Agárrense fuerte
● Después del luto de Copa, el Unicaja reanuda una temporada (18:00 horas) que se percibe apasionante, parón que ha servido para metabolizar y valorar la trayectoria hasta ahora
Sí, ha sido un parón taciturno para el Unicaja y su entorno, con diferentes sensaciones encontradas, las sobre expectativas que terminaron devorando de nuevo a la plantilla ante Lenovo Tenerife y desde entonces dos semanas de reflexión, también desde el club. Pero una digestión que se ameniza mejor viendo al equipo segundo en ACB y como contendiente claro a ganar la BCL. “Ahora viene lo chulo”, decía Ibon Navarro en una reaparición pública que ha servido para dar frescura al mensaje. Es un reseteo generalizado, pero qué meses vienen de baloncesto en Málaga. Un sprint hasta mayo (ojalá bien entrado junio) que empieza con la visita del Surne Bilbao Basket al Carpena (18:00 horas), día para fortalecer esa simbiosis y que se respire ese olor del Palacio que para el aficionado malagueño es adictivo, unas bases que están cimentadas pese a la Copa y un proceso que no se interrumpe. Arriesgado el dar a este equipo por condenado, o pensar que se ha tocado techo; es un proyecto muy vivo, que se ha ganado crédito, de un recorrido aún amplio. Pero no quita que se conciba una evolución, una parte mental que es la más difícil de forjar.
Días de descanso oficiales, pero que buena parte de la plantilla ha mantenido una carga de trabajo importante, o los internaciones, fatigados pero con ritmo en las piernas. Homogeneizar estados de forma conllevará unas semanas, pero no debería ser un frenazo tan seco como el de 2023 tras ganar en Badalona. Es un parón que aumenta los riesgos, pero el Unicaja lo puede esquivar con doble partido en el Carpena (Bilbao y Estrasburgo en BCL) que dará tensión competitiva antes de que marzo, y ya toda la primavera se empine. Los 13 jugadores disponibles, problema de rico que tiene que manejar Ibon Navarro con un descarte, teóricamente en base a las características del rival. Importante que la salud se mantenga, vendrán semanas de viajes y pesadez, con esa segunda posición que defender en ACB, incluso por qué no pelear al Real Madrid el liderato, o un play off de BCL. Es algo incómodo, pero una bendición con este vestuario, también particular
Partido para medir el estado de ánimo y seguir echando raíces en la 2ª plaza de ACB
para saber asimilar ese condicionante. Son ocho partidos en marzo, uno cada tres días, con el desgate invisible que conlleva.
Un Bilbao Basket con dos caras, difícil de descifrar, con poderío para ganar en Miribilla a Valencia Basket (93-78) antes del parón, pero un balance pobre como visitante, con solo dos victorias. Un equipo bien entrenado, con un Jaume Ponsarnau que tuvo algún momento delicado durante el curso, pero que ha sabido reconducir una situación. Tres por encima del descenso. Menos de un centenar de entradas restaban durante la semana, por lo que habrá ambiente grande en el Carpena. Ver tal respuesta reconforta, señal que la normalidad es la misma. En breve aparece la lucha por los títulos. Agárrense fuerte por lo que viene.