Jaque (o no) a la torre de la Catedral
● La continuación de las obras del edificio, de casi 500 años de antigüedad, reabre el debate eterno que gira en torno a su estado actual y a su futuro
La Catedral de Málaga, apodada cariñosamente con el sobrenombre de La Manquita, ha sido testigo de siglos de historia, pero sobre todo en las últimas décadas ha protagonizado un debate continuo sobre su estado y su futuro. Recientemente, con la firma de un nuevo convenio entre el Ayuntamiento y el Obispado para financiar las obras de la cubierta, la controversia se ha avivado una vez más, reabriendo viejas heridas y suscitando nuevas preguntas sobre el destino del emblemático edificio.
Las obras son cruciales para paliar el deterioro causado por las filtraciones de agua, que han afectado gravemente al edificio a lo largo de sus 500 años de historia. Pero más allá de la mera remodelación para mantener el edificio en buen estado, surge la pregunta de si se debería completar el diseño original, que incluía la construcción de la segunda torre y otros elementos nunca ejecutados.
Según asegura el arquitecto de la Catedral, Juan Manuel Sánchez, el edificio tiene un deterioro “bastante acusado” sobre todo a causa de “las filtraciones de agua”. “Se trata de un deterioro que corresponde con su antigüedad. Pero las patologías que sufre son, en su mayoría, consecuencias de ser un edificio inacabado, incompleto. Es una construcción de piedra, y como no tiene una cubierta, eso hace que el agua se filtre, y los techos interiores decorados con frescos están sufriendo las consecuencias en forma de humedades que los están deteriorando”, explica.
El abogado José Antonio Portillo, autor del libro Terminar la Catedral de Málaga... y otros aconteceres, concuerda con Sánchez y opina firmemente que la Catedral “tiene que terminarse sí o sí”. Portillo se refiere a la construcción como una obra de arte única y de las “más bonitas” que hay en Andalucía, pero también la define como inacabada: “Lo que no puede ser es que se quede sin terminar. Más allá de porqué, tanto a mí como a muchos malagueños nos gustaría verla finalizada, estamos hablando también de una cuestión jurídica, lo dice la ley, y ya ha habido un proceso judicial en relación a ello”.
A este respecto, Portillo reclama que el Obispado, al ser propietario del monumento, es también “el responsable de la terminación de la obra”, porque “no cumple la obligación que se le exige al dueño de un edificio de concluirlo”. En cuanto al asunto de la identidad cultural, sentencia que si “tanta importancia tiene el diferenciarnos del resto de catedrales del mundo”, propone colocar como veleta la figura de un cenachero. Incluso ha elaborado algunos diseños para esta idea.
Francisco Rodríguez, profesor de Historia del Arte y Turismo de la UMA, también comparte la urgencia de cubrir “inminentemente” las carencias esenciales que puedan “hacer peligrar el estado del edificio”. “Es primordial reparar las zonas más afectadas e instalar una cubierta a dos aguas para que no se vuelvan a dar situaciones que pongan en riesgo los bienes de incalculable valor que se encuentran en el interior de la Catedral. Muchos de ellos, como el cuadro de Miguel Manrique El Convite de Jesús en casa de Simón el Fariseo, se han estropeado por las goteras, y no se puede permitir una negligencia de este tipo”, sentencia.
Las obras actuales están centradas en la reparación del tejado y en la instalación de un sistema completo de evacuación de aguas pluviales. Según expresan fuentes municipales, se trata de “una obra de defensa de la Catedral, para que el tejado a dos aguas proteja y complete el edificio entero”.
Sánchez recalca que las remodelaciones no solo buscan corregir patologías y destaca que la Catedral “ha sido construida históricamente en fases”, y este caso “representa otra fase más” que contempla la reinterpretación de la cubierta y otros elementos de piedra circundantes.
Sin embargo, el arquitecto espera que en un futuro se pueda completar el templo de manera coherente con su diseño original: “El edificio no puede tener una salud completa hasta que no esté acabado, las construcciones hay que terminarlas porque si no tienen heridas abiertas”.
Sánchez se refiere al hipotético proyecto como un reto para la ciudad: “Málaga está en un momento floreciente, y hay que apostar por ella en todos los sentidos. Las obras en la Catedral son un símbolo de que la ciudad va bien, porque antes cuando las ciudades iban bien se construían catedrales. La nuestra debería alzarse hacia arriba, junto con la ciudad. Por sí sola ya tiene un esplendor arquitectónico maravilloso y es única en la historia. Lo que la hace especial no es que le falta una torre, y si estuviera completa sería el edificio más bonito del mundo”.
Por su parte, Rodríguez des
Juan Manuel Sánchez Arquitecto de la Catedral
Las patologías que sufre son, en su mayoría, consecuencias de ser un edificio inacabado”
José Antonio Portillo Abogado
Estamos hablando también de una cuestión jurídica, lo dice la ley”
Francisco Rodríguez Profesor de Historia del Arte
“Es primordial reparar las zonas más afectadas e instalar una cubierta a dos aguas”
José López Hinojosa, Profesor de Historia del Arte
La Catedral de Málaga merece ser finalizada con buen criterio, como un acto de respeto”