A las puertas de la mayor de las ilusiones
● Hasta seis cofradías emprendieron su camino hacia su casa hermandad en un día sin lluvia
Cuando los tambores y cornetas que acompañaban al Cautivo y la Trinidad aún retumbaban en gran parte de Málaga dando comienzo al del Sábado de Pasión con la Misa del Alba, otras cofradías ya estaban preparadas para sus salidas y traslados a casas hermandades vaticinando la ilusión del Domingo de Ramos.
Una ciudad entregada paseaba desde Santo Domingo, que en sus entrañas acogía el primer día de guardia de los legionarios al Cristo de la Buena Muerte, hasta Capuchinos, donde a las 11 de la mañana comenzaba el traslado de los titulares del Dulce Nombre.
La mañana de traslados se tornaba cada vez más nublada pero sin una gota de lluvia. Con los ojos en el cielo y los pies camino a la abadía del Cister, los cofrades veían un pedacito de Viernes Santo con el Sepulcro en la calle cerrando la primera parte de la jornada.
Con los minutos moviendo un sol escondido en un cielo de malas previsiones de lluvia, la tarde se convirtió en un centro de bullicio constante. Oleadas de personas veían como el Mutilado salía del pleno corazón de Málaga a las 18.00 con una solemnidad que contrastaba con las sonrisas de los ojipláticos asistentes. Simultáneamente,
desde la parroquia de Nuestra Señora del Carmen comenzaba el traslado de Misericordia, con un Chiquito crecido en su Perchel.
A penas media hora después, Zamarrilla convertía en rojas las calles trinitarias que durante la mañana eran blancas y cardenal.
Un mosaico de velas, capitotes, flores, globos e ilusión se hacía vivo en cada esquina al paso de los titulares, que convertían el sábado en pedacitos de itinerario de la Semana Santa por si, llegado el momento, la lluvia impidiese que su gran día quedase tras las puertas de sus respectivos templo, con las velas encendidas, las flores colocadas y las oraciones en la capilla en vez de en la tribuna.
Cuando algunas de las casas hermandades recogían con su eco los últimos toques de campaña de los traslados, soñaban con fuerza los primeros pasos del traslado de la Sentencia, que con la noche ya sobre su cabeza se convertía en la última salida del día, dejando a todos los malagueños la miel del Domingo de Ramos en los labios.
Fue un gran Sábado de Pasión, pero con la mirada en el cielo. Esta mañana, las hermandades volverán a mantener una reunión telemática a primera hora de la jornada dominical con los últimos partes meteorológicos.