El teniente de la Bounty
ERC deja a Pedro Sánchez sin Presupuestos, amenaza ● la mayoría parlamentaria y merma la capacidad legislativa y ejecutiva del Gobierno, colocando la legislatura en temperatura de combustión
EN España cuando nos ponemos, nos ponemos. En la misma semana: ley de amnistía aprobada en el Congreso, adelanto electoral en Cataluña, los presupuestos de 2024 al cajón, el caso del novio presuntamente defraudador de Ayuso y el caso Koldo que no deja de aflorar nuevas sorpresas. Todo este paquete del tramo final de la semana se ha comido el efecto de publicación de las balanzas fiscales, que no es tema menor, y otras bagatelas como la resaca del veinte aniversario del 11-M. Parafraseando a Valdano diríamos que una semana en España es molto lunga. Perdida la capacidad de sorpresa sobre las habilidades de nuestra política para dar espectáculo, cuando baje la inflamación se verá hasta qué parte del hueso institucional llega cada acontecimiento.
ALGO NO CUADRA
Pero en esta súbita convocatoria catalana hay algunas cosas que no terminan de encajar si tan vital era que continuara la legislatura en Cataluña para el PSOE. Sánchez podría haber llamado a Illa para que sacara de la ecuación el proyecto del complejo de casinos en Tarragona, que es el argumento al que se han amarrado los comunes para rechazar las cuentas y romper el ciclo. Habría forzado a ERC a retirarlo si quería continuidad. Igual es que tanto a Pere Aragonès como a La Moncloa les interesa tratar de evitar la incursión de Puigdemont en la campaña catalana. Unos para no ser víctimas del discurso del president fugat, que lo que quiere es que la campaña catalana gire en torno a él, a su regreso en tren gritando “ja sóc aquí y amnistiat” entre esteladas flameantes y así fastidiarle todas las fiestas que pueda a ERC. Y a otros porque necesitan a una ERC más fuerte que Junts. Tampoco consta que Sumar haya apretado mucho a Colau. La arquitectura de la explicación política está incompleta, por paradójico que parezca.
En cualquier caso, ya tenemos un lío mayor dentro del follón permanente que habita dentro de la inestabilidad del complejísimo equilibrio diario. Todos los resortes activados ya. Política multipantalla: Madrid, País Vasco, Europa, Cataluña. Vamos hacia un nuevo ciclo político. Solo quedan por conocer los tiempos exactos.
PRESUPUESTOS EMBALADOS
La ley de amnistía, una de las leyes más controvertidas de la democracia, sale adelante, pero tendrá que sortear las trampas de osos que le está colocando el PP en el Senado, donde tiene mayoría absoluta. Los tiempos son importantes en esa ley, queda claro.
Los Presupuestos nonatos, ya embalados a la espera de mejores tiempos, hubieran dado certezas y soluciones a la política del Gobierno, que tendrá que buscar otros caminos para sacar adelante proyectos y decisiones políticas importantes. Por ejemplo, el incremento del presupuesto de Defensa (19.000 millones) en un momento clave para armar una defensa europea propia, con un retorno posible de Trump y una OTAN que no tendrá el mismo significado para los europeos que en el pasado. Es difícil creer que los diputados de Podemos apoyarían una partida extra por el vericueto que sea para tal fin. Quedan en el aire los 2.000 millones de euros de la SEPI para que el Estado entre con el 10% en Telefónica. Tendrá que buscar María Jesús Montero el dinero de debajo de las piedras para cumplir con el pacto de condonar la deuda del fondo de Liquidez autonómico, para los ajustes fiscales del impuesto a las empresas de energía o las ayudas a la compra de coches eléctricos.
Es lógico que el Gobierno retire de la agenda aprobar las nuevas cuentas: habría estado demasiado a merced de los independentistas y se habría visto en el complicado ejercicio de ceder más y en el de conceder casi cualquier cosa a unos políticos desatados y en plena campaña, en plena pugna entre ERC y Junts para demostrar a su grey quién ordeña mejor a lo que llaman Estado español, fuente de provisión.
EL ESTADO FOSILIZADO
Se empieza a extender la idea algo exótica de que da igual tener presupuestos que no tenerlos. Está bien desdramatizar –casi todos los presidentes han gobernado algún año con Presupuestos prorrogados– pero es un error considerar las nuevas cuentas como algo menor. Esta situación se repite en comunidades autónomas y ayuntamientos. La incapacidad para el pacto, la transacción entre adversarios y el enconamiento general está conduciendo el asunto presupuestario al mismo desfiladero que el resto de buenas prácticas que ya ha devorado la política española. Y esta situación se lleva también por delante, por supuesto, la reforma de sistema de financiación autonómica, caducado hace diez años. Posiblemente es el acuerdo político más determinante para los ciudadanos. La correcta financiación de la sanidad, la educación o la dependencia dependen de ese modelo, que actualiza sus contornos con la población real u otras especificades territoriales. Pues ni por esa. Entre el modelo de financiación y el CGPJ (que va para siete años caducado) podemos decir que trabajamos con un sistema fosilizado por los propios partidos.
CATALUÑA, DE NUEVO AL DIVÁN ELECTORAL
Cataluña no acaba una legislatura desde que Montilla era presidente. Las elecciones se han anticipado al 12 de mayo, sorpresivamente. Este es el primer espejo de las consecuencias de los independentistas en el poder: inestabilidad, impredecibilidad e ineficacia ejecutiva. La segunda es obvia: la política catalana asesta una vez más una sacudida a la política española. No hay semana tranquila desde que el bipartidismo saltó por los aires. Es una realidad, guste o no aquel turnismo contemporáneo.
SIN RED
El anticipo electoral complica además la ya compleja situación del gobierno, que ya opera sin red de seguridad. Se queda Sánchez sin presupuestos y sin socios en los que poder confiar. Todos salvo Sumar, envueltos en lances electorales, en el País Vasco y Cataluña, ya están a lo suyo, desentendidos por completo del devenir de un país que les trae al pairo. Aún así, Pedro Sánchez va a tratar de agotar la legisla