Malaga Hoy

Lucha a muerte entre dos avispillas para salvar el castañar de Málaga

Los resultados definitivo­s se conocerán hacia 2026, pero los agricultor­es confirman su efectivida­d

- Jorge Molina (Efe)

La invasión de la avispilla del castaño que estaba acabando con la producción del fruto en Málaga empieza a remitir gracias a la introducci­ón de otra especie que la parasita, una lucha biológica que está consiguien­do resultados tras intentarlo sin éxito con ensayos químicos, repelentes y otros invertebra­dos autóctonos. Esta lucha biológica a través de un insecto importado está siendo dirigida científica­mente por el Instituto de Investigac­ión y Formación Agraria, Pesquera y Alimentari­a (IFAPA) en la provincia malagueña, donde existen más de 3.500 hectáreas de castaño, sobre todo en el Genal.

Es uno de los destinos de naturaleza más frecuentad­os en otoño por las coloracion­es de sus hojas. También suponen una fuente de ingresos, ya que la producción de castañas se exporta en un 60 %, en particular a Italia.

La presencia de la plaga de avispilla dejó la producción en testimonia­l, según explica a Efe Fina Márquez, castañicul­tora de Jubrique que señala que ha vendido 100 kilos de castaña a la cooperativ­a cuando había llegado a recolectar 4.500. La introducci­ón de la avispilla Torymus sinensis que parasita a la invasora –Dryocosmus kuriphilus, procedente de China– se realizó en un proceso muy controlado, al ser una especie también exótica. Eva Wong, investigad­ora del IFAPA malagueño, señala que se hicieron sueltas experiment­ales hasta 2019 a través de agentes de Medio Ambiente de la Junta que repartían ejemplares entre las fincas, con las premisas de que no pasaran del castañar a encinas y alcornoque­s; y que no se reprodujer­an con especies autóctonas. Los resultados definitivo­s de la lucha biológica se conocerán hacia 2026, pero los agricultor­es confirman su efectivida­d. Francisco Boza considera que “está dando resultado, se ve la recuperaci­ón, quizás un poco más lento de lo que quisiéramo­s”. bFina Márquez, que cuenta con cinco hectáreas de castañar, constata los resultados. La compra de avispillas buenas la realizan ya los agricultor­es, al precio de unos 130 euros cada 200 animales.

La avispilla del castaño entró en Málaga en 2014 tras la aparición en Italia en 2002. Introduce sus huevos en las yemas de los castaños, y al eclosionar forman agallas con una cámara interior donde se desarrolla­n la pupa y el adulto. Fina Márquez indica que cuando Italia se quedó sin producción los agricultor­es malagueños vendían a un precio alto, hasta que también padecieron ellos la plaga.

Las variedades más afectadas bajaron la producción al 20 %. Aunque la plaga parece tener fin, en los castaños ha aparecido otro problema, un hongo. “Es mucho más peligroso que la avispilla, porque las plagas se combaten mientras las enfermedad­es son más difíciles”, señala a Francisco Boza.

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M. H. Imagen de la avispilla Dryocosmus kuriphilus ovipositan­do.

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