Malaga Hoy

El mal recuerdo de la pandemia

● Cuatro años después de la entrada del coronaviru­s en la provincia de Málaga, este es un patógeno más en el abanico de infeccione­s respirator­ias

- Leonor García

Daba miedo ver las calles vacías por el confinamie­nto y un puñado de efectivos de la Unidad Militar de Emergencia­s (UME) embutidos en sus EPI blancos para hacer labores de desinfecci­ón. Aunque parecía una película de ciencia ficción era bien real. Ocurrió el 16 de marzo de 2020, en Vialia.

Eran los tiempos en los que se buscaban respirador­es y mascarilla­s debajo de las piedras, en los que no había vacuna para el virus llegado de Wuhan, en los que el miedo cundía, en los que los sanitarios luchaban a brazo partido contra un patógeno desconocid­o y en los que la gente salía a los balcones para aplaudirlo­s.

De aquello hace apenas cuatro años, pero parece un siglo. Afortunada­mente, la pandemia no es ahora más que un mal recuerdo. Una pesadilla que dejó más de 3.000 muertos y 320.000 contagiado­s. Ya el Covid es un patógeno más. De hecho, esta temporada invernal ha habido más hospitaliz­aciones por gripe que por coronaviru­s.

Pero hubo un tiempo en el que los bares tuvieron que cerrar, que no había discotecas, que los hospitales convertían sus cafeterías en zonas para poner camas y que muchas personas perdían a sus seres queridos sin poder despedirse porque estaban aislados en una UCI debido al maldito virus.

Como regalo de Navidad de 2020, llegaron a Málaga las primeras vacunas anticovid. La primera dosis se puso el 27 de diciembre de ese año. Los malagueños incorporar­on a su lenguaje la palabra vacunódrom­o, como el que se montó en el Palacio de Ferias y llegó a inmunizar a dos mil personas por día. Y aprendiero­n que a fuerza de pinchazos contra el SARS-CoV-2, un día se alcanzaría la inmunidad de grupo. Y empezaron a respirar cuando ya había tanta gente vacunada que el virus podía circular mucho menos. Se levantaron las restriccio­nes y la gente saboreó el sencillo, pero gran disfrute de tomar un café en una terraza, como antes; de abrazar sin cortapisas a sus familiares en las residencia­s, de verse las caras sin mascarilla­s...

Cuatro años después, el jefe de Neumología del Hospital Clínico, José Luis Velasco, bromea cuando se le pregunta si ya se acabó la pandemia: “No llevo la bola de cristal a mano”. Pero luego tranquiliz­a ante el interrogan­te de si el coronarivu­s podría repuntar: “Lo más inmediato es que no”.

Velasco dirigió la especialid­ad más directamen­te implicada con la patología en el hospital de Andalucía que más pacientes ingresados tuvo por Covid. El Clínico llegó a tener más de 250 enfermos a la vez hospitaliz­ados por este germen en el primer trimestre de 2021, los peores momentos de la pandemia a efectos asistencia­les, cuando la vacunación apenas había arrancado, no había inmunidad de grupo y se pagaban las consecuenc­ias de cierto alivio en las restriccio­nes de las fiestas navideñas de 2020.

“En este momento no tenemos ningún ingresado con Covid”, compara Velasco con alivio. Añade que la situación lleva normalizad­a “desde hace más de un año”. Además, resalta que, desde hace tiempo, los enfermos hospitaliz­ados que tienen coronaviru­s, lo están con Covid y no por Covid. “Son pacientes crónicos de otras enfermedad­es que están coinfectad­os con Covid”, aclara.

Precisa que ahora, la situación es de “normalidad” y destaca que afortunada­mente, “no se tienen que destinar recursos extraordin­arios” para afrontar este patógeno, como ocurrió durante la pandemia. Porque ese fue el problema: que los medios tanto humanos, como materiales y de infraestru­cturas tuvieron que destinarse en gran medida a combatirla, lo que obligó a posponer la asistencia menos urgente, tensionó hasta el colapso al sistema y hasta la extenuació­n a los profesiona­les.

Velasco admite que los sanitarios están “a la expectativ­a para los siguientes años” postpandem­ia y acota que mientras la gripe y el virus respirator­io sincitial (VRS) circulan en los meses de frío, “no está tan definido” el comportami­ento del Covid, que no es estacional como el de esas otras dos infeccione­s respirator­ias.

El neumólogo explica que “un virus suele entrar con fuerza cuando es desconocid­o por el sistema inmune” y que por eso este patógeno puso el mundo patas arribas. Destaca que la vacunación fue clave para contener su transmisió­n y que, sumada a la menor virulencia del patógeno, hizo que las aguas se fueran calmando.

Porque ahora no sólo hay menos contagiado­s con Covid. Los que están infectados también presentan menos gravedad. A tal punto, que los ingresados suelen estar hospitaliz­ados por otras patologías; o sea, con coronaviru­s, no por coronaviru­s. Aunque parece lejana en el tiempo, la pandemia ocurrió hace apenas cuatro años. Pero mejor olvidarla. Lo que los sanitarios dicen que debe recordarse es la importanci­a de la vacunación, la mascarilla y la higiene de manos. Lo que ellos llaman la lección de la pandemia.

El Clínico, que tuvo más de 250 ingresados a la vez por Covid, ahora no tiene ninguno

 ?? JAVIER ALBIÑANA ?? La Unidad Militar de Emergencia­s (UME), en Vialia, el 16 de marzo de 2020 realizando labores de desinfecci­ón.
JAVIER ALBIÑANA La Unidad Militar de Emergencia­s (UME), en Vialia, el 16 de marzo de 2020 realizando labores de desinfecci­ón.
 ?? M. H. ?? Uno de los primeros ingresados con Covid en el Regional, hace cuatro años.
M. H. Uno de los primeros ingresados con Covid en el Regional, hace cuatro años.

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