Una provincia única
La llegada de la primavera es una excelente ocasión para planificar una escapada a alguno de los municipios que componen la provincia
LESTIBALIZ REDONDO
A provincia de Córdoba ha visto cómo en los últimos años se ha ido poniendo en valor las tradiciones, el folclore y las devociones religiosas tras el paso de la crisis sanitaria, lo que ha provocado que los visitantes se hayan acercado a conocer en profundidad los tesoros que ofrecen la capital y el resto de las localidades de la provincia. La diversificación de los destinos turísticos ofrece una oferta que rompe con la estacionalidad y comprende todas las festividades y eventos que comparten sus pueblos.
En este sentido, el turismo de interior ha ido ganando mucho más terreno a partir, sobre todo, de la pandemia sufrida que fomentó los desplazamientos interiores y la búsqueda de espacios abiertos que permitieran un contacto con la naturaleza y que estuvieran poco masificados. Esta situación permitió que los diferentes municipios de la provincia vieran como sus cifras de visitas fueron aumentando, lo que a su vez ha motivado que se redescubran destinos de interior que ya gozaban de interesantes propuestas. En este sentido, la provincia de Córdoba pone a disposición de los visitantes grandes recursos de todo tipo para responder a sus necesidades, cualesquiera que éstas sean. Más allá de las fiestas tradicionales propias de cada una de ellas se les suman otros atractivos como las tradiciones, la puesta en valor de los diferentes oficios, así como la aportación a nivel patrimonial, cultural, natural y también gastronómico. De esta manera, podemos encontrar multitud de rutas a lo largo y ancho de la provincia que nos van a facilitar la tarea de conocerla por completo.
Así, podemos pasar de las casas señoriales y las sorprendentes fuentes intramuros de Priego de Córdoba a la naturaleza más virgen y rica del Parque Natural de las Sierras Subbéticas con Hornachuelos a la cabeza. Muy cerca está Zuheros, con sus casas encaladas, sus tejados ocres en se hace imprescindible la visita al castillo roquero o la Cueva de los Murciélagos, un increíble yacimiento arqueológico habitado por estos mamíferos. Otros de los pueblos con encanto especial por su fisonomía son Iznájar o Cabra.
Sin embargo, si la motivación del viaje tiene más que ver con aspectos históricos y el interés por conocer los vestigios que la civilización romana dejó en la provincia, varios municipios deben componer esa ruta. Entre ellos, Almedinilla con su villa de El Ruedo, el parque arqueológico de Torreparedones, entre Baena y Castro del Río; o Monturque con sus cisternas romanas. El punto fuerte en este viaje romano lo encontramos en la villa romana de Fuente Álamo, en Puente Genil, que este año celebra su aniversario con una programación cultural para todos los públicos. Tampoco puede faltar El Guijo y su yacimiento de Majadaiglesia.
Dentro de la temática histórica, pero un poco más actual, podemos centrarla en los diferentes castillos y fortalezas presentes en la provincia y que han sido escenario de diferentes producciones cinematrográficas. En este sentido, la Asociación española de Amigos de los Castillos en Andalucía ha dispuesto una Ruta por estos monumentos defensivos que forman parte del valioso patrimonio artístico e histórico de la provincia. Es el caso del Castillo de Almodóvar del Río, el Castillo de Gahete en Belalcázar, el de Hornachuelos, Montemayor, el Castillo de Priego de Córdoba, el Castillo de Ashar en Iznájar o el Castillo el Moral en Lucena.
No podemos olvidar que la llegada de la primera, con su explosión de color y olor, también se vive de manera muy especial a lo largo de toda la provincia debido a las celebraciones locales como fiestas y romerías a la Virgen y a los patronos locales. Es el caso de Cañete de las Torres, que celebra su festival de las flores; las fiestas aracelitanas en Lucena que han sido declaradas de Interés Turístico Nacional, al igual que lo es La Fiesta de la Cruz de Añora o la Alcaicería Nazarí en Iznájar acompañada por su Festival de los Balcones y Rincones. Por otro lado, Fuente Tójar celebra
Oferta completa Patrimonio, cultura, fiestas y naturaleza dan un sinfín de posibilidades
al visitante
su Feria Real, con la peculiar actuación de los llamados danzantes de San Isidro, quienes dan su especial bienvenida a la primavera cada 15 de mayo junto al patrón del municipio en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. En el caso de Pozoblanco, la iniciativa Rincones y Flores impulsa la creación de zonas verdes y la decoración floral mientras que, en Priego de Córdoba, sus Domingos de Mayo han sido declarados Fiestas de Interés Turístico.
La fiesta de los patios también tiene su peso en la provincia con la misma filosofía de abrir sus puertas al mundo para cautivar al visitante con sus paredes encaladas, macetas de geranios, flores de mil colores y sus pozos. Para conocerlos mejor se han elaborado diferentes rutas comarcales para dar a conocer los más de 150 espacios que la componen. Empezando por los Pedroches, que abarca Villanueva de Córdoba, Pedroche, Villanueva del Duque e Hinojosa del Duque; el Valle del Guadiato con los municipios de Fuente Obejuna, La Granjuela, Los Blázquez, El Porvenir de la Industria, Peñarroya-Pueblonuevo, Belmez y Espiel. En la Vega del Guadalquivir destaca Hornachuelos mientras que en la campiña no pueden faltar La Rambla, Fernán Núñez o Montemayor. En la Subbética Luque, Iznájar, Rute o Carcabuey son destinos a tener en cuenta mientras que en la comarca de Guadajoz-Campiña este no puede faltar Baena o Espejo.
El ascenso de las temperaturas que trae consigo la primavera favorece el turismo de naturaleza que tanto ha crecido en la
provincia en los últimos tiempos, no sólo promovido por una red de alojamientos rurales en los que la hospitalidad de sus gentes siempre es un factor sumatorio. La diversidad de espacios naturales, así como las diferentes figuras de protección con los que cuenta la provincia van desde Parques, Reservas, Parajes o reserva de la biosfera, incluida bajo la figura de Dehesas de Sierra Morena y declarada por la Unesco en 2002.
Recorrer estos enclaves naturales, repletos de ecosistemas, parajes y ambientes, existen senderos y rutas que facilitan adentrarse en ellos. Desde el mayor bosque de dehesas de toda Europa que se encuentra en el valle de Los Pedroches hasta los diferentes espacios en los que conocer el bosque mediterráneo hasta las diferentes lagunas, la naturaleza se presenta ante el visitante con una belleza y riqueza extraordinarias.
Si empezamos por el valle del Guadalquivir, el Parque Natural de Hornachuelos es el escenario idóneo en el que practicar varios deportes como el senderismo, iniciativas ecuestres, náuticas y de montaña como la escalada. En la comarca de la Subbética, su parque natural de las Sierras Subbéticas posee una gran riqueza ecológica y paisajística donde la escalada, la espeleología o varios tipos de deportes acuáticos esperan al turista activo. Otros espacios como el parque natural de Cardeña Montoro, refugio del lince ibérico; las Lagunas del Sur de Córdoba, los parques periurbanos de Fuente Agria, La Zarza, La Sierrezuela y los Cabezos o los embalses de Cordobilla o de Malpasillo no pasan desapercibidos. Por si todo esto no fuera suficiente, en la provincia de Córdoba también podemos acceder a las diferentes playas de interior como la de La Colada en Pozoblanco, Valdearenas en Iznájar y la de la Breña en Almodóvar que además cuenta con bandera azul que certifica la calidad de sus aguas y el buen estado de sus instalaciones.
Ahora bien, si la motivación del viaje tiene que ver con la gastronomía, la provincia cuenta con varias denominaciones de origen que certifican la calidad de sus productos. Si hablamos de oleoturismo, sin duda Priego de Córdoba, Baena, Montoro-Adamuz y Lucena son los destinos hacia los que encaminarse para conocer una de las joyas de la gastronomía: el aceite de oliva virgen extra. La zona de Montilla-Moriles debe ser la elegida si optamos por el enoturismo gracias a las diferentes bodegas que no sólo elaboran sus vinos bajo el sistema de criaderas y soleras sino también para conocer mucho más su otro producto estrella: el vinagre. Los lagares, los viñedos y la alternancia con el cultivo del olivar muestran unos paisajes diferenciadores a otras zonas vinícolas. Finalmente, y enlazado con el turismo natural, no podemos obviar la zona del valle de Los Pedroches con sus dehesas que cobijan y alimentan con sus bellotas a un cerdo ibérico que luego se disfruta gracias al jamón ibérico y todos los demás productos derivados de él.
Otros de los productos que no se pueden dejar de probar y que están estrechamente vinculados con la provincia son la miel, los quesos, los licores o incluso productos innovadores como el ajo negro, producido en Montalbán y cuya calidad compite en excelencia con los producidos en otras zonas agroalimentarias. Gracias a su calidad, junto a la conservación del recetario tradicional basado en todas las influencias de las civilizaciones que se han asentado aquí hace que la gastronomía de la provincia goce de una riqueza extraordinaria. Como apunte final en materia gastronómica, estos meses son especialmente propensos para conocer elaboraciones cuya temporalidad está asociada a la época de Cuaresma como son los caracoles o cholondros en Bujalance o los dulces de Semana Santa y que en cada localidad que compone la provincia tienen algunos de ellos específicos como los pestiños, las torrijas o las flores.