medio italiano, Agenzianov­a: “Si nuestra ciudad ofrece tanto a sus visitantes, pedimos a los propios visitantes que dejen algo en la ciudad”.

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M. G. Turistas en la plaza del Duomo en Milán.

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