El Ayuntamiento de la capital retira nueve candados de pisos turísticos en casi un año
Para Con Málaga el plan anunciado por el Consistorio de Málaga “es un paripé”
El 25 de abril de 2023, a un mes para las elecciones municipales y en plena precampaña, el Ayuntamiento de Málaga anunció que la Policía Municipal haría batidas para eliminar los candados de pisos turísticos colocados en lugares públicos (bancos, farolas o parques). Casi once meses más tarde ha retirado nueve.
En una respuesta del propio Consistorio malagueño a una pregunta presentada por Con Málaga, se afirma que “desde mayo del pasado año un seguimiento genérico y permanente a tener en cuenta por todas las unidades en servicio, quienes tienen indicaciones de retirar cualquier candado que se encuentre sujeto o enganchado en vía pública”.
Hasta la fecha se han localizado y retirado un total de nueve candados en zonas o mobiliario público, los cuáles han sido retirados y destruidos en el acto, afirman en el documento publicado.
“Se significa que también se observan candados enganchados a ventanas, puertas u otros lugares de fachadas de inmuebles privados, los cuáles se suponen que cuentan con conocimiento y autorización de la propiedad del inmueble”, añaden. El Ayuntamiento no puede actuar sobre aquellos que estén sobre propiedad privada, mantienen.
“No obstante el trabajo y la dedicación policial, está a disposición de los requerimientos que se formulen para corregir las infracciones detectadas, por lo que se agradece toda información posible”, concluyen el documento.
Para Nicolás Sguiglia, concejal del grupo Con Málaga, el dato facilitado señala que la campaña anunciada hace ahora un año “ha sido un auténtico paripé y que no hay voluntad por parte del Partido Popular de ordenar la selva de los pisos turísticos”, al tiempo que invita al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a “dar un paseo por el centro histórico y en un rato encontrará decenas de estos candados ocupando la vía pública”.
El problema de los candados turísticos, según Nicolás Sguiglia, no es sólo una cuestión estética “este tipo de invasión del espacio público no sólo afea las calles, es otro síntoma más de los problemas de convivencia que genera con los vecinos y vecinas y pone de manifiesto un mercado descontrolado que está encareciendo el precio general de los alquileres y vaciando los vecindarios de la gente trabajadora que cada vez tiene más problemas para encontrar alquileres estables y asequibles”.