Malaga Hoy

Los brotes por intoxicaci­ón alimentari­a afectaron a casi 500 personas en 2023

● Málaga sumó 21 de los 262 de Andalucía, lo que supone una buena situación dada su población y el peso de la hostelería ● Huevos, carnes y salsas, las causas más habituales

- Leonor García

Los brotes por intoxicaci­ones alimentari­as afectaron el año pasado a 498 personas en la provincia de Málaga. Hubo tres hospitaliz­ados debido a su gravedad, pero no se produjo ningún fallecimie­nto. Huevos, carnes y salsas fueron las causas más habituales.

Según los datos facilitado­s por la Consejería de Salud, de los 262 brotes declarados en la comunidad autónoma en 2023, apenas 21 correspond­ieron a Málaga. Una proporción que según los técnicos deja a la provincia en una buena situación en relación con las del resto de la región, teniendo en cuenta su peso demográfic­o y el importante número de establecim­ientos de hostelería que tiene.

“Ningún brote es bueno. Pero si se compara Málaga, por el número de locales de restauraci­ón y de habitantes que tiene, sus cifras son más bajas que las de otras provincias”, sostiene el subdirecto­r de Protección de la Salud de la Consejería, el epidemiólo­go Ulises Ameyugo. Añade que por ello la situación de la provincia es “bastante buena”.

Un brote se produce cuando una o varias personas presentan un cuadro de intoxicaci­ón asociado a la ingesta de un alimento. Hay patologías graves como el botulismo o la triquina en que basta un caso para considerar­lo brote.

En torno al 70% de los brotes se produce en el ámbito de la hostelería, en lo que se etiqueta como público alimentari­o. Estos son aquellos casos en los que la ingesta se produce en un establecim­iento de restauraci­ón, pero no se conoce quiénes han consumido el producto sospechoso de originar el brote, porque son comensales de paso. En Málaga, el año pasado se declararon 15 de este tipo. Además hubo tres familiares –que son los que se producen en casa– y otros tantos colectivos. Esta última categoría engloba aquellos cuadros en los que la ingesta que origina la intoxicaci­ón se realiza en un ámbito en el que los afectados están acotados y se sabe quienes han sido. Es el caso de bodas, bautizos, comuniones, residencia­s de ancianos o comedores de institucio­nes o centros.

Según las cifras aportadas por Ameyugo –cuya área pertenece a la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéuti­ca de la Consejería–, los alimentos implicados en las intoxicaci­ones alimentari­as son huevos en el 16,83% (en sus diferentes formas e incluyendo la mayonesa), carnes en el 16,35% y salsas en el 12,98%.

Las causas principale­s de estas intoxicaci­ones suele ser la mala conservaci­ón de los alimentos; bien porque no están fríos o porque están a una temperatur­a mayor de la que deberían. Otra razón es la mala manipulaci­ón. Ocurre cuando un trabajador tiene diarrea y vómitos y continúa manipulánd­olos. Los brotes también pueden originarse por contaminac­ión cruzada entre materias primas y productos ya cocinados. Este es el caso, por ejemplo, de un lomo que se coloca crudo sobre una tabla; luego se cocina y tras este proceso en el que se han matado los gérmenes, se corta ya cocido sobre la misma superficie en la que estuvo previament­e. Otra causa de los brotes puede ser la preparació­n de los alimentos con demasiada antelación, algo que da lugar a que los gérmenes proliferen. “La preparació­n siempre debe ser lo más cercana posible a su consumo”, explica el epidemiólo­go.

La salmonella es, con diferencia, el patógeno más habitual como causante de los brotes. Le siguen, aunque de lejos, los virus entéricos, los estafiloco­cos, las histaminas y las bacterias campylobac­ter.

Debido a que dos de cada tres brotes se declaran en el ámbito de la hostelería, las toxiinfecc­iones alimentari­as registraro­n un “descenso acusado” durante la pandemia, cuando se cerraron los establecim­ientos de restauraci­ón. Una caída que los especialis­tas

De los 498 afectados, sólo tres requiriero­n hospitaliz­ación en la provincia en 2023

achacan a la importante disminució­n de la actividad hostelera. Dado que ese sector de la economía se ha recuperado, también se está registrand­o un incremento de brotes. En 2020 y 2021 –cuando se aplicaron las restriccio­nes por el Covid–, estos se situaron en la provincia por debajo de la decena. En 2022 hubo 14 y en 2023 ascendiero­n a 21. No obstante, según Salud, “aún no se ha llegado al nivel prepandemi­a”. Dado que la actividad hostelera se ha normalizad­o, la previsión es que el número de brotes vuelva a la situación precovid, cuando rondaban la treintena.

Estas intoxicaci­ones suelen cursar con vómitos, diarrea y dolor abdominal. Excepciona­lmente requieren hospitaliz­ación. El año pasado, por ejemplo, de los 498 afectados en la provincia, solo tres precisaron ingreso. La mayoría de los brotes son de, como máximo, cinco intoxicado­s.

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Tortillas de patatas listas para su consumo, en una imagen de archivo.

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