‘La sombra del sol’, resilencia del espíritu venezolano en el sueño de un joven sordo
Vivir en un entorno rural en Venezuela no es precisamente el mejor punto de partida para pensar que tus sueños se pueden cumplir, y más, si como le pasa al joven Álex (Anyelo López), eres sordo y lo que te gusta es componer canciones. De esta premisa parte La sombra del sol, la película que eligió Venezuela para la carrera por el Óscar, que ha llegado al 27 Festival de Málaga de la mano de su director, Miguel Ángel Ferrer, y es uno de los 19 largometrajes que este año se muestran dentro de la Sección Oficial, pero fuera de concurso.
“Creo que lo mejor que tiene la película es que es esperanzadora, aunque también habla de algunas realidades como las que vivimos en Venezuela y en otros países latinoamericanos”: de la escasez, ya sea del agua en las casas o de las gasas en el hospital, de la dependencia de las bandas de chicos que extorsionan, o los cortes de luz, ha dicho el director en conversación con Efe.
Álex (Anyelo López), un chaval sordo de nacimiento tiene un sexto sentido para la música. Aunque no la oye, la ‘siente’; así sabe que su hermano mayor, Leo (Carlos Manuel González), sabe cantar aunque no le ‘oye’ hacerlo. Tras la muerte de sus padres, Leo se ocupa del pequeño, que trabaja en una panadería, pero cada vez tiene más dificultades. Es un buen hombre, pero su autoestima está por los suelos. Tiene una novia interesada únicamente en el dinero y ese es precisamente el principal de sus problemas: por mantener su dignidad ha perdido el empleo y tampoco tiene fuerzas para defenderse de las bandas de